El Litoral

Es porque Monchi Cantero, prófugo de la banda de los Monos, negociaba su entrega con los policías.

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Corresponsalía Rosario
La jueza de Instrucción Alejandra Rodenas ordenó el allanamiento de dos comisarías y la una inspección de la Unidad Regional II en la causa de los Monos, luego de que se detectara a través de escuchas telefónicas que Ramón Machuca, alias Monchi, se comunicaba desde Buenos Aires con esas dependencias policiales para negociar una supuesta entrega.
Monchi hizo las llamadas el 12 de febrero pasado a la comisaría 6ª de barrio Echesortu, la seccional 27ª y la inspección de la zona 8ª, estas últimas ubicada en la localidad de Arroyo Seco. La Tropa de Operaciones Especiales (TOE) allanaron estas dependencias e incautaron los libros de guardia para obtener la identidad de la persona que contestó el llamado del fugitivo.
Esta investigación comenzó en marzo pasado cuando un uniformado que trabaja en la seccional 23ª de Funes se presentó ante el Juzgado de Instrucción 4ª (desde hace algunas semanas a cargo de Rodenas) y contó que hacía un par de días que recibía mensajes por parte de una persona que decía ser Monchi. Los textos hacían referencia a los deseos del prófugo de entregarse y solicitaba que averiguara cuáles eran esas posibilidades, indicaron portavoces judiciales. En ese momento, Rodenas ordenó que el personal de la TOE y de Observaciones Judiciales analizara el contenido del celular que el policía entregó de manera voluntaria.
Otra de las medidas ordenadas por la magistrada, según publicó El Ciudadano, fue conseguir el listado de las llamadas entrantes y salientes del número desde el que se comunicaba Monchi Cantero. En ese sentido, los pesquisas establecieron que, entre las 18.30 y las 19 del 12 de febrero pasado, Machuca se comunicó con los teléfonos fijos de la comisaría 6ª, la seccional 27ª y la oficina de la Inspección 8ª, estas dos últimas en Arroyo Seco. En la dependencia de San Luis 3261 (Rosario) la llamada duró un minuto y medio. La de la Inspección 8ª duró un minuto veinte, mientras que a la comisaría 27ª, la cual está en la planta baja del mismo edificio que la inspección, la duración de la llamada fue de casi cinco minutos.
En base a esa información, la magistrada ordenó tres allanamientos que se realizaron ayer a media mañana en estas dependencias policiales. En todas, el personal de la TOE incautó los libros de guardia para intentar identificar al personal que estuvo al momento de las comunicaciones, describieron voceros tribunalicios.