Por Tomás Rodríguez


Por Tomás Rodríguez
La mejor campaña de Colón en primera división en la sexta década del siglo pasado ofreció dos notables victorias frente al campeón Vélez Sarsfield (3-1, Orlando Medina Leites y 2 de Juan Ceballo) y Racing Club, a quien le quitó el invicto en la penúltima fecha por 4 a 2 y determinó el triple empate entre aquellos equipos y River Plate, bajo la conducción de Jim Lópes (Alejandro Galán).
En el Campeonato Nacional de 1968, el 8 de diciembre, Colón derrotó a Racing Club, puntero e invicto en una notable actuación. Para lograr el derecho de actuar en esa competencia, había vencido a Atlanta, en Villa Crespo, por uno a cero, con anotación de Carlos Alberto Colman.
Poco tiempo después, el presidente Italo Giménez para afrontar la difícil situación económica-financiera se debió desprender de principales figuras, entre ellas, Agustín Balbuena, Carlos Alberto Colman, Julio Correa y Juan Carlos Lo Bello, que fueron transferidos a Rosario Central; Orlando Medina Leites a Boca Juniors, bicampeón en 1969 con Alfredo Di Stéfano y Alberto Pompeo Tardivo a Independiente y luego Argentinos Juniors.
El destacado periodista de "El Litoral", Armando Pedro Lombardi (una gloria del básquetbol santafesino: campeón con Gimnasia y Esgrima, AEOM y Argentino y DT, PF de baloncesto y fútbol, además de dirigente de Unión) al hablar con los periodistas porteños les había anticipado que "la cancha de Colón tiene bien ganada su fama de 'Cementerio de los Elefantes'. Hasta el Santos con Pelé, Zito y Coutinho perdió en el barrio Centenario; incluso jugando en Primera B mantuvo casi cinco años la cancha invicta; aunque pueda caer ante algún equipo de poca monta, a los grandes siempre les hace partido. Se agranda en los compromisos importantes y además tiene una hinchada que lo empuja a hacer milagros", aseguró.
Juvenal (Juan Carlos Pasquato) escribió en "El Grafico" que "Cayó el último invicto. El fútbol de Colón le ganó a la vergüenza de Perfumo", agregando en una llamada: "Gran triunfo sabalero, neto, terminante, ajustado a lo que pasó en la cancha, ante un Racing que dio ventaja de jugar con medio Basile. El Basile de Colón (Alberto Pompeo Tardivo) ganó el partido desde la media cancha y el inteligente Orlando Medina Leites lo concretó en la red. A fuerza de temperamento, Racing alcanzó el empate, en un final electrizante, el mejor equipo volvió a desnivelar con juego y goles. Pero Racing Club cayó en su ley: guapeando".
Alfio Basile había sido punto culminante en la victoria de Racing una semana atrás ante Estudiantes (3-1 y dos goles suyos), con su estampa de caudillo y su potencia de gol, tuvo 10 minutos de gran nivel, sin embargo, allí, el "Beto" Tardivo le había pasado por encima a la figura académica, arrastrándolo a posiciones defensivas donde apenas llegó a ganar una que otra pelota de alto. (Juan Carlos) Rulli mantenía inalterable nivel de rendimiento marcando y tratando de armar; (Marcos) Cominelli no podía con el ágil (Juan Carlos) Lo Bello, ni aportaba peso en la creación de la visita; allí se planteó y definió todo; el resto fue obra de la inteligencia de (Orlando) Medina Leites (improvisado centrodelantero por la lesión de Néstor Borgogno), de los piques del "Mencho" (Agustín) Balbuena, que fueron demoliendo a los dos Díaz (Rubén y Juan Carlos), cuando "picaba" por derecha o izquierda, frente a la escasa claridad de ideas y de certeza ejecutiva que aportaron los delanteros del elenco de Avellaneda.
La lucha alcanzó un tono vibrante pese a la desigualdad de atributos futbolísticos que los dos equipos aportaron al juego; el gran protagonista del fútbol limpio, bien construido, flexible de ideas y en realización, fue el cuadro sabalero; pero la perseverancia, el coraje y la vergüenza que Racing ofrendó a partir de los arrestos del internacional (Roberto) Perfumo, redondearon un espectáculo con fuerte sabor de fiesta y drama.
La primera parte cerró con superioridad clara de Colón en la cancha y en la red; un perfecto impacto de cabeza de Tardivo casi sobre el cierre del periodo, ante un centro preciso del "Pato" (Carlos Alberto) Colman a espaldas de Perfumo, dejando sin defensa al notable portero (Agustín Mario) Cejas.
En el arranque del complemento, (Juan José) Pizzuti optó por una variante, (Mario) Chaldú reemplazó al "Torito" Raffo; sin embargo fue más notoria la superioridad colonista, rubricada con un golazo de Medina Leites que inició y culminó una acción de alta jerarquía.
Parecía que se desmoronaba totalmente la capacidad de aguante que mostraba Perfumo en el fondo, cubriendo a todos sus compañeros con solvencia y firmeza, pero se produjo la gran sorpresa; Colón se retrajo, como si se conformaba con el 2-0; se replegó Tardivo y Perfumo llevó a todo Racing con más corazón que cerebro, con más temperamento que ideas, pero con inquebrantable decisión de morir peleando; aparecieron grietas en los marcadores centrales rojinegros; una pelota pasó por entre los marcadores centrales y como contra Estudiantes, apareció (Jaime) Martinoli, con un cabezazo hacia abajo, acortando diferencias. Un rato después, un tiro libre indirecto, el ex Banfield tocó para Perfumo y su disparo de derecha bajo y cruzado, sorprendió a Drago, parecía increíble pero el primer campeón mundial argentino de clubes había empatado.
