"El principio más profundo del carácter humano es el anhelo de ser apreciado". (William James).
"Lo del jueves no me lo voy a olvidar por el resto de mi vida", dice este "pibe" que la "rompió" en Colón, se fue muy jovencito y hoy es un hombre que a los 52 años se emociona como si fuera un niño. Una charla a fondo en la que no faltaron recuerdos, intimidades y una sentencia: "Quise retirarme en Colón, pero esa deuda está saldada".
"El principio más profundo del carácter humano es el anhelo de ser apreciado". (William James).
Es muy cierto aquello de que la vida es un eco: lo que envías, te regresa; lo que das, recibes. Podrá asegurarlo, sin lugar a dudas, alguien como Sergio Ariel Verdirame, aquél zurdito habilidoso, goleador, veloz y de gran pegada que apareció en la primera de Colón despertando gestos de admiración como hacía mucho tiempo no se apreciaban en esas etapas sufridas y de necesidades. Tenía edad de escuela secundaria el Zurdo. Y se había convertido en el "héroe" de aquéllos chicos que recién estaban amaneciendo a la vida, en tiempos de guardapolvos, carpetas, materias y primeros amores. La "rompió" de entrada en un equipo con jugadores hechos que generaron una gran expectativa en ese Colón que se debatía por volver a Primera. Un fenómeno de jugador y de persona, el Zurdo, siempre rodeado del cariño cercano de su ejemplar familia, de los amigos, los compañeros y la gente... La gente que lo adoptó como ídolo muy rápidamente.
-¿Qué sentiste el jueves en la cancha?
-... De las emociones más grandes, sobre todo cuando salí de la cancha, luego del homenaje... Eso de ir mostrando lo que me dieron, fue tremendo. No sé si me aplaudían a mí o al equipo que estaba en la cancha, pero fue extraordinario... Sentí muchos "Zurdo, te queremos"... Y ví a muchos amigos... Mirá, yo tuve muchas alegrías en el fútbol y todos dicen que ganar un título es lo más importante, pero en Colón no gané nada. Gané en Colo Colo, en Monterrey, en Cruz Azul... Pero estas cosas, en tu club y en tu tierra, no se pagan con nada... En Monterrey, el primer mes desde su creación, la entrada para ir al museo del club venía con mi foto; y eso es impagable... Haber sido elegido como el "embajador" de Monterrey en la final de la Concacaf con Tigres, también. De Tigres fue Batocletti, el que jugó en Racing y en Unión y de Monterrey fui yo. Por eso, fui el primero en toda la ciudad en tocar la copa y me tocó entrar con ella a la mitad de la cancha... Pero lo que viví el jueves en la cancha de Colón, me hizo sentir una parte muy importante del club de mis amores... Lo voy a agradecer de por vida...
-¿Qué fue lo que más te sorprendió?, ¿lo que no pensabas que te podía pasar?
-... Me pasó algo genial con el tema de las fotos... De los que me pedían, había un montón que lo hacían para mandársela a los padres... "Es para mi viejo, Zurdo", me decían... Capaz que a mí ni me conocían, pero para el padre era muy importante y ellos estaban felices de sacarse la foto conmigo para darles una alegría a sus padres.
-¿Te sentís ídolo?
-... Así me sentí el jueves, lo reconozco... A mi me cuesta decir eso, que soy ídolo, me da un no sé qué... Yo me siento muy querido por la gente de Monterrey y por la de Colón... Y es difícil que puedan quererte tanto en dos equipos... Hoy estaba caminando por la peatonal y todo el mundo se acercaba a saludarme... Es una locura y jamás imaginé que me podía pasar... Hacía nueve años que no venía y que la gente se siga acordando, es algo muy emotivo... No se compara con nada... La veía a mi novia feliz, mis hermanos que me llamaban, amigos que estaban contentos, el Negro Erviti que me dijo que me vio en la tele y se emocionó... El productor del programa de TV que tengo en México que me pedía las imágenes para pasarlas allá... Santa Fe me pone feliz.
-¿Hay una deuda pendiente de vos hacia Colón o de Colón hacia vos?
