El Litoral / Telam
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Milagros Naiaretti, la joven de 18 años detenida junto a su madre por el crimen de su padre, relató en su indagatoria el calvario de violencia física y verbal que vivieron por parte de su padre en los últimos años tanto ella, que tuvo intentos de suicidio, como algunos de sus hermanos y principalmente su madre.
De las 15 páginas que tiene toda la indagatoria, nueve están dedicadas al relato que la joven de 18 años hizo ante la fiscal de la causa, Silvia González Bazzani, de los antecedentes de violencia doméstica que padecían por parte de su padre asesinado, Alberto Elvio Naiaretti (46).
Milagros contó que él no quería separarse de su madre Paola Elvira Córdoba (38) "porque con ella, él tenía plata fácil", y que la "obligaba a que se prostituya. La llevaba a la ruta 8". Mencionó que en 2017, Naiarette "lastimó mucho" a su mamá en un episodio en el que la llevó al lavadero de autos que tenía en su casa y donde trabajaba y la atacó con un chorro a presión con una máquina hidrolavadora.
También contó que una vez se enojó con su hermano de 6 años porque "no escribía bien", el chico se puso a llorar y le dijo que los hombres no lloraban y gritaba "que puto le había salido el pendejo". "Con nosotros, la violencia era más verbal. Con mi mamá era verbal y física", destacó.
Milagros mencionó que en la última Navidad su papá le dio 1.500 pesos a su madre para comprar regalos para los chicos y cuando volvió le "pegó una piña en la cabeza porque no le sobró nada".
Siempre según lo que contó en su indagatoria, Milagros dijo que cuando su hermana de 13 años se llevó dos materias a fin de año, su papá la llevó a la cocina "y le empezó a pegar piñas en la panza" y le dijo que era "una burra de mierda".
Milagros relató en su declaración que la última vez que su padre fue violento con ella fue en 2015, cuando lo citaron por una denuncia de violencia familiar y él pensó que ella era la denunciante. La chica explicó que ese día "subió corriendo con un cinto" a su cuarto, la bajó "de los pelos de la cama cucheta" y le empezó a pegar en todo el cuerpo y en la cabeza. Recordó que luego la llevó al patio y, pese a que "era invierno y hacía frío", su padre "cargó dos baldes de agua" y se los tiró "encima". "Al otro día me quise matar. Mi papá tenía en la cocina una caja de remedios en general. Yo agarré y tomé las pastillas más fuertes que él tomaba. Tomé como siete pastillas con Frizze (en referencia a una bebida alcohólica). Me quedé medio dormida, estaba como ida", confesó.
La chica también le exhibió en su indagatoria a la fiscal una serie de cicatrices en las muñecas y contó que eran autoinflingidas de un par de veces que se cortó después de discusiones con su padre. También exhibió otros cortes en las piernas que se hizo "con el filo de un sacapuntas" cuando su papá la insultó porque no pudo actualizarle el celular .
En otro episodio de violencia padecido por ella, contó que Naiaretti le revoleó un plato de comida, molesto porque ella estaba frente a un espejo y no le prestaba atención y que después "agarró una milanesa", se la tiró encima y le dijo: "Dale comé, sos igual que tu mamá, me chupás la energía". "Me dijo que a pesar de que no era su hija me había lavado la ropa y me había dado de comer y que tenía que agradecer que no me había violado", añadió.
Por último, dijo que su papá "era ladrón" ya que no sólo revendía bicicletas que un amigo robaba para él, sino que también iba a un mayorista "esperaba que la gente salga con lo que compraba y los robaba. Volvía con las cosas y las ponía en el negocio para vender".