Los episodios violentos en la Circunvalación no son novedad. Sin embargo, recrudecieron en los últimos meses, según informaron los propios vecinos a El Litoral.
Arrojan objetos a la calzada y asaltan con modalidad “piraña” a los conductores que se atreven a detenerse. Además, los piedrazos contra los parabrisas siguen a la orden del día. Los vecinos advierten que falta iluminación y hay tramos que son “una boca de lobo”.
Los episodios violentos en la Circunvalación no son novedad. Sin embargo, recrudecieron en los últimos meses, según informaron los propios vecinos a El Litoral.
“La verdad, hace más de un mes que todas las semanas un consorcista como mínimo viene con la noticia del piedrazo, que le rompen un vidrio, y ahora con esta modalidad de adoquines y piedras tiradas en el medio de la autopista para tratar de frenarte; lo empezamos a aducir a grupos de adolescentes que hacían una travesura o un daño sin medir las consecuencias pero ya últimamente estamos teniendo problemas de vandalismo más graves y organizados, el domingo había pedazos de mampostería de tamaño importante tirados en la autopista que te obligan a frenar sí o sí, de hecho este conductor que terminó desbarrancando el auto contra el reservorio rompió el vehículo contra esas piedras y una vez que cayó, una horda de ocho o diez personas armados, con palos y armas de fuego tardaron segundos en golpearlo y saquearlo”, relató Martín Dana, residente en Los Molinos.
“Tratamos de asistirlo -agregó- pero lo único que pudimos hacer fue llamar al 911 pero cuando ellos llegaron los delincuentes ya se habían ido”. “La gente del 107 fue amable y nos comentó que sufrió algunas escoriaciones y golpes, no por el choque sino por el robo, porque esta gente actuó de forma violenta”, lamentó.
Las “peores” zonas
Para Dana, “la mayor complicación está a la salida del hipódromo, a la altura de la Bomba 5, en la bajada del relleno sanitario, donde hay más circulación de gente...también en el nuevo barrio de Los Jesuitas, un poquito más atrás también hemos tenido inconvenientes”.
“Es una boca de lobo, no se ve absolutamente nada, ni a la bajada ni a la subida del puente que conecta con el relleno sanitario y en algunos momentos la entrada y salida de camiones es importante y no hay una sola luz”, detalló. “Patrullaje se ve poco, nosotros que somos asiduos en movernos por la circunvalación no vemos la presencia policial, salvo algún móvil que va o viene pero la patrulla no existe”, consideró.
“Nosotros tenemos un grupo de WhatsApp donde nos advertimos, pero cuando el hecho está consumado no tenemos más que avisarnos, con la indignación y la impotencia de no poder hacer más nada”, concluyó.