Un hombre de 33 años a quien apodan “Zorrino”, quedó en prisión preventiva este domingo, acusado por haber provocado dos incendios, uno de los cuales acabó con su propia casa y afectó a la de dos vecinas de las propiedades linderas. Fue apresado el viernes, en horas de la madrugada, cuando con un bidón con combustible intentaba quemar un baldío.
El juez penal Leandro Lazzarini dispuso la medida privativa de la libertad para Carlos Darío Centurión u Olivares, a pedido de la fiscal María Laura Martí, que le atribuyó la autoría del delito de “incendio doloso” en dos oportunidades.
“Zorrino” Centurión, también conocido por sus sobrenombres “Zorro” y “Chanchi”, llegó a tribunales acusado de haber iniciado un incendio en un colchón de su casilla, ubicada en un pasillo de la calle Delfín Huergo 3550, del barrio Los Hornos.
El hecho se produjo a las 00.40 del viernes 16 de octubre y las llamas iniciadas por el fuego de una vela se propagaron rápidamente por toda la unidad, incluso afectando el rancho de una vecina y el patio de otra.
Fue la madre del acusado quien llamó al 911 para pedir ayuda. Una unidad de la Agrupación Bomberos Zapadores (ABZ) de la Unidad Regional Uno extinguió las llamas y luego labró un informe mediante el cual se constató que el foco ígneo fue intencional.
Para la acusación el hecho no sólo acabó con los escasos bienes personales con los que contaba el inmueble, sino que a su vez puso en riesgo a terceros, que debieron evacuar el lugar por temor a morir calcinados.
Ahuyentado por los propios vecinos que quisieron lincharlo, Centurión abandonó el lugar en medio de reproches, para regresar tres horas después con un bidón con combustible, dispuesto a quemar los pastizales de un baldío que linda con el caserío, poniendo nuevamente en riesgo a sus habitantes, que dormían a esa hora de la madrugada.
A diferencia del hecho anterior, el pirómano no pudo concretar su misión, dado que fue denunciado y detenido en flagrancia.
Durante la audiencia del domingo, Centurión intentó explicar al juez lo que había ocurrido atribuyendo todos los males a supuestos “narcos” del pasillo que no lo dejaban vivir tranquilo. También reconoció que manipulaba una vela al momento del siniestro, se presume que en ocasión de estar consumiendo estupefacientes.
Pero más allá del carácter accidental o no del sucesos, la fiscalía trajo a cuento el relato de vecinos que ratificaron que el día previo el hombre ya había amenazado a viva voz con quemar las casas del pasillo.
Su abogada, la Dra. Betina Dongo del Servicio Público de la Defensa, hizo un intento por conseguirle la libertad bajo alternativas, pero la fiscal Martí se opuso y el juez Lazzarini ordenó la prisión preventiva.