Una mujer de 21 años aceptó una pena de 20 años de prisión luego de instigar el asesinato de un hombre mayor, a quien previamente había intentado sustraerle dinero. Con los familiares de la víctima en la sala, el tribunal de juicio dio por admitido el acuerdo de procedimiento abreviado.
El fiscal de Homicidios Martín Torres presentó este lunes por la mañana el escrito en el que Juliana Micaela Villalba (21), representada por el abogado particular Ignacio Alfonso Garrone, aceptó su responsabilidad en el crimen de Carlos Manuel Espíndola (70), ocurrido a mediados de 2019.
El tribunal compuesto por los jueces José Luis García Troiano, Nicolás Falkenberg y Gabriel Candioti presidió la audiencia, y dejó el escrito en estado de resolución.
Villalba fue acusada del delito de "homicidio en ocasión de robo, agravado por el empleo de arma de fuego", en carácter de instigadora. La autoría material del hecho la tuvo Cristian Daniel Grandoli, con cuya defensa se está tratando de arribar a otro juicio abreviado.
Según se señala en el escrito, Villalba y Grandoli se acercaron a la casa de la víctima, ubicada en el pasaje Nº 5 de la manzana 7 de Alto Verde, la madrugada del 7 de mayo de 2019, aproximadamente a las 4. Golpearon la ventana de la habitación de Espíndola para despertarlo, y luego ella le pidió que le abriera, ya que eran conocidos.
Cuando el hombre mayor abrió la puerta, se encontró con que Villalba estaba acompañada por un varón que iba armado, que le exigió: "Dame la plata o te meto un tiro". A pesar de que Espíndola les aseguró que no tenía dinero, ella le expresó a Grandoli: "¡Metele un tiro! ¡Metele un tiro!", a fin de que éste "llevara a cabo el acto homicida", según la teoría de la fiscalía.
Empuñando un arma de fuego calibre 45 en la mano derecha, el agresor apuntó directamente a la cabeza de Espíndola, que llegó a bajarle el brazo antes de que apretara el gatillo, recibiendo el balazo de lleno en el pecho. La víctima debió ser trasladada de urgencia al Hospital José María Cullen, donde fue intervenido y se mantuvo estable durante más de un mes, hasta que falleció el 28 de junio producto de un episodio coronario.
A diferencia de la mayoría de las víctimas de homicidio, Espíndola logró declarar en contra de sus agresores antes de morir. Su testimonio resultó fundamental para reconstruir lo que pasó aquella madrugada, y la intervención que tuvieron tanto Villalba como Grandoli en el hecho.
Además de ser imputada por el homicidio, a la mujer se le atribuyó al coautoría de la "tentativa de robo calificado por el empleo de arma de fuego" que intentaron cometer contra Espíndola, junto a tres delitos de "evasión e incumplimiento mandato judicial", y los daños a la tobillera electrónica que se le colocó.
Oportunamente, en junio de 2019, el juez Luis Octavio Silva ordenó que la prisión preventiva de Villalba fuera morigerada a domiciliaria, ya que tenía un hijo de 1 año. La mujer no sólo se escapó de su casa en tres ocasiones, sino que además cortó e inutilizó el dispositivo de monitoreo que se había colocado en su tobillo.
El acuerdo de juicio abreviado admitido este lunes contempla los cinco hechos descriptos, siendo el más grave el homicidio de Espíndola. En el escrito, Villalba se responsabiliza por sus actos y acepta una pena de 20 años de prisión.