-No no. Está saldada... Tuve un problema con el señor Vignatti, hace mucho, mucho tiempo y lo arreglé... Quizás yo era rebelde en ese momento y posiblemente los equivocados éramos los dos y no sólamente él, como yo pensaba... José Alonso nos unió, fuimos a un bar de la costanera, arreglamos las cosas y hoy te puedo decir que Vignatti me llamó tres o cuatro veces en estos últimos años para preguntarme por jugadores... Siempre le atendí el teléfono, y él me atendió cuando lo llamé para felicitarlo por el título y estuve ahora en su palco... Es posible que yo le deba a Colón y no Colón a mí.
-Zurdo, la verdad, ¿cómo le vas a deber a Colón si hiciste algo que pocos (o casi nadie) hacen: donar dinero para que se construya la cancha auxiliar?
-¡Yo pensé que a ese dinero se lo quedaba la directiva!... ¡Y la directiva hizo la cancha...! No hay deudas... Y aquello con Vignatti fue un tema en el que los dos pensábamos que estábamos equivocados... Yo me equivoqué en no hablar con él y hacerlo con otra gente... Tendría que haberlo encarado directamente a él.
-¿Vos querías jugar en Colón otra vez?
-Yo quería despedirme del fútbol en Colón... ¡Eso quería!... La realidad es que lo hice en Monterrey... Estuve dos años sin jugar. Y en un partido oficial, Passarella, que era el técnico, me puso cuando faltaban cuatro minutos... ¡Entré e hice el gol!... ¡Hubiese dado cualquier cosa por jugar 4 minutos en Colón!... Siempre le digo a Passarella que él no me puso, me puso la hinchada... "Olé ole ole, pibeee", gritaban ... Entro y en la primera jugada lo gambeteo a Traverso y me patino... Y en la segunda jugada, fue gol... ¡No toqué ninguna otra pelota!... Salgo gritando, me tacklea el Negro Erviti y se me tiraron todos encima... Me levanto y voy corriendo a abrazar a Passarella... ¡Cuatro minutos!... Yo no estaba para jugar, esa es la verdad... Los otros volaban y yo iba en cámara lenta, estaba en otra... La gente le reprochaba a Passarella porque me había puesto cuatro minutos, pero la verdad era que no estaba para jugar... Eso no quiere decir que Colón esté en deuda...
-Me imagino que este amor inconmensurable te habrá llevado a disfrutar algo muy especial como fue el título de campeón del 4 de junio...
-... Me hizo re feliz, porque sufrí mucho cuando perdimos con Independiente del Valle... La noche del partido con Racing fue tremendo, mi novia me dijo que nunca me había visto llorar... Y esa noche lloré... En la habitación donde duermo, tengo tres cuadros: uno de Colón campeón; otro, también de Colón, que me hizo mi novia, porque ella pinta; y mi primera camiseta, que mi hermano me la había guardado y me sugirió que la encuadre y la ponga.
-¿Quedaste conforme con aquella charla con Vignatti?
-Muy conforme... Uno crece, entiende que de joven es rebelde y quizás el equivocado haya sido yo... El me habló cuando lo trajo a Dida Domínguez, después también me llamó por Cardona... Estoy contando intimidades pero no importa porque no miento... En lo que puedo ayudar, desinteresadamente, por Colón lo hago. Cuando vino el Turco Mohamed a Colón, Lerche me llamó por él y yo lo recomendé... Por Colón voy a decir siempre la verdad... Y ojo que una vez me llamaron de Unión por De Pietri... Me acuerdo que fue Marcelo Martín... Y yo hablé con él y le dije lo que pensaba, con toda honestidad... Por Dida Domínguez dí buenas referencias porque me parece un gran arquero... Le dije eso y que es mejor persona... Y vino a Colón.
-Estuviste adentro de la cancha como jugador, afuera como entrenador y la pregunta es: ¿y ahora?, ¿seguís con el "bichito" de seguir en el fútbol por más que estés en los medios y que se valore tu opinión?
-Me encantaría... Hoy lo mío son los medios, pero siempre sueño con volver a la cancha... Eugenio Azcárraga, mi jefe, siempre me dice que me quiere ver dirigiendo... Estuve de director deportivo, vicepresidente deportivo en Veracruz y en Jaguares lo llevamos a Neri Cardozo y a Gandolfi, que anduvieron muy bien... Y fui el primer director deportivo de una escuela de Barcelona, fuera de Cataluña... Lo primero que me preguntaron es si tenía experiencias con niños y le dije que tenía tres hijos... Y se rieron... A los pocos días estaba viajando a Barcelona... Me eligieron entre 40 mexicanos... Hoy tengo una gran tranquilidad en Monterrey, pero por Colón haría cualquier cosa...