El nivel emocional del juego alcanzó su cumbre, Colón salió a buscar lo que tenía seguro y se le había escurrido de las manos; Tardivo volvió a posición ofensiva y tres minutos después un frentazo suyo ante un tiro libre de Colman, pegó en el travesaño y Sanitá tomó el rebote y convirtió la tercera conquista del anfitrión.
El ritmo y la intensidad del encuentro crecieron, Perfumo se olvidó definitivamente de su función de último hombre y se fue al ataque, cada réplica de Colón era una posibilidad de nuevos goles; Orlando perdió un tanto increíble ante gran jugada de Balbuena y centro atrás; a tres minutos del final, "Can Can" Ceballo, marcó el cuarto en otro contragolpe electrizante, la pelota pegó en un poste, ingresó a la valla, el uruguayo (Nelson) Chabay la sacó de adentro, pero el línea número uno salió corriendo hacia la mitad de la cancha convalidando Ithurralde el tanto que sellaba un gran triunfo de Colón 4 a 2 y ratificaba la leyenda de un estadio fatal para los visitantes empinados, ante la euforia de sus hinchas en una temporada de éxitos,
Medina y Tardivo fueron figuras desequilibrantes
Orlando Medina Leites demostró que se trataba de un jugador hábil, inteligente, vivo para explotar el desequilibrio adversario y agudo en sus concepciones ofensivas. Esta vez no jugó de mediocampista debió suplir a Néstor "Gringo" Borgogno, lesionado, fue un delantero neto.
Si arrancando desde atrás tenía la virtud de saber proyectarse, jugando de punta exhibió la ductilidad funcional, de proyectarse como volante y a los costados para salir armado hacia el gol; además la defensa de Racing no le escatimó piernas fuertes y arriba. El oriental nos confesó hace algunos días que "ese día no quedó nadie sin probar la dureza de mis pantorrillas morenas y cimbreantes, no arrugué, fui al frente con claridad conceptual , profundidad, alternando el freno que desequilibraba al contrario, la pisada que limpiaba el panorama en 20 centímetros cuadrados, con la entrada a fondo, buscando la red.
"El segundo tanto fue una obra maestra, uno de los mejores que anoté, arranqué eludiendo a dos defensores, habilité largo a la derecha al 'Mencho' Balbuena, quien superó al 'Panadero' Díaz y su centro atrás llegó justo a mi pie derecho para vencer a Cejas. Lo que no me olvidaré jamás es como se hacía respetar Perfumo, te pegaba alevosamente y luego te ayudaba a levantar", explicaba el otrora futbolista y técnico de Colón..
El "Beto" Tardivo recibió muchos elogios de la prensa nacional, por su personalidad y presencia cuando se mandaba al ataque, pisando con seguridad, con sentido de explotación racional de espacio vacío, llegando por sorpresa. Arrancaba hacia adelante y se llevaba medio equipo suyo y medio contrario a la rastra. En su gol, el que abrió el marcador, llegó al cabezazo con fuerza y justeza, poniéndola contra el palo izquierdo de Cejas, en trayectoria de arriba hacia abajo.
Reconoció que "ese equipo era ofensivo, jugaba de idéntica manera de local como visitante y en esa temporada fuimos superiores a los tres que jugaron la final: Racing, River y Vélez, aunque como eramos del interior, siempre había alguna ayuda para los grandes. Fue un gran año de Colón y mucho tuvo que ver la estrategia de Jim Lópes, quien alguna vez llegó a dirigir la selección nacional", aseguró Tardivo.
Dos figuras descollantes
Orlando Medina Leites demostró que se trataba de un jugador hábil, inteligente, vivo para explotar el desequilibrio adversario y agudo en sus concepciones ofensivas. Esta vez no jugó de mediocampista debió suplir a Néstor "Gringo" Borgogno, lesionado, fue un delantero neto.
"El segundo tanto fue una obra maestra, uno de los mejores que anoté, arranqué eludiendo a dos defensores, habilité largo a la derecha al 'Mencho' Balbuena, quien superó al 'Panadero' Díaz y su centro atrás llegó justo a mi pie derecho para vencer a Cejas. Lo que no me olvidaré jamás es como se hacía respetar Perfumo, te pegaba alevosamente y luego te ayudaba a levantar", explicaba el otrora futbolista y técnico de Colón..
El "Beto" Tardivo recibió muchos elogios de la prensa nacional, por su personalidad y presencia cuando se mandaba al ataque, pisando con seguridad, con sentido de explotación racional de espacio vacío, llegando por sorpresa. Reconoció que "ese equipo era ofensivo, jugaba de idéntica manera de local como visitante y en esa temporada fuimos superiores a los tres que jugaron la final: Racing, River y Vélez, aunque como éramos del interior, siempre había alguna ayuda para los grandes. Fue un gran año de Colón y mucho tuvo que ver la estrategia de Jim Lópes, quien alguna vez llegó a dirigir la selección nacional", aseguró Tardivo.