La Granja La Esmeralda, ubicada en la zona norte de la ciudad Santa Fe, atraviesa un proceso de transformación profunda que la posicionará como un espacio de referencia en conservación de fauna y educación ambiental.
El ministro Enrique Estévez destacó el valor educativo y ecológico del predio, que será renovado con el apoyo de la Agencia Francesa para convertirse en un modelo de respeto y cuidado de la fauna.
La Granja La Esmeralda, ubicada en la zona norte de la ciudad Santa Fe, atraviesa un proceso de transformación profunda que la posicionará como un espacio de referencia en conservación de fauna y educación ambiental.
Con financiamiento conjunto de la provincia de Santa Fe y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), se encuentra en marcha la primera etapa de una intervención que apunta a renovar por completo su infraestructura y funciones.
El proyecto no solo implica una mejora edilicia, sino también una redefinición conceptual del lugar. “Vamos a replantear todo lo que es el predio de La Esmeralda, tal cual fue conocido”, señaló Enrique Estévez, ministro de Ambiente y Cambio Climático de Santa Fe, en relación a la magnitud del cambio que se propone.
El objetivo: consolidar un centro que funcione como núcleo de formación, investigación y acción climática, sin perder su esencia como refugio para animales silvestres.
La intervención está pensada para fortalecer las capacidades del actual Centro de Recuperación, Investigación e Interpretación “La Esmeralda”, reconocido a nivel nacional e internacional. Esta nueva etapa contempla la construcción de un centro de capacitación, área de administración, salón de usos múltiples, sectores de cuarentena, reservorios, y la incorporación de dos espejos de agua.
Las obras están financiadas a través del crédito otorgado por la Agencia Francesa de Desarrollo, cuyos fondos están destinados exclusivamente a proyectos de protección ambiental y acción climática. En este sentido, La Esmeralda se convertirá en un espacio no solo para el rescate y la rehabilitación de especies, sino también para la formación de profesionales, investigadores y estudiantes.
Estévez explicó que este tipo de infraestructura permitirá profundizar el rol educativo del espacio. “Es importante ese ámbito como un espacio de educación ambiental y ese es uno de los objetivos en los que estamos trabajando”, remarcó el ministro.
El rediseño busca consolidar una experiencia de contacto respetuoso con la fauna. Parte de los animales que llegan al centro están en tránsito, en proceso de recuperación, para luego ser reinsertados en su hábitat natural. Otros, que por distintas razones no pueden ser liberados, permanecerán en un entorno adaptado a sus necesidades, siempre bajo criterios de bienestar animal.
La perspectiva de conservación que orienta este proyecto también incluye una lectura pedagógica: que las visitas del público general se conviertan en una oportunidad de concientización sobre la biodiversidad y los desafíos ambientales actuales.
Si bien las obras avanzan, los tiempos de ejecución están sujetos a factores climáticos que han afectado el ritmo del trabajo. “Si hablo de plazos, seguro me voy a equivocar”, admitió Estévez, aunque aseguró que la primera etapa está muy avanzada. “Ni bien tengamos en los próximos meses algo para mostrar, con gusto podemos hacer una recorrida con todos los medios”, anticipó.
Entre los avances concretos de esta fase inicial se destacan el salón de usos múltiples y los reservorios de agua, fundamentales para el funcionamiento interno del centro. También se iniciaron obras vinculadas al futuro edificio del Ministerio de Ambiente y a nuevas áreas de alojamiento para fauna.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.