El suceso ocurrió en una vivienda ubicada en la intersección de las calles Obispo Bustos y San Martín, en la localidad de Cosquín. Según los primeros datos, el incidente comenzó con una fuga de gas que provocó el desmayo de las víctimas.
Una pérdida de gas causó la presencia de un gas tóxico en una vivienda de la ciudad cordobesa, lo que derivó en el fallecimiento de dos personas tras inhalar el compuesto mientras dormían.
El suceso ocurrió en una vivienda ubicada en la intersección de las calles Obispo Bustos y San Martín, en la localidad de Cosquín. Según los primeros datos, el incidente comenzó con una fuga de gas que provocó el desmayo de las víctimas.
Al llegar al lugar, personal de la Policía de la Provincia de Córdoba junto con el Cuerpo de Bomberos de Cosquín encontraron a una mujer ya sin vida. Su nieta fue trasladada de urgencia al Hospital Domingo Funes, donde lamentablemente falleció horas después.
“El llamado nos alertó sobre una menor ingresada con síntomas de intoxicación, presuntamente por monóxido de carbono, y una mujer adulta que había perdido la vida en el domicilio”, declaró a Cadena 3 el subcomisario José Molina, jefe de Bomberos de Cosquín.
Molina explicó que al revisar el ambiente se detectaron condiciones incompatibles con la vida humana, como niveles bajos de oxígeno y presencia de monóxido de carbono. Los bomberos realizaron la ventilación del espacio y aseguraron la escena para continuar con las investigaciones, aunque aún no se ha determinado el origen exacto de la fuga de gas.
En los hogares que utilizan gas natural o gas envasado para calefacción, cocina o agua caliente, es fundamental comprender las diferencias entre un escape de gas y la presencia de monóxido de carbono (CO), ya que ambos representan riesgos graves pero con características distintas.
Un escape de gas ocurre cuando hay una filtración debido a daños, conexiones flojas o mal estado de las instalaciones. Aunque el gas natural es inodoro e incoloro, se le añade un olor característico similar a huevo podrido para facilitar su detección.
Los signos de una fuga incluyen olor fuerte y peculiar, silbidos en las tuberías y síntomas como mareos, náuseas, dolor de cabeza o irritación ocular y de garganta en las personas expuestas. Además, existe un riesgo alto de explosión o incendio si se genera una chispa cerca de la fuga.
Por otro lado, el monóxido de carbono es un gas tóxico, inodoro e invisible, producido por la combustión incompleta de combustibles como gas, leña o carbón. No puede detectarse por el olfato, lo que lo hace especialmente peligroso.
La exposición al monóxido de carbono puede provocar dolor de cabeza persistente, mareos, náuseas, debilidad y vómitos. En casos más graves, puede causar confusión, dificultad para respirar, pérdida del conocimiento y, en el peor de los casos, la muerte.
Por estas razones, es vital contar con detectores de CO en los hogares y mantener un buen mantenimiento de los sistemas de calefacción y cocción para evitar tragedias como la ocurrida en Cosquín.
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