Caracterizados por su inconfundible aroma y sabor, los Habanos son conocidos en el mundo entero, y se han convertido en la principal fuente de exportaciones de la isla.
No es lo mismo un tabaco cubano que uno producido en otras regiones, por más que se utilicen las mismas semillas, y la diferencia radica en la tierra. Para este fin, como la cubana no hay. Por otra parte, en cada rincón de la isla encontraremos cultivos de tabaco, pero el mejor del mundo se cosecha únicamente en Vuelta Abajo, cerca de la localidad de Viñales, en la provincia de Pinar del Rio.
La humedad, el clima, el suelo y la destreza de los campesinos con tradición en el cultivo, se conjugan en una combinación ideal. El trabajo en los campos es duro y no es para cualquiera. Se requiere experiencia y habilidad para soportar trabajar largas jornadas bajo el sol calcinante de esta región. Pero los guajiros que se dedican a esto, lo hacen con mucho orgullo, continuando una larga tradición familiar, que pasa de generación en generación.
Se debe tener en claro que todos los Habanos son cubanos, pero no todos los tabacos cubanos son Habanos. Solamente los tabacos que se elaboran siguiendo las normas más exquisitas y utilizando las hojas cosechadas en zonas muy puntuales de Cuba, se destinan a la elaboración de los Habanos, la cual sigue realizándose con el mismo método de hace casi 200 años.
Entre las marcas de Habanos más conocidas mundialmente, podemos citar: Cohiba, Montecristo, Romeo y Julieta, y Vegas Robaina, cuya plantación en la zona de Vuelta Abajo puede visitarse con la compañía de un guía.




