Agustina L. recuperó este lunes un valioso equipo médico que le había sido sustraído el domingo, desde un auto estacionado en zona de la costanera santafesina. Una mujer se contactó con ella por teléfono luego de conocer el hecho y le dijo que sabía quién lo tenía y se ocupó de negociar la devolución, la cual si bien en un principio se iba a hacer por una suma de dinero, finalmente se concretó de “buen voluntad”, destacó la víctima.
No obstante el gesto que resaltó la propia damnificada -que tiene 18 años y se encuentra finalizando sus estudios secundarios-, por el caso tomó intervención la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y la fiscal del Ministerio Público de la Acusación (MPA), Bárbara Ilera, quien abrió una pesquisa por el presunto delito de “encubrimiento”. Entre las medidas practicadas, la mujer que operó de nexo -una arquitecta de 53 años- debió entregar su teléfono celular, el cual será objeto de análisis, para descartar definitivamente cualquier participación en el hecho delictivo.
Al respecto, el abogado Luis Hilbert, sostuvo que la profesional no estuvo formalmente detenida, sino que accedió a acompañar al persona policial para realizar una constancia de lo ocurrido y solamente se le leyeron los derechos.
En tanto, la fiscal Ilera recordó que comenzó a investigar el domingo a la noche una denuncia por robo radicada en la Seccional 5ta. La dueña de un auto Citroën C3 azul estacionado en Pedro de Vega y pasaje Echagüe enumeró los artículos sustraídos, entre los que destacó una mochila que estaba en el baúl, con una notebook y un equipo médico muy específico, que luego describió en un comunicado público para poder recuperarlo.
Según explicaron, se trata de “un dispositivo similar a un teléfono inalámbrico, denominado Home Monitory, de Biotronik, que se encarga de monitorear diariamente el ritmo y frecuencia cardiaca, debido a que Agustina tiene implantado un desfibrilador para el tratamiento de la Displacia Arritmogénica, que es de una enfermedad con característica degenerativa la cual va debilitando su corazón y provocado una deficiencia cardíaca con alto riesgo de sufrir una muerte súbita”. Por sus particularidades y uso específico, el equipo “es de gran importancia y relevancia para el tratamiento médico” que lleva adelante la joven, que está siendo tratada en la Clínica de Cardiología René Favaloro.
Una vez que el caso tomó estado público, Agustina recibió un llamado telefónico el lunes a las 10 de la mañana. “Me llamaron por teléfono, una señora que me decía que tenía un conocido que sabía quienes tenían el dispositivo”. Entonces “mi mamá se comunicó con ella y tratamos de poner un punto de encuentro” neutral, que fue la avenida Almirante Brown y Belgrano de la ciudad de Santo Tomé. “Estábamos asustadas, porque no sabíamos quién era la persona con la que estábamos hablando”, se excusó la víctima.
Agustina negó que se haya pagado rescate, si bien “en un principio nos dijo que la persona que pedía rescate era un conocido suyo”. En definitiva, “pensamos que la mujer trató de actuar de buena manera, quiso ayudarnos”. Y “más allá de lo que se está investigando, lo hizo por buena voluntad”.
Además, Agustina aprovechó la oportunidad para agradecer a la señora Adriana Álvarez que en medio de la crisis “nos brindó un dispositivo muy similar al nuestro porque la hija ya no lo necesitaba”, cerró.