Primero fueron los trabajadores de la salud: “Buscate otro lugar para vivir. Ponés en riesgo la vida de todos acá. Decidí vos o decido yo”, amenazaba un cartel pegado en la pared de un edificio donde vivía un médico, en Buenos Aires. Hacia él iba el mensaje. Estas afrentas empezaban a replicarse con virulencia —también en la ciudad— contra “los esenciales” (personal sanitario o agentes penitenciarios, por ejemplo). Y ahora, esa actitud ciertamente generalizada de amedrentamiento se inclinó hacia por los propios pacientes infectados de coronavirus y enfermos de Covid-19.
“Vemos que hay respuestas sociales estigmatizantes contra las personas infectadas”, admite Matías Marzocchi, Médico Psiquiatra y Director de Salud Mental de la provincia, en diálogo con El Litoral. Agrega que es una respuesta esperable desde la sociedad “ante la falta de certezas” y la abundancia de incertidumbres; asegura que al 0800-555-6549 recaen “muchas consultas por estigmatización” de pacientes, y propone que la mejor manera de cortar esas reacciones discriminatorias es la solidaridad, la empatía y la organización entre los vecinos.
La cartera sanitaria santafesina ya dio a conocer el protocolo básico de cuidado que debe aplicarse para los pacientes con Covid-19. En el caso de personas que no requieren internación ni aislamiento hospitalario o en los centros creados para tal fin, hay pacientes que deben aislarse dentro de sus propios hogares y seguir un protocolo simple pero muy riguroso.
En estos casos, la persona contagiada debe aislarse en una habitación individual ventilada; tendrá que comunicarse con el resto de los convivientes por teléfono móvil o otra tecnología, evitando todo contacto directo y cercano; debe disponer de un recipiente individual para residuos; si es posible, tendrá que utilizar un baño exclusivo; si comparte espacios comunes deberá hacerlo con barbijo y mantenerse a un mínimo de 2 metros de distancia del resto de los convivientes, y nunca debe compartir vasos, platos, cubiertos y otros utensilios de uso común. Cero visitas externas. Si eso se respeta, no hay prácticamente riesgo para el resto de la población.
En la ciudad, algunos pacientes confirmados de Covid-19 dieron sus testimonios en medios públicos. Y de sus palabras se deslizaron los cuestionamientos por cierta actitud condenatoria de parte de la sociedad. “¿Ahora son todos jueces?”, había dicho a una emisora local una paciente contagiada. Las redes sociales, lamentablemente, amplifican ese estigma.
“Estamos ante una situación inédita en términos de emergencia sanitaria. Es algo muy nuevo, y por la tanto, esta pandemia generó la caída de las certezas. Es decir, que a todos tenemos una gran incertidumbre. Nadie puede decir que su vida no ha sido alterada en algún punto desde que apareció el coronavirus”, pone en contexto Marzocchi.
A medida que van apareciendo situaciones puntuales de casos positivos, surgen reacciones: “Ocurre que donde hay incertidumbre hay miedo, y es esperable que dentro de los grupos cercanos (a los contagiados) aparezcan ciertas respuestas estigmatizantes”, explica el funcionario. “A esto lo venimos encontrando y abordando con los equipos de salud en los distintos lugares de la provincia”.
Desde el área salud mental se hacen acciones de concientización puntuales con los equipos de salud, sobre todo en localidades pequeñas donde se da un ‘positivo’. “Cada equipo, por su trabajo en territorio, tiene un conocimiento más acabado de la población con la que trata. Hay distintas estrategias de comunicación hacia la gente. Todos somos parte de una misma estrategia sanitaria. Es lo que tratamos de que la ciudadanía en su conjunto entienda: todos somos parte de esa estrategia de salud”, añade Marzocchi.
—¿Hay consultas de pacientes con Covid-19 que se sintieron amedrentados o discriminados y se comunicaron con el área de salud mental pidiendo ayuda psicológica, tanto en pueblos como en las grandes ciudades?
—Sí. Todo el tiempo. Se canalizan a través del 0800-555-6549. Hemos recibido muchas consultas por estigmatización. Desde ese 0800 “consultas médicas”, cuando los operadores detectan a partir de la escucha que es necesario un abordaje psicológico para el paciente, derivan la llamada a nuestro equipo de salud mental. El equipo contiene a esa persona que consulta pidiendo ayuda. Y desde ahí, se hace una evaluación sobre si ese paciente necesita también un seguimiento posterior a su consulta. Se activa con la red pública que tenemos en la provincia para hacer ese seguimiento posterior.
A la persona se la contacta cuanto antes y, dependiendo del cuadro clínico, se hace un abordaje más presencial. Se coordina con el centro de salud (de su lugar de residencia), y se evalúa si hay algún trabajador de salud mental que pueda conectarse con el paciente. Si la persona no tiene vinculación con el sistema de salud público, según la gravedad del caso, o bien se aborda con un equipo soporte, o directamente se hace una derivación con su centro de salud más cercano a su domicilio.
—En términos de salud mental y a modo de opinión personal, ¿cuáles cree que serán las implicancias psicológicas en la post pandemia?
—Lo único que se sabe, y vuelvo a la caída de las certezas, es lo que nos está pasando ahora. Creo que la mejor estrategia para este momento es que ésta tiene que ser colectiva y no individual. Si la estrategia sanitaria para enfrentar la pandemia es colectiva, dará mejores resultados. Nadie se salva solo.
Además, no hay una salud mental sin una salud integral. En ese sentido, en términos de salud general, los mejores resultados se darán cuando nosotros podamos fortalecer nuestros vínculos con nuestras personas cercanas, con nuestros afectos, y también con aquellas otras que acaso no son tan cercanas.
En este punto y volviendo a las reacciones estigmatizantes, la mejor manera de resolver esto es de la forma solidaria. Donde conocemos a alguien cercano que pueda estar atravesando por un proceso de Covid-19 positivo, la mejor respuesta es siempre la solidaridad: favorecer la ayuda y organizarse con los grupos: con el barrio, con la cuadra, o si es una persona que vive en el edificio, con los otros vecinos que viven allí.
Solidaridad y organización: buscar las certezas en lo simple, y no las dudas. Y ante cualquier duda, consultar al 0800-555-6549; mientras más organizada esté la comunidad, mientras más colectiva sea la estrategia, menor será a afectación en la salud mental de las personas. Porque la respuesta será colectiva, y en este sentido, la “cura” (en realidad hablamos de contención) será de y para todos.