Por Hagar Blau Makaroff

“A cada encuestado se le preguntaba por su religión, y en este informe sólo se incluyen las mayoritarias, cristianos, evangélicos y sin religión”, aclaró Taly Barán, miembro del grupo de investigación, en diálogo con este medio.

Por Hagar Blau Makaroff
Ocho de cada diez habitantes de Argentina creen en Dios, y para la mayoría de creyentes, según una encuesta, el aborto debería estar permitido en algunas circunstancias.
El informe fue difundido esta semana en el boletín de Conicet, donde se recogió la opinión mayoritaria de la sociedad argentina sobre el aborto, y en sus resultados se observó que, aun siendo muchas personas de fe, se toma distancia de las posiciones de las iglesias e instituciones religiosas en general.
El principal dato de este estudio realizado por un grupo de sociólogos del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL), es que el 79,1 por ciento de la población residente en Argentina considera que el aborto debería estar permitido al menos en algunas circunstancias.
Entre los resultados se observó que, según la adscripción religiosa, quienes opinan mayoritariamente a favor del aborto como derecho de la mujer son las personas sin filiación religiosa. Mientras que quienes más firmemente apoyan la prohibición son evangélicos y quienes están a favor de la despenalización en algunas circunstancias son católicos.

“A cada encuestado se le preguntaba por su religión, y en este informe sólo se incluyen las mayoritarias, cristianos, evangélicos y sin religión”, aclaró Taly Barán, miembro del grupo de investigación, en diálogo con este medio. En el informe se observa que sólo el 17,2% de católicos opinan que el aborto debe estar prohibido siempre, mientras que esta proporción asciende al 41,9% entre los evangélicos.
El informe fue difundido de forma online y en formato PDF bajo el título “Sociedad, religión y Ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE). Los habitantes de la Argentina opinan”. Barán destacó que “la idea es que esta información circule y pueda llegar a diputados y senadores” en torno al debate que se realiza por estos días sobre la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Los encuestados son personas de 18 años o más, residentes en localidades o aglomerados urbanos con al menos 5.000 habitantes. La encuesta fue realizada en un total de 2421 personas de 89 ciudades de Argentina de forma puerta a puerta durante los meses de agosto y septiembre de 2019, y durante el 2020 -pandemia mediante- se procesaron los datos y llegaron a las conclusiones.
Es interesante ver las diferentes opiniones según las edades, ya que por lo general las posturas más conservadoras tienen un corte generacional incluso al interior de las religiones. “Las personas encuestadas más jóvenes (18 a 29 años) tienen opiniones más favorables respecto al aborto como derecho de las mujeres (31,8%), mientras que entre las personas mayores de 65 años aumenta la tendencia a opinar que el aborto debe estar prohibido en todos los casos (26,9%)”, detalla una parte del informe al que accedió este medio.
Entre los resultados, además se precisa que “algo más de la mitad de quienes residen en Argentina opina que el aborto debe estar permitido en circunstancias puntuales, tal como indica el marco normativo vigente. Casi 3 de cada 10 personas sostienen que es un derecho y una decisión de las mujeres, y algo menos de 2 de cada 10 consideran que el aborto debe estar prohibido siempre. En suma, el 79,1% de la población residente en Argentina considera que el aborto debería estar permitido al menos en algunas circunstancias”.
El equipo de investigación del CEIL-Conicet se conforma por los sociólogos Taly Barán, María Soledad Catoggio, Juan Cruz Esquivel, María Eugenia Funes, Verónica Giménez Béliveau, Gabriela Irrazábal, Fortunato Mallimaci y Sol Prieto.
El cambio de perspectiva
El estudio se comparó con una primera encuesta de 2008, y en esto se pudo evidenciar un crecimiento de las opiniones favorables a definir al aborto como un derecho de las mujeres. Aunque la proporción de opiniones que consideran que debería estar prohibido se han mantenido estables.
“En el comparativo de los datos del 2008 a ahora vemos que ha aumentado el apoyo a la interrupción del embarazo, eso permitiría pensar que más allá de los mandatos institucionales, los fieles tienen sus opiniones y prácticas (como por ejemplo fieles que abortan, aunque eso no esté reflejado en la encuesta) que con el paso del tiempo son más favorables al aborto”, analizó la socióloga.
“Si comparamos las opiniones de 2008 y 2019, se observa que se duplica la proporción de quienes afirman que el aborto es un derecho de la mujer (del 14,1 al 27,3%). La discusión pública y la circulación de información sobre el tema parecen haber influido en la opinión pública. Aunque sigue siendo mayoritario, ha descendido el porcentaje de quienes avalan el aborto en determinadas circunstancias (del 63,9 al 51,8%), mientras que el segmento social que rechaza el aborto en todos los casos, se mantiene casi constante (16,9% en 2008 y 18,7% en 2019)”, reza el informe.
“Se suele asociar el argumento religioso a las posturas más pro vida, pero si sumamos quienes están de acuerdo con el aborto en algunas circunstancias y el aborto como derecho de la mujer vemos que el porcentaje es significativo incluso dentro de las religiones”, destacó.
En el propio informe, los investigadores indicaron que “es posible identificar un proceso de distanciamiento de las instituciones religiosas por parte de los y las creyentes. Este movimiento, producto de procesos de larga data de individuación de los fieles que siguen adscribiendo a sus tradiciones religiosas y del alejamiento de la religión de personas que antes pertenecían a ella, se cristaliza en posiciones que no coinciden con los preceptos de las iglesias: las personas, aun siendo creyentes, se reservan para sí la prerrogativa de aceptar o no la moral y las reglas que las instituciones proponen”.
Historia
El proyecto de ley sobre la interrupción voluntaria del embarazo se trató en el Congreso de la Nación por primera vez en 2018. Se inscribe dentro de una serie de normativas que promueven derechos relacionados con el género y la salud reproductiva: la ley de divorcio (1987), la ley de salud reproductiva y procreación responsable (2002), la ley de matrimonio igualitario (2010), la ley de identidad de género (2012), y la ley de fertilización asistida (2013).
En estas legislaciones, y particularmente en el proyecto sobre la IVE, la sociedad discute derechos y en esa discusión intervienen fuertes tomas de posición religiosas, sostenidas en general por especialistas religiosos (rabinos, rabinas, imanes, pastores, pastoras, obispos, religiosas, sacerdotes) y por agentes del campo médico y científico en general. La perspectiva de las instituciones religiosas, que se enuncia en debates y circula en medios de comunicación, no siempre coincide con la opinión de los y las habitantes de Argentina.
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