Una mujer policía de 27 años fue detenida en horas de la mañana de este lunes, durante un allanamiento planificado por la División Judicial de la Unidad Regional I y concretado por un equipo táctico del Grupo de Operaciones Especiales. Se llama Aldana S. y era buscada desde hace días, en el marco de una causa por estafas reiteradas que tramita la fiscal Yanina Tolosa. En el mismo operativo fue apresado un hombre que es su pareja y que tiene 37 años. Él -que también es uniformado- está acusado de haber participado por lo menos en una de las maniobras, la última.
El procedimiento tuvo lugar en una casa de calle Ayacucho al 2000 de la ciudad de Santa Fe. En el inmueble, los pesquisas secuestraron ocho teléfonos celulares, una tablet, una computadora portátil, tarjetas de memoria, chips de líneas telefónicas y documentación.
Según puso saberse, Aldana S. es policía, aunque había sido pasada a disponibilidad años atrás luego de que le robara la tarjeta de crédito a una colega con la que convivía. La delincuente usó el plástico en varios negocios en los que se aprovechaba de la confianza de los comerciantes, que la conocían y no le pedían el DNI. Fue la misma víctima la que, luego de una breve investigación, terminó desenmascarando a su "compañera", que fue denunciada y apartada de la fuerza.
Aparentemente, a partir de entonces, la estafadora cometió al menos cinco hechos más con una modalidad similar. Siempre las víctimas eran policías a los que ella había conocido de su época de estudiante o compartido algún ámbito de trabajo.
En uno de los casos, un compañero le ofreció una consola de juegos Play Station. Ella aceptó y acordaron un precio de 27 mil pesos. Ella le pidió al vendedor los datos bancarios, supuestamente para hacerle una trasferencia. Al día siguiente al hombre le aparecieron 45 mil pesos en la cuenta… Ella le dijo que era un error, que le había mandado de más. Así, él le hizo una devolución por 18 mil pesos. A fin de mes, cuando el banco comenzó a descontarle una cuota de su cuenta, se percató de que en realidad la mujer nunca le había transferido dinero, sino que le había sacado un crédito online a su nombre .
"Tomaba desprevenidas a las víctimas. Abusaba de la confianza que le tenían, porque eran conocidos. Después de estafarlos, la mujer desaparecía, los bloqueaba. No les atendía más el teléfono. Nadie sabía dónde vivía o cómo ubicarla", contó uno de los investigadores.
En su último acto, Aldana S. le apuntó a un policía al que le ofreció hacer conjuntamente un servicio "adicional" en un supermercado. Le pidió el DNI y el recibo de sueldo. El agente se lo mandó por whastapp sin desconfiar. Luego de algunos días, ella le avisó al hombre que el trabajo no se iba a hacer porque había fallecido uno de los dueños del negocio pero que igualmente le iban a pagar las horas. Un rato después, la víctima se sorprendió al ver en su cuenta una acreditación de 115 mil pesos. Con el mismo modus operandi, ella se disculpó y le dijo que le había remitido dinero de más desde su cuenta, que el monto que le correspondía era de 1150 pesos y que le devuelva el resto. Él le transfirió 113.850 pesos. Al igual que en los casos anteriores, cuando el policía se dio cuenta de que había sido estafado y que ahora debía pagar un crédito por 115 mil pesos, la mujer ya se había esfumado.