Gastón Neffen
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Cuando Jorge Coghlan abrió la puerta del Centro de Observadores del Espacio (Code), ayer a las tres y media de la tarde, sintió amargura, bronca y sobre todo tristeza. Las maquetas que él había armado cuando tenía 15 años estaban rotas y tiradas en el piso. Los libros que con paciencia había conseguido, junto a Angel Meynet (fundador del Code), tenían las hojas y las tapas arrancadas. Y los cuadros que mostraban imágenes del sistema solar, de la vía láctea y de otras galaxias estaban desparramados y con los vidrios astillados.
“Nos rompieron la mitad del material que juntamos durante 48 años, algunas cosas no las vamos a poder recuperar”, admite Coghlan, vicepresidente de el Code, en diálogo con El Litoral. El gobierno de la provincia se comprometió a asumir los gastos que serán necesarios para restaurar los libros, cuadros y maquetas. “Me llamaron esta mañana funcionarios de la Secretaria de Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación para decirme que se iban a hacer cargo de todos los arreglos y me contaron que el mismo gobernador se los había pedido”, destaca Coghlan. Fue una muy buena noticia para la gente del Code, que estaba muy preocupada por cómo conseguir estos fondos.
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