Germán de los Santos

El fiscal Vescovo imputó a Ana Viglione y Andrés Ferrato en una causa que inició un ex comisario que estaría involucrado con los Monos.

Germán de los Santos
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Corresponsalía Rosario
Ana Viglione y Andrés Ferrato, quienes dirigían la Secretaría de Delitos Complejos -área que fue disuelta-, fueron imputados por “falso testimonio” en una causa paralela al expediente 913/12, en el que se investiga por asociación ilícita a la banda de los Monos. Un ex comisario imputado en esta causa denunció el año pasado que los dos funcionarios le ordenaron investigar delitos vinculados al narcotráfico, algo que ellos negaron, pero -según la Fiscalía de Rosario- hay mails que contradicen la versión de Viglione y Ferrato.
El ex comisario Gustavo Pereyra, alias “Gula” -que irá a juicio acusado de pasar información a la banda de los Monos-, declaró que obedecía órdenes de sus jefes para realizar investigaciones sobre narcotráfico. Según él, esta tarea lo llevó a que lo imputaran en la causa.
En diálogo con El Litoral, Pereyra había manifestado que tenía en su poder mails que acreditaban que sus dos jefes en la Secretaría de Delitos Complejos le habían ordenado en 2013 investigar organizaciones ligadas al narcotráfico. Pereyra realizaba lo que se denomina “tareas de calle” o “inteligencia” junto con Juan Maciel, otro imputado de colaborar con los Monos.
Contradicción
Tras los peritajes que se realizaron a la computadora de Pereyra, el fiscal Aníbal Vescovo reunió las pruebas para imputar por falso testimonio a los dos ex funcionarios del Ministerio de Seguridad.
Los 17 correos electrónicos hallados en la computadora de “Gula” contradecían lo declarado por Viglione y Ferrato, quienes fueron imputados por el delito de falso testimonio, con el agravante de que eran funcionarios públicos. Ese delito tiene una pena mínima de un año de prisión y un máximo de tres, además de inhabilitación para ejercer cargos públicos.
Vescovo citó el lunes pasado a Viglione y a Ferrato, quienes se abstuvieron de declarar en el legajo judicial 48/14. Ahora, el fiscal deberá evaluar si la evidencia alcanza para llevarlos a juicio.
“Ellos (Viglione y Ferrato) sostuvieron que no habían dado directivas para que Pereyra investigara sobre drogas. Va en contra de lo que dice Pereyra, y en base a lo secuestrado en sus mails se incorporó a la causa un decreto del juez Vienna. Según Pereyra él perdió la libertad a raíz de seguir estas directivas”, apuntó el fiscal.
Policía procesado
Pereyra forma parte del pelotón de 14 efectivos de las fuerzas de seguridad -12 policías santafesinos, uno de la Federal y uno perteneciente a la Prefectura- que están procesados por asociación ilícita, junto con 23 miembros de la banda de Los Monos.
El comisario fue detenido luego de que su nombre fuera mencionado en las escuchas realizadas en la pesquisa contra el clan Cantero. El juez Vienna lo había desvinculado, pero el camarista Daniel Acosta revocó el sobreseimiento y la jueza Alejandra Rodenas -quien tomó luego la causa- lo envió a juicio por brindar a la banda información reservada. A fines de 2015, recuperó la libertad.
Pereyra señaló que las escuchas telefónicas que lo comprometieron en la causa son entre Ramón Machuca, alias “Monchi”, y el suboficial Juan Maciel, conocido como “Chavo”, que también se desempeñaba en Delitos Complejos, y fue beneficiado en un juicio abreviado que le rebajó la pena a tres años y seis meses.
Escuchas
De Maciel hay varias horas de grabaciones, en las que queda claro que era un alfil más de la banda. Entre esas escuchas figura un diálogo entre Machuca y Maciel. El policía le cuenta: “Arrancamos a las 6. Hay como 12 órdenes [de allanamiento]”. “Ah, listo, ¿pero para el lado de nosotros, no?”, pregunta el líder de Los Monos, y Maciel le responde: “Tablada, para el lado de allá hay en una gomería; no sé si te ubicás, pero ése es el sábado. Igual, si yo veo que encaran para aquel lado te aviso”. “Listo, dale”, contesta “Monchi”.
Pereyra argumentó que está involucrado en esta causa por una interna policial. “Desde que en la Secretaría de Delitos Complejos me pidieron que investigara a efectivos de la División Judiciales (que trabajaban en la causa de Los Monos) me empezaron a ensuciar”, aseguró. Y advierte que las tareas de inteligencia contra el narcotráfico que le asignaron -según él- sus jefes “molestaban y complicaban los negocios y la recaudación para la corona”.