Redacción de El Litoral

El Tribunal Oral Federal de Santa Fe condenó a Franco Figueroa como autor del “doble homicidio agravado” de los santotomesinos Germán Losada y Martín Chamorro, ocurrido en enero de 2015.

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Franco Leonel Figueroa fue condenado este miércoles a la pena de prisión perpetua por el Tribunal Oral Federal de Santa Fe, por el doble homicidio de los santotomesinos Germán Losada y Martín Chamorro, ocurrido el 19 de enero de 2015 en las afueras de la ciudad de Frontera, en el límite con la provincia de Córdoba.
El juicio oral, que comenzó este lunes y en el cual declararon alrededor de 30 testigos (entre policías de provincia, gendarmes y familiares de víctimas y del imputado), reveló la trama oculta de un hecho violento que tiene su origen en el manejo del negocio de las drogas en un sector del departamento Castellanos.
El tribunal presidido por el juez José María Escobar Cello, junto con sus pares María Ivón Vella y Luciano Homero Lauría, confirmó con su sentencia el planteo del fiscal general Martín Suárez Faisal, que había solicitado se imponga a Figueroa la pena máxima, como autor penalmente responsable del delito de “doble homicidio agravado, por haber sido cometido con alevosía y por el uso de arma de fuego”. También el Ministerio Público Fiscal había sumado como agravante que Figueroa cometió el hecho para “consumar otro delito” -esto último en referencia al robo de drogas-, pero ello no fue tomado por el tribunal.
Por drogas
Si bien la investigación se inició en el ámbito de la Justicia provincial, y estuvo a cargo del fiscal Carlos María Vottero del Ministerio Público de la Acusación de Rafaela, la causa quedó finalmente radicada en la Justicia Federal, dadas las serias implicancias con el negocio por el tráfico de drogas en la zona.
El 4 de julio del año pasado, el fiscal federal de Rafaela, Federico Grimm, en forma conjunta con el titular de la Procunar (Procuraduría de Narcocriminalidad) Diego Iglesias, solicitaron al juez Miguel Abásolo la elevación de la causa a juicio.
Puntualmente, el hecho que se le atribuyó al ex árbitro de fútbol, Franco Leonel Figueroa, hoy de 26 años, fue haber asesinado a traición a Germán Losada y Martín Chamorro, la tarde del 19 de enero de 2015.
Ese día, entre las cuatro y media y las seis de la tarde, Losada salió de su casa junto con Chamorro a bordo de un Peugeot 307 negro y con vidrios polarizados, al mando del primero y juntos se dirigieron a la casa de Figueroa, con quien supuestamente debían realizar una operación de compra-venta de drogas.
A traición
Fue en esas circunstancias que el último, que iba sentado en la parte de atrás del vehículo, aprovechó un momento de distracción de los otros dos, para ejecutarlos a balazos. Según los datos de las autopsias, Losada tenía un disparo de revólver calibre 32 que le ingresó por la nuca; en tanto Chamorro presentaba un impacto similar, aunque de pistola 9 mm. Además, a diferencia del primero, este último tenía 2 impactos de 9 mm. y tres disparos más de calibre 32 en la cabeza.
Los cuerpos fueron hallados recién al día siguiente, el 20 de enero de 2015, cuando un operario de una cooperativa de la localidad de Josefina, halló el auto incendiado en un camino rural, en cercanías del basural municipal de Frontera.
La denuncia fue radicada en la comisaría 6ta. de Frontera y motivó la intervención de las autoridades del Ministerio Público de la Acusación de Rafaela, jefes de la Unidad Regional V del departamento Castellanos y peritos de la Policía de Investigaciones.
Eliminar la competencia
Con el correr de los días tomó fuerza la hipótesis de que el móvil del crimen había sido apoderarse de la droga y el dinero que llevaban las víctimas, quienes eran sindicados como integrantes de la “Banda de los santafesinos”; y a su vez, eliminar la competencia que éstos significaban para los verdaderos dueños del negocio en la zona, vinculados al denominado “clan Gallardo”. Sospechas que luego fueron confirmadas por informes de Gendarmería Nacional y por los propios testigos que declararon en la causa.
De hecho, el único imputado, Franco Figueroa, era el cuñado de un narco de Frontera conocido como “Gordo Tuli”, de apellido Gallardo y producto del parentesco era el ladero del jefe de la banda. En cuanto a Losada, se encontraba prófugo tras una salida transitoria en el marco de una condena por comercio de estupefacientes. Al momento de su asesinato, llevaba unos 5 ó 6 meses viviendo en Frontera, donde buscó refugio para no ser alcanzado por la Justicia. Durante ese lapso, lejos de recomponer su situación, se insertó en el entramado de mafias locales y rápidamente se convirtió en una amenaza para los dueños del negocio que acabaron por eliminarlo junto a su compañero Chamorro.