Por Enrique Cruz (h)
Fue campeón del mundo con Boca e hizo el gol en aquella inolvidable final del 2003 ante el Milan, forzando la definición por penales. Había ganado allí la Libertadores de ese año y luego fue campeón de la Sudamericana del 2005. Al año siguiente, en el 2006, se fue al DC United; volvió para militar en Belgrano y luego se sumó a Newell’s, donde quedó en libertad de contratación. Tiene 29 años y Mario Zanabria lo hizo debutar en Unión en 1998, en aquel recordado encuentro ante Platense (5-2 en Vicente López y Unión puntero del campeonato), donde marcó un gol. Posteriormente, la llegada de Nery Pumpido lo potenció. Marcó 12 goles en menos de 60 partidos con la camiseta de Unión (marca aceptable para un volante) y eso le permitió una venta al Venezia de Italia, donde jugó muy poco y se volvió para triunfar en Boca.
Este introito sirve para hablar de este buen volante esperancino, surgido de Juventud de esa ciudad, que hoy provoca desvelos en el cuerpo técnico de Unión. Es Matías Abel Donnet, quien admitió —tal cual lo adelantó El Litoral— el interés de Pumpido por tenerlo en este proyecto recientemente iniciado.
—¿Hablaste con él?
—Sí, hablé con él. Nery fue muy importante en mi carrera y me identifico mucho con su sentimiento por Unión. Me gusta cómo habla del club, cómo lo quiere y cuánto es capaz de hacer por Unión. Eso me motiva.
—¿Significaría un retroceso para tu carrera?
—No, no... Yo quiero volver a jugar en Unión para ascender... Mirá, fue muy lindo lo de Boca, fui campeón del mundo y llegué a un lugar al que muy pocos pueden acceder. Pero de verdad que es motivante regresar al club donde nací y que me permitió eso, lo de llegar a lo más alto, para darle una mano en un momento en el que todavía tengo cuerda para algunos años más y no estoy de vuelta.
—¿Y lo económico?
—Veremos... Sé cuál es la situación de Unión porque no soy necio.
—¿Tenés otras ofertas?
—Sí, seguro. Inclusive, hubo técnicos que me hablaron. Lo hizo Burruchaga, que me dijo que me quería para Arsenal. Y habría una chance de Argentinos Juniors también.
—¿Qué te gustaría?, ¿un año más en Primera y luego Unión?, ¿o Unión ya mismo?
—Vengo de un año en Newell’s en el que jugué muy poco, pero muy poco de verdad. Esto me ha quitado ritmo. Si bien el jugador de fútbol no se olvida de jugar y la continuidad permite recuperar nivel, a mí me gustaría volver a Unión con más ritmo de competencia.
—Bueno, pero acá vas a jugar, Matías...
—Sí, claro, seguro que voy a jugar y eso me permitirá conseguir continuidad... Lo que quiero es volver bien a Unión, no sé si me entendés... Para mí, no es, como todos los jugadores dicen, que vuelvo para terminar mi carrera porque me doy cuenta de que estoy acabado. Nada que ver. Quiero volver a Unión para ascender. Y para eso hay que estar bien.
—¿Cómo sigue la cosa?
—Vamos a ver... Con Nery hablé, al Turco lo conozco muchísimo, son personas por las que tengo mucho cariño y admiración por lo que fueron y son para Unión. En los próximos días deberíamos definirlo.
—¿Cómo encajarías en un 4-4-2?
-Mirá, yo jugué en varias posiciones del mediocampo. Por ejemplo, lo hice de volante por derecha, lo hice de volante por izquierda, lo hice de enganche y también como doble-cinco. Esta última, la de doble-cinco, es una posición y función que me encanta. Te hace estar en contacto permanente con la pelota y con ciertas libertades para pisar el área rival.
—Te reitero algo que pregunté hace un instante. ¿Cómo incidiría lo económico?, ¿pensás que es gravitante?
—No tengo la vida solucionada ni estoy definitivamente seguro. Jugué en Boca varios años, fui transferido, estuve en Newell’s e hice una diferencia, pero no es para cerrar las persianas y decir: “listo, ya estoy hecho”. Como te decía antes, tampoco soy un necio que va a desconocer lo que puede pagar hoy Unión. Veremos...






