Martín Farias
Corresponsal Ceres
Para la población trans ceresina este último martes fue un día "histórico", como lo fue también para el resto de los cerca de 19 mil pobladores de este municipio ubicado en el Departamento San Cristóbal. Rubí Ibáñez, inició el trámite para cambiar su nombre en el DNI y de esta manera cumplió su "sueño" en una gestión que fue muy sencilla. "Estoy feliz espere esto desde los 5 años" dijo una de las chicas (esa es la forma en que se llamó a sí misma durante todos estos años) que motivará a otras a tomar la misma determinación.
La flamante ley de identidad de género, ha sido una larga lucha de hombres que no sintiéndose como tales, fueron buscando alternativas que los pongan con el nombre que eligieron como propio a partir de sentirse como personas del sexo opuesto al genético.
Rubí Ibáñez llego al Registro Civil Ceres -a 266 km al noroeste de la ciudad capital de Santa Fe- donde atendida por el Jefe de la repartición pública puso su firma en el acta respectiva y desde este martes comenzó a lucir en su documentación filiatoria, "Rubí" Ibáñez.
Es un sueño
A los pocos minutos de salir del Registro dialogó con el programa radial y remarcó: "Para mi es cumplir un sueño. Desde los 5 años yo me sentí mujer, y esperé todos estos años este día. Ojala muchas otras puedan realizarlo, esto es un acto de justicia para muchas mujeres que habiendo nacido hombres nunca nos sentimos como tales" dijo.
Cuando se le preguntó si pensaba en el matrimonio solo atinó a decir: "Por el momento no, pero puede pasar; pasó esto, puede suceder lo del casamiento".
El trámite
En tanto Omar Ramallo explicó que Rubí cumplió un trámite "muy sencillo que fue firmar un acta por única vez, ya no podrá volver a cambiar su nombre, a no ser que proceda vía judicial. El cambio de nombre no significa que se haya cambiado el número de su DNI" explicó el Jefe del registro civil, quien destacó también la importancia de estas leyes que permiten la igualdad de derecho entre las personas.
La ley de identidad de género de Argentina fue aprobada en mayo en el Senado con una votación de 55-0 y ya entró en vigor. Ningún otro país en el mundo autoriza a las personas cambiar sus identidades oficiales basados solamente en cómo se sienten. Y en Santa Fe se se aprovecha hasta en las pequeñas localidades.






