Desde el viernes al mediodía, los cinco hermanos de Ignacio -Valentín, el otro mellizo lesionado, de 3 años, y otros menores de 2, 9, 14 y 15- están todos juntos en un dispositivo institucional que se armó entre la Subsecretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia y el Ministerio de Salud de la provincia, bajo el cuidado de acompañantes terapéuticos, un equipo interdisciplinario trabajando con ellos y algunos familiares apoyándolos en este momento.
“Lógicamente, los chicos no están bien. Estamos viviendo esta situación con mucho dolor, pero tratando de tomar todas las medidas necesarias para su cuidado. El hecho de haberlos separado de su grupo familiar es para darnos un tiempo de trabajo, esperar los primeros días para empezar a trabajar con ellos sobre lo sucedido y el futuro más próximo”, señaló Carolina Galcerán, la directora provincial de Niñez y Adolescencia.
En diálogo con El Litoral, la funcionaria evitó hablar sobre números: “En este momento nos parece más importante pedirle a la población que haga las denuncias pertinentes antes que hablar sobre estadísticas”, dijo Galcerán. Asimismo, agregó que la intervención de la subsecretaría significa una medida excepcional, “ya que se trata de la separación de los niños de sus progenitores y son los casos de vulneración de derechos más graves que tenemos”.
Luego hizo un pedido a la comunidad para que “cuando tenga conocimiento de algún caso de vulneración de derechos de niños, niñas y adolescentes, por favor lo comunique”.
La violencia familiar y los casos de abuso no son característicos de ningún grupo social ni económico en particular. La especialista indicó que en casos tan brutales como éste, “se supone que no es la primera vez que sucede (una agresión) porque seguramente hay instancias previas que llevaron a este desenlace, las cuales no fueron advertidas y que se pudieron sostener en el ámbito más privado de la familia”.






