Un grupo de investigadores, técnicos y estudiantes de distintos institutos del Conicet y del Inta lleva adelante un desarrollo que logró la primera cosecha de lechugas, junto a la siembra de pacú, en sistemas experimentales de "acuaponia".
Un equipo de investigadores y técnicos de distintos institutos del Conicet y del Inta lograron ya su primera cosecha de lechuga en acuaponia. El sistema combina la producción de peces (acuicultura) con la de vegetales sin uso de suelo (hidroponia). El agua recircula en un circuito cerrado.
Un grupo de investigadores, técnicos y estudiantes de distintos institutos del Conicet y del Inta lleva adelante un desarrollo que logró la primera cosecha de lechugas, junto a la siembra de pacú, en sistemas experimentales de "acuaponia".
Se trata de un proceso que se realiza en otras partes del mundo pero muy poco en Argentina. Y es novedoso también por ser aplicado a especies autóctonas del litoral, lo que arrojará datos a nivel científico de interés regional y nacional.
El trabajo de denomina "Ciclar Vida" y quien está a cargo es la Dra. Débora Carvalho, investigadora adjunta del Instituto Nacional de Limnología (Inali-Conicet-UNL), junto la Dra. Natalia Calvo y a integrantes del Inta de Ángel Gallardo, del Cicyttp de Entre Ríos (Conicet-Uader) y del Icivet (Conicet-UNL).
"La 'acuaponia' es un tipo de sistema productivo que integra, por un lado, la acuicultura y, por otro, la hidroponia. La acuicultura es el cultivo de organismos acuáticos en aguas, como peces, crustáceos; y la hidroponia es el cultivo de plantas sin uso de suelo. Al integrar esos dos sistemas, lo que estaríamos haciendo es usar los desechos de un cultivo para producir otro", explicó a El Litoral.
El proyecto se encuentra en el predio que el Inta tiene en Ángel Gallardo -que dispone el lugar, mantenimiento y condiciones de seguridad necesarias- y está compuesto por un tanque donde se crían los peces y camas de gravas y flotantes, donde se cultivan las hortalizas.
Ambas producciones, se combinan mediante un sistema de cañerías de recirculación que impulsa el agua con nutrientes del tanque de los pacú hacia los vegetales. "Los desechos de cultivo de la acuicultura los utilizamos para hacer crecer plantas, sin uso de suelo, es decir, en hidroponia", indicó Carvalho.
La bióloga comentó que la idea, en esta primera etapa, fue invertir en construir el sistema, empezar a formar recursos humanos y completar el primer ensayo experimental. "Hay muy pocas líneas de investigación en la Argentina que estudian la acuaponia. Incluso hubo dos proyectos comerciales que terminaron cerrando y habría que estudiar las causas", remarcó.
La bióloga diferenció los dos sistemas. "La hidroponia es el cultivo de plantas sin uso de suelo, pero que usa una solución nutritiva de sales inorgánicas, del rubro de los fertilizantes que se utilizan en la agricultura actual, como el fósforo de rocas, dependientes de insumos de petróleo", explicó.
"La acuaponia, en cambio, propone un nuevo método de cultivo que reaprovecharía de mejor manera los recursos naturales, como el agua, que en distintos lugares del mundo escasea. Como alimento, el único insumo que se utiliza es para la cría de los peces", explicó.
"Para hacer crecer los vegetales, todo el descarte de agua rica en nutrientes del cultivo de peces se usa para la hidroponia", amplió la investigadora. Y añadió que todo este proceso es agroecológico y libre de insumos agrícolas perjudiciales.
Sobre cómo es el proceso, Carvalho explicó: "Es un sistema de circulación cerrado que se armó con insumos de bajo costo, inclusive de segunda mano, salvo la bomba y los caños. Tenemos 9 sistemas independientes para ir haciendo las pruebas de investigación y ver cuál funciona mejor".
"Entonces, el procedimiento es así: el agua del tanque de peces, que tiene mil litros, se deriva a un sedimentador donde quedan los restos sólidos más gruesos", señaló Carvalho.
"Luego, esa agua va por cañerías a camas de gravas, donde hay bacterias que la procesan, y de allí pasan a las camas realizadas en planchas de telgopor, que son flotantes. Hay dos tipos de cultivo hidropónico: en camas de sustratos y en camas flotantes", dijo.
"Después, va un tanque a nivel del piso -continuó explicando-, que es donde está ubicada la bomba, y que eleva el agua ya filtrada nuevamente hacia el tanque de peces y a las camas flotantes".
"La lechuga creció mejor en las camas de sustratos que en las flotantes que salieron más heterogéneas, también por las características del agua de Ángel Gallardo", indicó. La proporción es 1 metro cúbico de volumen de agua para cultivo de peces, para alimentar 3 metros cuadrados de cultivo vegetal. Es un diseño a escala familiar a partir de una guía de la FAO.
Por el momento, mediante la acuaponia se están cultivando hortalizas y el primer lote de lechugas ya salió.
"Es muy nuevo el sistema. Si bien lo venimos construyendo desde 2022, con distintos subsidios nacionales y provinciales de investigación, recién en noviembre del año pasado logramos sembrar pacú por primera vez. Y a fines de octubre, plantamos la primera tanda de lechuga, que las pudimos cosechar recientemente. Ahora vamos por la albahaca", contó la bióloga.
La acuaponia está desarrollada a nivel mundial, principalmente, en países que tienen escasez de agua, como Australia, donde se utiliza con especies exóticas. "Acá no hay escasez de agua, pero con el proyecto vamos a analizar tanto desde la factibilidad de implementación -accesibilidad de insumos, costo de inversión-, hasta la obtención de datos más biológicos relacionados con la cría del pacú".
Además, se evaluará si esta propuesta es aplicable a la agricultura urbana y familiar, por lo que se emplean como base los módulos propuestos por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
"Queremos ver si se puede introducir en el mercado con un costo diferenciado, porque es un tipo de producción agroecológica, es decir, libre de fertilizantes químicos", indicó.
Desde el punto de vista netamente científico, Carvalho dijo que se está recabando información sobre cuánto crecen los peces, la cantidad de ración que le damos, qué cantidad de nutrientes implica eso en el agua, cuánto pueden crecer las plantas, qué tipo de hortalizas son viables, entre otras".
"Son todas indagaciones que estamos haciendo en este proyecto, que sería el primer ensayo y terminaría con la faena del pacú en abril, para Semana Santa. Luego, se abrirían nuevas preguntas para seguir indagando en esta línea de investigación", anticipó.
"Todo lo estamos haciendo con esfuerzo. Nos hizo un aporte una empresa de balanceados, para el alimento y la adquisición de los peces, porque ya no teníamos más presupuesto para seguir. El subsidio nacional se había gestionado en 2021, y se hicieron dos desembolsos que vinieron años más tarde y desactualizados", comentó Carvalho.
"Hay análisis que ya no los vamos a poder hacer. Se complica con el mantenimiento y el costo de combustible para ir hasta allá", respondió la bióloga, al ser consultada sobre la situación presupuestaria en ciencia para continuar con el proyecto.
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