Con los años y los retrocesos que fue teniendo, su tamaño ha variado quedando por detrás del Glaciar Viedma. Acercarse hasta él y ver los inmensos bloques de hielo que navegan por el Lago Argentino nos muestra parte de su inmensidad. Anteriormente las embarcaciones podían llegar hasta su frente, ahora los témpanos han ido cerrando el ingreso del Canal y sólo puede verse su frente caminando por la Bahía Herminita desde donde se obtiene un majestuoso Mirador del Hielo Patagónico Sur, del frente occidental del Glaciar Upsala y de la barrera de témpanos.
La mañana se nos presentaba fresca, como casi todas, pero sabíamos que nos esperaba una jornada de acción y nada nos iba a detener. Anduvimos los 23km hasta llegar a Punta Bandera para embarcarnos y comenzar la travesía que nos llevaría todo el día. Con experimentados guías a bordo se escuchaban explicaciones en francés, inglés e italiano. Todos, cámara en mano, queriendo capturar la riqueza de ese paisaje que nos regalaba el glaciar: gigantescos bloques de hielo navegando a la deriva. Y cuando hablamos de gigantescos hacemos mención a bloques que por debajo del agua contienen aún 30m de hielo hundido o más, pero es posible perder la escala de la dimensión cuando se los ve a lo lejos.
Luego de dos horas de navegación y de una lluvia que comenzaba a sentirse descendimos en la punta de la Península Herminita, (otro grupo menos arriesgado seguiría hasta la Estancia Cristina –por lo general se trata de pasajeros que no pueden realizar la caminata o que prefieren menos aventura- ) para recorrer durante más de dos horas la bahía y llegar así hasta el punto más cercano que nos permita ver el frente del Glaciar Upsala.
La península Herminita está orientada de Norte a Sur partiendo al sur del Cordón Feruglio y se extiende por más de 15 km desapareciendo en el Lago Argentino, formando parte de la entrada del Canal Upsala. Dicha península divide naturalmente los canales Upsala y Cristina.
Desde el comienzo sabíamos que no sería una caminata más. Las gotas parecían afirmarse en el suelo y las nubes en el cielo aseguraban que esto no terminaba pronto. Almuerzo en la mochila, abrigos extras y mucha actitud nos ayudaron a que en realidad se tratara de algo único. Anduvimos poco más de dos hora por las montañas y los bosques, divisando de a poco la masa de hielo y conociendo sobre los secretos de la fauna y flora de la Patagonia. José y Facundo fueron los guías que despejaron nuestras dudas sobradamente y nos fueron enseñando las vistas del cerro Norte, el Moyano y el cordón Masters que poco a poco iban apareciendo en nuestro recorrido.
Después de una larga caminata de casi 10km, llegamos hasta el punto más alto de la bahía reconocido como “El Miador de Hielo Patagónico” desde allí el Upsala se nos mostraba imponente, su lengua de hielo podía verse bajando desde las montañas hasta adentrarse en el lago, sin dudas una imagen que nos cautivó a todos. Nos esperaban dos horas de vuelta sobre otro camino, sin que nadie dejara de admirar y recordar lo que habíamos vivido mientras marchábamos a paso lento por el borde del Canal Upsala admirando sus grandes témpanos. Dos horas después nos encontramos con el barco que nos devolvería en Punta Bandera, previa parada en la estancia Cristina.
Una estancia particular
Sólo puede accederse a ella a través de embarcaciones, el lugar fue durante muchos años campo de invernada para el ganado lanar de la familia Masters, fundadores de Estancia Cristina. Años atrás a este lugar se podía llegar a caballo cruzando varios puentes de madera construidos sobre los ríos. La estancia es patrimonio del Parque y está concesionada con fines sólo turísticos, dado que sus dueños fallecieron hace un tiempo sin dejar herederos.
Llegar hasta ella es remontarse en el pasado más rico de la historia. Atracada con vista al lago, posee actualmente un Museo en el que es posible conocer el pasado familiar de sus dueños, como así también hacer un recorrido por las costumbres de la época. Enseres de cocina y de trabajo son parte de lo que se exhibe. El resto de sus instalaciones han sido dedicadas para atender al turismo y uno puede comer allí y hasta alojarse si lo desea.
Alina Pozzolo - Enviada Especial
Fotos: Alina Pozzolo - Pablo Benigni
El presente nos atrapó a la hora de la partida. Llegamos a Punta Banderas dos horas después. La lluvia persistía dejando una fina capa húmeda sobre el asfalto, organizando nuestros próximos pasos rumbo a El Chaltén. Ahora un poquito más arriba.
Vivir los Glaciares
Distintas excursiones se pueden realizar para ver y vivir los Glaciares. Desde Calafate hay posibilidades de contratar distintos itinerarios. Estancia Cristina es una de las empresas con mayores prestaciones y que ofrece la excursión de caminata para ver el Upsala y visitar posteriormente la Estancia. La tarifa varía dependiendo de la excursión que se contrate. Mayor información: www.estanciacristina.com
Alina Pozzolo - Enviada Especial
Agradecimientos: Estancia Cristina - Mariana Larroquet.








