El pasado lunes, alrededor de las 18:00, un pescador divisó un cuerpo flotando en el kilómetro 18 del canal costero que bordea la zona de La Lucila, en Vicente López. Ante la presencia del animal, alertó de inmediato a la línea 106 de emergencias náuticas, lo que activó un operativo conjunto de Prefectura Naval, Defensa Civil y la policía local
Al llegar, los efectivos constataron que se trataba de una ballena —presumiblemente una cría o un ejemplar juvenil—, que flotaba con las aletas hacia arriba, sin signos vitales, a escasa distancia de la orilla
El tamaño y estado del animal llevaron a los especialistas a estimar que podría tratarse de una ballena joven, posiblemente una jorobada, aunque los estudios bioceánicos serán definitivos .
Una fuente de Prefectura señaló que el cadáver presentaba señales de haber permanecido varios días en el sector, dado el nivel de descomposición, lo cual representa un riesgo sanitario por posibles patógenos y gases acumulados en el interior del cuerpo
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Esta aparición se suma a otra similar registrada hace apenas una semana, cuando se halló un cetáceo encallado en la costa de Vicente López. En ese caso, también se trataba de un animal muerto, lo que generó alertas por su frecuencia inusual
En 2016, otro ejemplar varado fue descubierto en la misma zona, un caso emblemático que marcó un antecedente de varamientos en el estuario del Río de la Plata
Especialistas advierten sobre posibles cambios en los patrones migratorios y los peligros ambientales asociados a este tipo de hallazgos.
Según un informe de la Organización Mundial de Conservación Marina, los varamientos de cetáceos —como ballenas y delfines— suelen resultar de enfermedades, desorientación, contaminación o incluso alteraciones acústicas en el océano
Cuando estos animales mueren, sus cuerpos pueden flotar y ser llevados por corrientes hacia zonas poco profundas, donde quedan varados o en la orilla.
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Tras el operativo de seguridad, autoridades procedieron a delimitar un perímetro para evitar el acceso de vecinos y prevenir potenciales contagios
Se espera que expertos en fauna marina y veterinaria realicen una necropsia para determinar la causa del deceso, que podría incluir enfermedades, traumas o desnutrición.
El plan de remoción del cuerpo se coordina entre la Prefectura Naval y Defensa Civil. Dado el tamaño del cetáceo, se evalúan distintos métodos: remolque en balsa, corte progresivo de la masa o traslado vía embarcación especializada. La prioridad es minimizar posibles impactos ecológicos y sanitarios
Fuentes municipales adelantaron que, por precaución, se desinfectará el área costera tras retirar el cuerpo, para garantizar la seguridad de los vecinos y evitar la presencia de vectores como moscas o roedores.
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Aunque las ballenas jorobadas suelen migrar desde la Antártida hasta las costas tropicales de Sudamérica, es inusual que ingresen al estuario del Río de la Plata. La hipótesis principal apunta a que ejemplares juveniles, al separarse de sus madres o enfermar, pierden el rumbo y quedan atrapados en aguas bajas
La contaminación, especialmente por plásticos y derrames, también puede afectar su navegación y salud, debilitándolas y favoreciendo su varamiento . Además, el ruido submarino —producido por embarcaciones e industrias— podría interferir con su sistema de ecolocación, un fenómeno señalado como contribuyente en otros casos de cetáceos encallados.
El hallazgo de dos ballenas muertas en menos de una semana ha generado preocupación entre organizaciones ambientales, que solicitan protocolos más ágiles, monitoreo constante del estuario y campañas de concientización para evitar acercarse a estos animales y respetar los perímetros de seguridad.
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