Federico Aguer
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Desde el año 2001, merced al sanción de la ley 24.305, la vacunación contra la aftosa se realiza mediante dos campañas al año para todas las categorías de ganado bovino. A partir de allí, nuestra provincia llevó adelante un proceso transformador e inédito que logró aunar los esfuerzos anteriores en materia de lucha sanitaria. La descentralización de las tareas de vacunación recayó a partir de la sanción de la ley 23.899 en los entes creados a tal fin. Se propuso entonces que la COPROSA (Comisión Provincial Sanidad Animal) coordine las acciones sobre los planes de control sanitario para prevenir brucelosis y tuberculosis, con la novedosa y masiva participación de profesionales veterinarios de la actividad privada y el consentimiento de los productores como eslabones primarios de este trabajo en equipo.
A partir de allí, el control de las enfermedades quedó a cargo de los organismos oficiales. Pero los costos a cargo del dueño de los animales. Este sistema integrativo y participativo permite un salto cuantitativo en materia de lucha y prevención sanitaria.
El esquema funciona con los siguientes jugadores: el SENASA, como organismo nacional que redacta las normas y fiscaliza su ejecución y teniendo el poder de policía. La COPROSA, es el organismo provincial conformado por representantes de toda la cadena de de agroalimentos. El Ministerio de la Producción, a través de la Dirección General de Sanidad Animal, responsable de delinear políticas de gestión sanitaria y responsable de la apoyatura informática. Los Entes Sanitarios, organismos departamentales creados para administrar y ejecutar normas sanitarias. La Regional Santa Fe del SENASA, organismo descentralizado de aplicación de las normas nacionales. Por último, los titulares de los bovinos que emprenden actividades ganaderas, y los profesionales veterinarios como corresponsables sanitarios.
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