En este fútbol argentino de alta competencia y competitividad, hay que sacar ventajas como la que sacó Unión. No es sencillo, aún cuando enfrente hay un equipo desangrado, con muy poco para dar como este pobrísimo Godoy Cruz. La semana pasada, Boca había necesitado de la expulsión de Herrera para asegurar una victoria ante este mismo equipo que, mientras eran 11 contra 11, no estaba tan clara en el trámite para el equipo de Russo y en la mismísima Bombonera. Y Unión logró sobreponerse a un fuerte golpe inicial (un gol a los 6 minutos en una acción en la que pareció falta contra Assis) para hacer pie primero, emparejar el resultado y más tarde, cuando estaba todo dado para dar el zarpazo, afrontar otro golpe –el de la expulsión de Carabajal- y allí, cuando se quedó con uno menos, dar vuelta el partido y ganarlo con justicia.
Quedan cosas positivas y negativas, algunas cuestiones que se repiten y a las que Madelón trata de encontrarle alguna solución, como esa falta de precisión y claridad en el manejo de la pelota en el mediocampo. Atrás se las “arreglan”, pero el problema aparece cuando el equipo tiene que salir a crear juego y no encuentra espacios. Allí es donde parece que Unión no está cómodo. Madelón cambia jugadores pero siguen faltando precisión y claridad. Se suple con algo que este equipo tiene de sobra: 1) funcionamiento; 2) generosidad para el despliegue. Acá el que entra sabe que lo hace en un equipo que tiene un estilo de juego y que hay que correr y sacrificarse. La disciplina táctica se valoriza, pero falta el destello individual. Algo que, por ejemplo, apareció en un par de jugadas clave para definir el partido. La de Troyansky para darse vuelta, sacarse de encima una marca y meter un remate estupendo que doblegó la estirada de Rey en el segundo gol o la de Cabrera, para robar una pelota en el medio, encontrando a contrapierna a toda la defensa contraria para definir con un remate cruzado.
Dentro de ese esquema de funcionamiento disciplinado, hay cosas que se valorizan, como por ejemplo una interesante sociedad en el primer tiempo entre Cabrera y Blasi por derecha; o la intención de Assis y Cecchini de adelantarse en la cancha para recuperar más arriba la pelota, aún a expensas de que le puedan ganar las espaldas y enfrentar mano a mano a los centrales, que responden siempre en Unión y se han convertido en una garantía, empezando por el rendimiento del pibe Calderón, que está haciendo olvidar a la implacable respuesta que siempre dio Gómez Andrade en los dos años y medio que jugó en Unión.
Eso que se hacía por derecha y en forma reiterada, también se intentaba por izquierda (así llegó la jugada del penal), pero el centro, cuando era buscando el cabezazo, generalmente terminaba o en las manos de Rey o en la cabeza de alguno de los centrales de Godoy Cruz. Por eso, la iniciativa que Unión asumía en el partido, se diluía con el avance en el campo de juego, sin encontrar esa claridad suficiente para terminar adecuadamente la jugada.
Cuando volvieron del descanso, el partido pasó a manos de Unión. Sciacqua trató de mejorar el juego por los costados y puso a Vella y a Manzur, pero Unión fue encontrando esos espacios necesarios para su juego. Y la gran virtud la tuvo cuando Madelón había puesto a Carabajal para darle el toque final a un partido que se había inclinado decididamente a su favor, pero el “10” vio la roja dejando al equipo con 10. Lejos de achicarse o de ver al empate como un buen negocio, Unión fue a buscar el partido. En todo caso, lo encontró cuando esos espacios se hicieron más visibles y tanto Troyansky como Cabrera aportaron esa impronta individual que hace falta para que la idea táctica y el funcionamiento no “robotice” al equipo, sino que las respuestas delos jugadores lo potencien.
Es una gran verdad que basta con analizar este partido y ver la tabla para saber contra quién jugó Unión. Pero no por eso hay que desmerecer el triunfo en un fútbol argentino en el que ganar resulta una “empresa costosa”. Insisto en algo: hace una semana, a Boca le estaba costando hasta que Godoy Cruz se quedó con uno menos y declinó en el final. En este partido, el local tuvo dos situaciones favorables. O en todo caso, Unión debió sortear dos adversidades y salió a flote: el gol tempranero del rival y haberse quedado con uno menos cuando el partido estaba 1 a 1 y a más de 20 minutos del final. Lo sacó a flote ganándolo. Y lo hizo bien. Con sus cosas a favor y con otras que no terminan de cerrar en un equipo que debe sumar virtudes futbolísticas.
Bajo la Lupa
- MOYANO (5).- El gol de Cartagena lo tomó de sorpresa y adelantado. Después, pasó una noche bastante tranquila.
- BLASI (5).- Arrancó bien aunque no siempre le dio un buen final a sus proyecciones. Más contenido en el segundo tiempo. Siempre cumple.
- CALDERÓN (6).- No arrancó con tanta seguridad pero luego se fue afirmando y terminó bien. Sigue siendo una grata revelación.
- BOTTINELLI (6).- Buen partido. Cortó dos o tres avances con una cuota enorme de experiencia y de solvencia. Se lo nota bien en todo aspecto, sobre todo en lo físico. Es un caudillo de una defensa que se construye a partir de él.
- MILO (5).- Al igual que Blasi, algunas proyecciones interesantes aunque siempre tratando de no descuidarse en defensa. Aceptable partido.
- CABRERA (6).- Gran despliegue, algunas imprecisiones en el juego, buen segundo tiempo y un lindo gol que construyó y definió él solito.
- ASSIS (5).- Apretó arriba a partir del gol de Godoy Cruz, debe entender que tiene que desprenderse más rápido o prepararse para defender mejor la pelota porque en el fútbol argentino “se lo comen”.
- CECCHINI (5).- Tiene las condiciones para ser el volante central que maneje la pelota. Intentó en algún pasaje adquirir ese protagonismo. Aguantó bien los 90 minutos y revalidó la mejoría que se le notó ante Central Córdoba, aunque puede dar más.
- ALVAREZ (5).- Posicionalmente, intentó siempre cumplir con ese ida y vuelta de sacrificio que le reclama Madelón a los carrileros. Sacó bien un par de centros y no tan bien otros. Buenas y malas.
- TROYANSKY (7).- Dos goles que sirvieron para ganar, sobre todo el segundo, con una gran repentización para sacarse de encima la marca con una media y vuelta y clavar un remate brillante junto al poste de Rey. Sacrificio y, esta vez, aporte de goles.
- CAÑETE (5).- Es un jugador de fútbol interesante al que le está faltando el acople a lo que Madelón necesita. Es bueno lo que hace cuando sale del área para tocar e ir a buscar. Armó la jugada del penal, pero no tuvo chances frente a Rey.
- CARABAJAL.- Era un lindo partido para él, porque Unión manejaba el trámite y sólo le faltaba la pizca de claridad en los últimos metros. Entró de “5” bien adelantado. Tuvo una reacción peligrosa ante un rival y se fue enseguida a las duchas. Con una amarilla, Delfino la arreglaba.
- MÉNDEZ.- Al minuto de haber entrado por Cañete (volante defensivo por delantero), Unión se puso en ventaja y después liquidó el partido. No le pudo haber salido mejor a Madelón.
- MAZZOLA.- “Entrá y corréte todo en 4 o 5 minutos” debe haber sido la orden de Madelón. Pocos minutos en un partido que estaba definido en ese entonces por lo poco que faltaba.