-En la Argentina, los clubes son sociedades civiles y en México se manejan como empresas. ¿Es mejor lo de México?
-Sí... Los directivos cobran, tienen una obligación laboral y como dueño se les puede exigir... Acá es distinto, los dirigentes pierden patrimonios, algunos no van... Y allá veo que hay un orden... Monterrey, que es el club que conozco, está entre los mejores del mundo... No lo digo yo, lo dice Carrizo, el arquero... El dijo que tenía mejores instalaciones que el Milan... En Monterrey hay un quirófano en el lugar donde entrenan, así que si a un jugador le da un paro, lo pueden operar ahí... Tiene hasta un hotel en el lugar donde entrena... Pero eso sí, la pasión que hay en Argentina es difícil de igualar... ¡Lo que sufrió México con el tema de que le tocó Argentina en el grupo!...
-A la distancia, se vé al fútbol mexicano con una estructura económica, legal, patrimonial y de organización muy diferente a la que tenemos en Argentina, donde la pasión gobierna...
-Allá son empresas multimillonarias, tienen los sueldos al día, traen jugadores extraordinarios como Maximiliano Meza, Guido Pizarro, Funes Mori... A Colón no le podés poner un dueño, es muy complicado... Mirá, te cuento algo mío, personal: hace unos meses, tres chicos de Monterrey me dijeron que querían comprar un equipo y que yo iba a ser el presidente... Hoy tengo un equipo de la tercera categoría de México, no sé cuánto nos va a durar, es una división amateur pero que compite para llegar a ser profesional... Es un equipo que creamos de la nada, se llama San Pedro 710, empezamos a competir ahora y arrancamos de cero... Conseguimos cancha para jugar, el torneo es como una C de acá, con ascenso y sin sueldos, no se aceptan extranjeros y son todos chicos menores de 20 años...
-En conclusión, ¿qué es lo que traerías de esa estructura que hay en México y que pensás que funcionaría en la Argentina?
-Lo del dueño me cuesta creer que funcione... No sé cómo se maneja el scouting acá, pero allá se maneja muy bien... Vos como director deportivo le decís que querés al scout que querés un jugador zurdo, de tales características y de entre 20 y 24 años, y te tiran todos los datos... Allá, cuando contratamos a Suazo, fue el propio técnico el que viajó a verlo... Eso está claro... Yo sigo pensando que las relaciones personales son fundamentales y que no es lo mismo cuando el entrenador va a hablar con vos para decirte qué quiere que hagas en la cancha... El scout va decantando por condiciones y por precio y te tira lo que está disponible para tus pretensiones... Hasta hace poco, lo tenían a Farías en el radar... Yo se lo conté a Facundo, al que tuve la oportunidad de conocerlo acá en el hotel porque estaba concentrado... También José López, el de Lanús... Tienen una manera de scoutear muy buena... Eso es lo que se podría traer y adaptar muy bien al fútbol argentino.
-Acá los que terminan gobernando el mercado de pases son los representantes, que acercan jugadores...
-¡No te podés casar con un representante!... Ni con uno, ni con dos ni con tres... Yo lo tengo que pedir porque lo quiero y no porque me lo mete un representante... Si lo hacés, cerrás muchas puertas... El representante está para arreglar el contrato y punto...
-Me imagino que lo conocés a Cristian Bragarnik...
-¡Es el número uno!... Cuando hice el último gol, en mi despedida, él era el vicepresidente del Querétaro, el rival nuestro y vino al vestuario a saludarme... Me llevé muy bien siempre con él y se hizo dueño de varios equipos... En Tijuana hizo muy buenas cosas, fue campeón con el Turco, lo llevó a Pellerano, a Aguilar, el central de Colón... Lo llevó a Diego Maradona a Dorados, que es la filial de Tijuana... ¡Un capo!
"Passarella era el técnico y me puso cuatro minutos y así me despedí del fútbol en Monterrey. En esos cuatro minutos, tuve la suerte de hacer un gol y era un partido oficial. Hubiese dado cualquier cosa por jugar esos cuatro minutos con la camiseta de Colón. Era lo que quería".
Sergio Verdirame - Ex jugador de Colón