A diario, las calles del país son testigos de diferentes discusiones, altercados o desencuentros entre sus conductores. La ciudad de Santa Fe no escapa de esta insana costumbre.
Las "vías rápidas" de la capital santafesina suelen generar altercados en las esquinas en base a su jerarquía. Qué dicen las normas de tránsito y cuáles son las políticas de movilidad.
A diario, las calles del país son testigos de diferentes discusiones, altercados o desencuentros entre sus conductores. La ciudad de Santa Fe no escapa de esta insana costumbre.
En ocasiones, los desencadenantes no nacen de la imprudencia o la violencia cotidiana de la vía pública, sino de ciertas confusiones generalizadas. Una de ellas son las calles principales de una dirección.
Cruces en los que se pueden encontrar Marcial Candioti, Suipacha o Estanislao Zeballos, donde unos argumentan poseer la prioridad de paso por el hecho de circular por una vía de “mayor jerarquía”, mientras el resto se ata a la normativa de conocimiento general que indica la prioridad a quien circula por la derecha.
A pesar de que para algunos ciudadanos resulte un debate con respuesta obvia, muchos aún caen en la confusión. Al respecto, El Litoral le consultó a Fernando Imaz, investigador de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de la Facultad Regional Santa Fe y quien indagó sobre la movilidad sostenible dentro del Gran Santa Fe.
Sobre el hecho puntual de si existe una reglamentación específica para describir dichas “vías rápidas”, Imaz indica que no lo hay, pero que en este tipo de casos, lo define el Concejo Deliberante de acuerdo con políticas de movilidad, intentando asegurar la “conectividad o accesibilidad” entre las distintas zonas de la ciudad.
“Es común que los pueblos chicos o barrios con baja densidad tengan calles doble mano y luego, cuando van creciendo y los volúmenes de tránsito son mayores, pasan a generarse “pares de calles de una sola mano” lo que aumenta la seguridad eliminando los giros a la izquierda en las doble mano”, detalló el docente.
La ley de tránsito de la provincia de Santa Fe en su artículo 41 sólo indica que goza de prioridad quien conserva su derecha y brinda 10 excepciones, pero ninguna hace alusión en detalle a este caso.
Por otro lado, en el artículo 59 de la Ordenanza Municipal de tránsito se aclara en una de estas excepciones que la prioridad de la derecha se omite ante una vía de mayor jerarquía, pero sólo enumera las siguientes: autopista, semiautopista, calle de doble mano, calle de mano única.
“La prioridad de paso siempre la tiene el vehículo que circula por la derecha independientemente de quien ingrese primero a la intersección, excepto que la pierda. Esta prioridad es absoluta y sólo se pierde ante una señalización que indique lo contrario (por ejemplo cartel de ceda el paso, pare, semáforo o rotonda)”, remarca Imaz.
Esto refleja la carencia de definiciones, la cual no implica una estricta necesidad de normas superiores. Las reglas son las que son y deben ser respetadas, más allá de las salvedades de limitaciones de velocidad o el uso que le den los ciudadanos.
La ordenanza municipal 7023 es del año 1975.
Cuáles son las calles principales
Por fuera de las especificaciones gubernamentales, Fernando Imaz describió con mayor exactitud este tipo de vías. Las mismas poseen una sola dirección, dos o más carriles y su volumen vehicular es medio. Su ancho aproximado es de 9 a 13 metros.
Hay casos como el de Marcial Candioti entre bulevard Gálvez y Alem, donde el límite de velocidad es 50 Km/hs, pero en la norma general es hasta 40 Km/hs.
Ejemplos
Rivadavia, Urquiza, Estanislao Zeballos, Javier de la Rosa, Marcial Candioti, Suipacha.
Mendoza, Francia, Juan Castelli, Padre Genesio, Risso, Juan del Campillo, Iturraspe, Mariano Comas, San Jerónimo, 9 de Julio, 25 de Mayo, Mendoza, Primera junta, Salvador Caputto, Juan de Garay, Pedro Vittori, Derqui, Julio A. Roca.
Ante la consulta sobre las formas en las que se determina su condición y si se pueden implementar nuevas calles principales o “vías rápidas”, Imaz explicó: “Es muy difícil ‘diseñar’ una arteria en una ciudad que tiene 500 años. Por ejemplo, Av. Peñaloza o Gorriti fueron concebidas hace pocos años, producto de la expansión de la ciudad hacia el norte”.
Luego agregó: “Ahora, en el tramo entre los bulevares, no queda otra que tomar como avenidas con ‘onda verde’ a Urquiza, Rivadavia o Suipacha, porque otras calles, como por ejemplo 9 de Julio o La Rioja, tienen dimensiones en donde se dificultaría tener un flujo libre que permita recorrer todo el tramo de onda verde sin interrupción”.
Brindando nuevas opciones que podrían aplicarse, el docente comentó: “Nosotros estuvimos analizando (discutiendo puertas adentro del grupo) sobre la factibilidad de incorporar un corredor para buses (como el de Rivadavia) en calle San Jerónimo, y si bien sería muy útil para el transporte público, tendría mucha oposición de los comerciantes y requeriría de un control súper estricto de la municipalidad para que no se invada el carril exclusivo”.
Abriendo el panorama y permitiendo pensar en nuevos debates, hizo referencias a los problemas de movilidad que sufre calle Salvador del Carril: “Por dimensiones, volumen de tránsito y seguridad debería ser mano única, pero no existe otra vía que pueda formar el par y cruce las vías del FFCC, Gral Paz, etc.”
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