Wagner había sido condenado a 18 años de cárcel en febrero de este año. Foto: Archivo/Mauricio Garín
El fallo de Cámara descartó el atenuante de “emoción violenta” y confirmó el agravante por “el vínculo” para Oscar Wagner, en el homicidio de Verónica Manzanel, ocurrido en San Jorge, el 4 de marzo de 2011.
Wagner había sido condenado a 18 años de cárcel en febrero de este año. Foto: Archivo/Mauricio Garín
Juliano Salierno
El Tribunal de Apelación de Juicio Oral confirmó parcialmente la condena para Oscar Osvaldo Wagner, el hombre que llegó a juicio acusado de matar a su esposa Verónica Manzanel, en 2011, en la casa que ambos compartían en la ciudad de San Jorge. El fallo deja sin efecto el atenuante de “emoción violenta” y confirma el agravante por “el vínculo”, elevando la pena de 18 años de prisión a la de “prisión perpetua”.
Los vocales de la Sala III de la Cámara de Apelación Penal -Roberto Prieu Mántaras, Sebastián Creus y Roberto Reyes- fueron los encargados de revisar la condena impuesta a Wagner, quien había sido sancionado con una pena cuyo vencimiento estaba previsto para el 2029.
El 22 de febrero pasado, el tribunal unipersonal a cargo del ex juez de Sentencia Nº 4, Gustavo Urdiales, determinó que Wagner debía ser condenado como “autor del homicidio calificado por el vínculo”, pero “atenuado por el estado de emoción violenta”.
Dicho encuadramiento provocó la indignación de la familia de la víctima, y el fallo de primera instancia fue recurrido por el Ministerio Público Fiscal.
La apelación
El fiscal Nº 1, Carlos Rolando, había pedido “prisión perpetua” para Wagner durante el juicio y así lo sostuvo durante la audiencia de apelación celebrada el pasado 6 de noviembre, junto con el fiscal de Cámaras, Miguel Ángel Molinari.
En cambio, desde la defensa del imputado -llevada durante el juicio oral por el defensor general Nº 4, Carlos María Morales, y retomada para la segunda instancia por el defensor general Nº 1, Pablo Ursini-, cuestionaron la utilización de la figura del vínculo como agravante, pregonando la inocencia de su pupilo, entre otros argumentos.
Finalmente, este miércoles 18 de diciembre el Tribunal de Apelación del Juicio Oral se expidió y resolvió “confirmar parcialmente la sentencia apelada cuanto condena a Oscar Osvaldo Wagner por el delito que se le adjudica en este proceso, el que se califica legalmente como homicidio agravado por el vínculo, imponiéndole la pena de prisión perpetua”. De ese modo el tribunal echó por tierra el atenuante de la emoción violenta.
Cuatro preguntas
Si bien la presidencia del Tribunal durante la audiencia de Cámara estuvo a cargo del Dr. Prieu Mántaras, el primer voto en el fallo fue obra del Dr. Creus, que en casi todas sus intervenciones contó con la adhesión de sus pares.
Cuatro preguntas debieron sortear los camaristas y ellas fueron: 1ra. ¿El imputado ha sido autor del homicidio del que fue acusado en el proceso? 2da. En caso afirmativo, ¿Es de aplicación la agravante de haber matado a su cónyuge? 3ra. ¿La pena debe atenuarse por emoción violenta? 4ta. ¿Que pronunciamiento corresponde?
El Dr. Creus resolvió uno a uno los interrogantes, comenzando por afirmar que “Wagner roció con thiner a su esposa, le prendió fuego y luego logró salir de la habitación donde ello sucedió”.
En cuanto a la situación conyugal, el magistrado reconoció que si bien “esa relación distaba mucho de ser una convivencia marital”, quedó probado que, “al momento de la muerte, la víctima estaba todavía unida en matrimonio con el imputado”.
Sin atenuantes
Respecto del supuesto estado de emoción violenta, el juez entendió que “el medio elegido para matar (quemar viva a la víctima) supone algo distinto del arranque emocional sentido y difícilmente incontrolable, propio de la emoción violenta”. Por contrapartida, sostuvo que “se trata, en realidad, de una forma de causar la muerte con extremo dolor y con sensaciones claramente mortificantes en extremo para la víctima (mientras sufre el dolor de su carne quemada, se va lentamente asfixiando -la sensación de ahogo se expone como una de las muertes más dolorosas-)”.
Finalmente, sostuvo que “al adjudicar la conducta de homicidio agravado por el vínculo, debe aplicarse una pena indivisible como lo es la prisión perpetua y, ello, supone una modificación de lo decidido en la sentencia impugnada”.
El vocal Roberto Reyes adhiero al voto de Creus, salvo en lo que refiere a la aplicación de la pena, considerando que “debe disponerse el reenvío al subrogante legal”. Mientras que Prieu Mántaras dijo que la resolución que correspondía adoptar era la propuesta por el doctor Creus, adhiriendo a su voto.
El dato Últimas palabras Durante la audiencia de apelación, el imputado dijo al Tribunal “que él hoy lamentablemente no tiene a su esposa con él, que se quiso quitar la vida y que está pasando esto en una prisión y que le da gracias a Dios porque tiene paz en el corazón de que no cometió el delito. Que él se quiso quitar la vida, que le pide perdón a la sociedad, pero que no mató a su esposa”.
"Se trata de una forma de causar la muerte con extremo dolor y con sensaciones claramente mortificantes en extremo para la víctima (mientras sufre el dolor de su carne quemada, se va lentamente asfixiando -la sensación de ahogo se expone como una de las muertes más dolorosas-)”. Sebastián Creus Vocal de Cámara, Sala Penal III
"Me siento totalmente satisfecho como representante del Ministerio Público Fiscal, dado que el hecho de que hayan acogido los agravios expresados y la hipótesis primigenia del debate de juicio, en cierta forma confirma aún más las convicciones que al momento de acusar tenía este ministerio”. Carlos M. Rolando Fiscal del juicio oral
La clave En el lecho Oscar Osvaldo Wagner (44) llegó a juicio oral el 13 de febrero de este año, acusado de quemar y matar a su esposa Verónica Manzanel (33). El hecho por el cual se lo acusó ocurrió en la habitación del matrimonio, en una casa ubicada en calle Santa Fe al 2000, de la ciudad de San Jorge, el 4 de marzo de 2011, alrededor de las siete y media de la tarde. Wagner, que trabajaba en una reconocida fábrica de trofeos de la ciudad de San Jorge, tiene tres hijos jóvenes fruto de la relación con Manzanel. Y si bien convivían bajo el mismo techo, fueron muchos los testigos que hablaron de una relación terminada.