Fueron aquellos visionarios y audaces galeses quienes en busca de tierras donde forjar su propio destino, preservar su identidad, y fundar una vida en libertad, arribaron a estas tierras en el Velero Mimosa, en tiempos en que la Corona Británica presionaba y perseguía sus expresiones culturales (entre ellas su idioma), sometía al pueblo, y hacía peligrar su independencia.
Fue así que llegaron a las costas del Golfo Nuevo, punto de partida para el sucesivo establecimiento de colonias (Rawson, Gaiman, Trelew, Dolavon, 28 de Julio) donde fueron desarrollando en el transcurso de los años la actividad agrícola, con obstinado esfuerzo.
En sus inicios, se encontraron con la adversidad e inclemencias climáticas, (que más de una vez provocó el fracaso de sus cosechas), pero también con sus apacibles pobladores nativos, los tehuelches, con quienes con el paso del tiempo, lograron establecer una armoniosa relación.
Una vez sorteadas las dificultades y alcanzada la buenaventura económica, se decide realizar el tendido de una línea férrea para el traslado de productos agropecuarios desde el Valle del Río Chubut hacia la costa del Golfo Nuevo. Es entonces que gracias a una ley nacional sancionada el 20 de octubre de 1886, se otorgan las tierras necesarias para dicha labor, considerándose a esta fecha como aniversario de nuestra ciudad.
En cuanto a su toponimia, Trelew significa en idioma galés “Pueblo de Luis”, en homenaje a quién fuera el propulsor de esta iniciativa y considerado su fundador, Lewis Jones, valeroso pionero quien exploró por primera vez la región patagónica hacia fines de 1862, junto a Love Jones Parry.
Entre los legados históricos de relevancia cultural que nuestra ciudad ha orgullosa heredado, se encuentra el Eisteddfod, culto a la música y la poesía galesa que tiene lugar año a año en el mes de Octubre, y que con el paso del tiempo fue incorporando nuevas disciplinas como la danza, el teatro, las artes plásticas y la fotografía, entre otras.







