Ciclistas en la ruta 168: "No deberíamos usarla, pero es la única con dos carriles y banquina"
El reconocido profesor y ciclista santafesino Daniel Ávalos abre el debate sobre los riesgos que los deportistas corren al salir a la ruta. Y aporta ideas en busca de una solución al problema vial. Una actividad que crece día a día.
Ruteros. "Nosotros sabemos el riesgo que corremos cuando vamos a la ruta 168, sin embargo es mucho más grande el deseo de practicar un deporte para poder estar bien física y mentalmente haciendo lo que nos gusta". Crédito: Mauricio Garín.
"El problema de los ciclistas en la ruta 168 es simple y claro", comenzó diciendo el profesor de Educación Física muy reconocido en el ámbito local, Daniel Ávalos, quien además entrena a diario junto al pelotón que sale a esa ruta. "De acuerdo a lo que dice la Ley Nacional de Tránsito nosotros no deberíamos estar en ese lugar", afirma. "Lo hacemos porque es la única ruta de Santa Fe con dos carriles y banquina".
"Esto permite que los ciclistas puedan ir a un costado de la ruta y que los vehículos vean que vamos 25 o 30 ciclistas en caravana y puedan esquivarnos sin que nos pisen", argumenta el deportista de larga trayectoria.
"Nosotros sabemos el riesgo que corremos cuando vamos a la ruta 168, sin embargo es mucho más grande el deseo de practicar un deporte para poder estar bien física y mentalmente haciendo lo que nos gusta", dice Ávalos, durante su visita a la redacción de diario El Litoral. La entrevista es en el marco de una serie de quejas de choferes de transporte de media distancia y otros transportistas que viajan por la ruta 168 y deben esquivar al pelotón de ciclistas que allí entrenan.
También hay que mencionar que pese a que los ciclistas salen a las rutas a entrenar en todo el mundo -y Santa Fe no es la excepción-, en la provincia rige la Ley Nacional de Tránsito Nº24449 que lo prohíbe.
Pese a dicha prohibición los ciclistas salen a diario a la ruta 168 a entrenar. "Las rutas que van a Rincón y a Laguna Paiva tienen un solo carril y cuando pasan dos vehículos en diferente sentido los ciclistas somos carne de cañón para que nos pisen y ocurra un accidente, que ya ha sucedido. Pero también hay que decir que ocurre en todos lados porque este no es un problema santafesino", advierte el profesor.
"En Buenos Aires los ciclistas entrenan en la ruta Panamericana -ejemplifica Ávalos-. Eso es tremendo, juegan a la ruleta rusa, porque puede venir uno que se durmió u otro que quiere pasar por el carril que no le corresponde".
Circuito
En busca de alternativas para dar una solución a este problema, Ávalos dice que una posibilidad "sería tener un circuito, pero no lo tenemos. Yo estoy bregando por construir uno en la zona de los cuarteles (militares) en el club de Suboficiales Sargento Cabral de Santo Tomé. Tenemos el terreno cedido en comodato de por vida por el club, el circuito marcado y estamos tratando de conseguir los fondos para poder construirlo y entrenar allí". Y luego detalla que "sería un velódromo chato, con pequeñas inclinaciones en las curvas, como tienen los circuitos de Paraná o Gálvez".
"Pero también hay que decir que armar un circuito en Santo Tomé implicaría que debamos ir por el Puente Carretero, lo que implicaría un riesgo mayor al actual", advierte el ciclista.
Zona de boliches
"Otra alternativa fue la que presentamos hace muchos años, para que la Municipalidad arme un circuito en la vieja traza de la ruta 168, que hoy es la calle de acceso a los boliches", aporta Ávalos. Con obras menores se podría hacer y tendríamos un lugar seguro, vistoso y cercano de a donde a diario entrenamos".
"El gobierno, los políticos deberían sensibilizarse y ver esta necesidad, porque la actividad viene creciendo exponencialmente", reclama el profesor. "Yo los tuve de alumnos al gobernador Perotti, a Farías, a Martínez Kerz, a Bussato, a Saleme; ellos me conocen y saben de esta necesidad. Y si tuviésemos un circuito no estaríamos hablando de esto".
"De igual forma, también hay que decir que no se podría poner a correr a un maratonista en una pista. Entonces, hay que entender que en el mundo la mayoría de los ciclistas son ruteros. No van a ir a un circuito a dar 756 mil vueltas, llegar mareados a su casa y al día siguiente no tener ganas de ir a entrenar", dice Ávalos. "Por más que armemos circuitos, la gente seguirá yendo a la ruta".
No sabés si volvés
Luego, el profesor dice en primera persona: "Yo no iría más a la ruta, porque cada vez que salgo de mi casa les doy un beso a mi mujer y a mi hija que me dicen 'cuidate, papá', y no se si voy a volver". Este duro relato tiene un argumento. "Puede haber un loco que te tira el auto encima y nos mata a todos. Es triste que un tipo que sale a hacer deporte no sabe si vuelve o no".
Por todo lo antedicho, sugiere que se coordine "un horario de entrenamiento en la ruta 168, con un vehículo que acompañe al pelotón por detrás todos los días, y se coloquen carteles que indiquen la precaución. Nosotros salimos a las 12.30 horas desde la Costanera, vamos hasta el peaje del túnel y regresamos a las 14.15 horas. Así estaría todo bajo control", reclama Ávalos. "Y si es necesario modificar una ley para que se pueda llevar a cabo esto, que lo hagan".
Más adelante, el profesor expresa: "Quiero dejar en claro que nosotros jamás ocupamos dos carriles. Tratamos de ir por la banquina pero tienen los lomos de burro que colocaron para advertir a los conductores que se duermen, entonces ocupamos el carril lento. Sabemos que está mal pero somos muy precavidos. Pese a ello nos putea todo el mundo".
Y luego agrega: "Hacer un carril más para ciclistas a un costado de la ruta 168 es imposible porque tenemos cinco aliviadores a donde es imposible generar ese espacio".
"No pretendo que la prensa defienda a los ciclistas, pero la sociedad debe entender que no tenemos otra solución que entrenar en la ruta 168, por lo que todos los mediodías se van a encontrar con el pelotón, que somos padres de familia, laburantes, deportistas, gente de bien, que no está tratando de infringir la ley, sino de hacer deporte", pide el profesor.
En las calles y el parque Garay
"Antes se hacían competencias de ciclismo en los barrios de Santa Fe. No se pudieron hacer más porque hoy son un peligro y la Municipalidad no las permite", recuerda Ávalos. "El Parque Garay fue un circuito espectacular también, hasta que nos empezaron a tirar cascotazos, pelotazos o se nos metía con las motos. Dejamos de ir porque te quedabas sin bicicleta o te pegaban un tiro".
En síntesis, "está difícil conseguir un lugar para ir a entrenar", finalizó Ávalos.
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