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De un banderazo llevado a cabo en Barcelona, donde la Selección Argentina está entrenando de cara al Mundial de Rusia, participó la filial en Europa Sangre Tatengue, que tiene al ex arquero de Unión como referente de la misma.
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Como es tradicional y lógico, cada cuatro años, a pocos días de la disputa de los mundiales de fútbol, distintos medios periodísticos requieren la opinión de quienes han sido protagonistas de los mismos, y sobre todo han tenido la posibilidad de levantar el máximo galardón a nivel universal, para hablar sobre lo que se viene, en este caso el Mundial de Fútbol Rusia 2018.
En nuestra ciudad, habita uno de los máximos referentes de la selección campeona en México 1986: Nery Alberto Pumpido, nacido hace 60 años en la localidad de Monje (a 90 kilómetros de la capital). Disputó tres mundiales defendiendo el arco argentino en su carrera profesional de 16 años y en todos debió afrontar situaciones diferentes.
En España 1982, fue el tercer portero del plantel entrenado por César Luis Menotti y que contó por primera vez con Diego Maradona. En México 1986, bajo la conducción de Carlos Bilardo, jugó los siete partidos y levantó la Copa del Mundo. En Italia 1990, sufrió en el segundo encuentro una doble fractura de tibia y peroné que le impidió seguir en el torneo, en el que el equipo albiceleste fue subcampeón. En total, atajó nueve partidos y recibió seis goles.
Después de una extensa carrera como guardameta, debutando siendo muy pibe en Unión, club en el cual jugó durante cinco años (1976 a 1981), pasando por Vélez (1981-1983), River (1983-1988), Real Betis de España (1988-1990) y retirándose en Unión (1991-1992), Pumpido inició su trayectoria como director técnico, teniendo su bautismo en Unión, y entrenando a equipos como Olimpia (Paraguay), Tigres y Veracruz (México), Newell’s y Godoy Cruz (Argentina).
En una de las tantas entrevistas a las que lo convocan (y a las que casi nunca dice que no), Nery detalló algunas condiciones que debe cumplir el seleccionado argentino si pretende ser campeón en Rusia, y además opinó que el astro Lionel Messi puede ser quien “salve” al equipo, aunque apoyado por todo el grupo.
—¿Qué características debe tener un seleccionado para ser campeón del mundo?
—A priori es imposible saberlo. Son carreras que se van desarrollando. Lo seguro es que no es fácil porque hacen falta muchísimas cosas: disciplina, entrega, estar excelentemente preparado, tener conocimientos técnicos y que te salve un jugador.
—¿Ese jugador será Messi?
—Puede ser, aunque todo el equipo tiene que apoyar a Messi. Sin un equipo atrás es muy difícil. Un solo jugador no puede ganar un Mundial.
—¿Qué aporte pueden hacerle al equipo los jugadores referentes del plantel?
—Es muy importante mirar a aquellos que están arriba tuyo y aprender de ellos en la competencia. En 1982, integré el equipo que jugó el Mundial de España y pude ver de cerca y conversar mucho con Ubaldo Fillol, el arquero campeón en Argentina 1978. Aprendí mucho de él para todo lo que vino después.
—¿De qué modo analiza al seleccionado argentino cuando falta tan poco para el Mundial?, ¿le genera dudas su rendimiento previo?
—En los meses anteriores al Mundial de México 1986, teníamos más dudas que los jugadores actuales, y sin embargo fuimos campeones. Es importante la preparación física y futbolística que están teniendo ahora en Barcelona. En ese lapso, las selecciones cambian mucho. Los jugadores están juntos, hablan, pueden trabajar y ver en acción al seleccionador por más tiempo. Hasta ese momento los entrenadores son sólo seleccionadores, pero en esos días se convierten en entrenadores porque pueden trabajar mañana y tarde. Antes no pueden hacerlo.