Una familia de barrio Guadalupe vivió una dramática experiencia este jueves por la madrugada, cuando un ladrón armado se coló por los techos y los sorprendió mientras padre e hijo conversaban en la cocina, antes de ir a descansar. El desconocido los apuntó y comenzó a pedir dinero y objetos de valor, de lo que pudo sustraer una notebook y una suma no especificada. Escapó a la carrera por el frente y para cubrir su retirada efectuó al menos tres disparos.
La peor parte se la llevó el padre, que recibió un golpe en la cabeza, lo que le ocasionó un corte en el cuero cabelludo, según especificaron fuentes consultadas. Se presume que el asaltante lo castigó con la culata del arma, por el sólo hecho de que no tenía más dinero para entregarle.
En la planta baja estaba el dueño de casa junto a su hijo de 24 años, que acababa de entrar; mientras que en la planta alta se encontraban madre e hija, que al escuchar ruidos pidieron auxilio a la policía.
También los vecinos llamaron al 911, sobresaltados por tres detonaciones de arma de fuego que el ladrón efectuó al salir del inmueble. No está claro si lo hizo para cubrir su huida o porque el joven víctima intentó perseguirlo en medio de la desesperación.
El personal policial arribó al lugar a los pocos minutos y una unidad sanitaria asistió al hombre herido, pero fuera de peligro. Por el caso se le dio intervención a la Comisaría 8va. con conocimiento del fiscal en turno.
En tanto, vecinos del barrio Siete Jefes denunciaron una curiosa modalidad delictiva registrada este martes por la madrugada, cuando jóvenes en moto cortaron la diagonal Matturo al 700, es decir a media cuadra de El Faro de la costanera, para emprender a las patadas contra el portón de una casa cuyos habitantes circunstancialmente se encontraban fuera.
El episodio sucedió alrededor de las 3 de la madrugada del último día del feriado de carnaval. Vecinos comenzaron a oír inusuales golpes, como las explosiones que hacen los escapes de algunas motos, pensaron. Pero al cabo de algunos segundos, la cercanía del estruendo hizo que los más intrépidos se asomaran a ver qué ocurría.
“Había una moto cortando el tráfico y otra debajo del farol” que está a mitad de cuadra, “dos flacos habían abierto el portoncito y otros que entraban y salían”, señaló uno de los vecinos que debió interrumpir sus horas de descanso para evitar el robo.
Para disuadirlos, otro hizo sonar la alarma de su casa y el operativo “cerrojo” desplegado por los motociclistas se desarmó en cuestión de segundos. Para que el caso no caiga en saco roto, llamaron el 911 que llegó a los pocos minutos, con uniformados que debieron dejar la zona de la Costa -estaban asignados a Rincón-, para atender la emergencia. Sin embargo, recién a la media hora apareció un móvil de la Comisaría 3ra. que por jurisdicción es donde debe asentarse la denuncia.
Según comentaron algunos habitantes del barrio, de un tiempo a esta parte circulan por Siete Jefes un grupo de cinco motociclistas que roban bajo la modalidad denominada “tipo piraña”. En la parada de colectivo, a la salida de un comercio o en plena calle, los bandidos van por celulares, billeteras y bolsos, que luego descartan en las inmediaciones.