"La verdad es que no hay un peso para pagar nada a nadie"

Los choferes de colectivos urbanos se declararon en estado de alerta ante la negativa empresaria a hacer frente al pago de los salarios. Esta medida declarada por la Unión Tranviarios Automotor (UTA) rige en todo el país y pone en riesgo el funcionamiento del servicio en la ciudad, al igual que en el resto de Argentina.

El sector sufrió un fuerte impacto económico en la recaudación durante los últimos meses. Eso es debido a la reducción del denominado corte de boletos (venta de pasajes), como consecuencia de las restricciones de circulación impuestas a la población por el gobierno nacional, en medio de la pandemia.

A ello se le suma la reducción de la cantidad de pasajeros que pueden viajar a bordo de los colectivos para garantizar el distanciamiento social. También se desaconseja a la población la utilización del transporte público por el mismo motivo.

Cabe recordar que los principales ingresos de las empresas de transporte urbano son el corte de boletos y los subsidios que reciben de parte del gobierno, que sustituyen el valor que debería tener el boleto producto de los costos fijos que tiene el sistema.

Santa Fe

Consultadas las autoridades municipales respecto de este conflicto, desde el área de Movilidad y Transporte, el subsecretario, Lucas Crivelli, dijo que siguen de cerca las negociaciones a nivel nacional para evaluar luego el impacto que puedan llegar a tener en la ciudad.

Y desde el sector empresario, el gerente de Autobuses Santa Fe, Lucas Fernández, le dijo a El Litoral que en la ciudad “se atraviesa la misma situación que a nivel nacional. Somos parte de la Federación Argentina de Transporte Automotor (FATAP), y lo que se acuerde en la audiencia en Trabajo es lo que se debe acatar en Santa Fe. Pero la verdad es que no hay un peso para pagar nada a nadie”.

—¿Las empresas no pueden pagar los sueldos?

—La propuesta fue pagar sólo el 50 por ciento de los salarios cuando el Estado nacional nos gire los fondos de los subsidios que nos enviaba siempre a principio de mes y hoy, a día 7, todavía no lo giró —dijo Fernández.

—¿Cuantificaron las pérdidas con la reducción del corte de boletos?

—Hoy en la ciudad de Santa Fe se está transportando, en promedio, al 12 por ciento de la gente que se transportaba habitualmente. Ese porcentaje cae al 7, según la línea. La mitad de los ingresos de la empresa (Autobuses) es de recaudación por corte de boletos y la otra mitad es por los subsidios. Para ser más claro, si fuesen 10 pesos, 5 serían de recaudación. Hoy ese monto cayó a 50 centavos. Nuestra empresa tenía una recaudación diaria de aproximadamente 1 millón 300 mil pesos y ayer deben haber entrado 200 mil pesos.

—¿También se redujo la frecuencia?

—Sí, estamos trabajando con una frecuencia de domingo. Hay que sumarle que no viaja ningún pasajero parado. Entonces la capacidad máxima es de 30 pasajeros. Pero sólo se ocupan a las 7 de la mañana en las líneas 5 y 18, ni siquiera al mediodía. No se qué va a pasar, pero la verdad es que el sistema de transporte en toda Sudamérica no está pensado para transportar sólo pasajeros sentados. ¿Cómo sostenés la tarifa?

—¿Cómo se sostiene el sistema?

—A este sumale otro problema. Nosotros veníamos “tiroteados” desde el año pasado, que fue desastroso para nosotros, y después, específicamente en la ciudad, nos “mataron” cuando recalcularon los subsidios para este año. Y en ese contexto pasa esto. No tengo despidos ni suspensiones, estoy en el 90 por ciento de los costos de funcionamiento, pero tengo sólo el 50 por ciento de mis ingresos.

—¿La situación es terminal?

—Sí, absolutamente. Si el Estado nacional no sale a asistirnos pagando por lo menos la mitad de los sueldos es imposible continuar. Y si se hacen las cuentas, ni así alcanza. Si somos un servicio esencial, queremos que nos subsidien como le dan a un tornero, que le pagan el 50 por ciento del sueldo de su empleado. A nosotros nos rechazaron ese beneficio.

—Si se reactiva la actividad en algunos sectores la próxima semana, ¿qué va a ocurrir?

—Van a tener que ir a trabajar en bicicleta, porque no va a haber transporte público. Es lamentable, pero es así —finalizó Fernández, en relación a la posibilidad de que los choferes realicen un paro.

Choferes en estado de alerta, ¿paro en puerta?

Los choferes de colectivos urbanos aguardaban al cierre de esta edición una definición sobre el pago de sus salarios, tras una audiencia mantenida entre las partes en el Ministerio de Trabajo de la Nación. Anoche se declararon en estado de alerta. Y corre riesgo el normal funcionamiento del servicio en todo el país.

En este contexto, desde la UTA informaron en las últimas horas que “después de más de veinte días de negociaciones y tres audiencias en el ámbito del Ministerio de Trabajo de la Nación, y pese a las reiteradas advertencias de la inminente problemática salarial, se nos ha informado la negativa empresaria a hacer frente a los salarios del pasado mes de abril”, según dijeron Roberto Fernández, secretario General; y Jorge Kiener, secretario del Interior del Consejo Directivo Nacional y las Juntas Ejecutivas Seccionales del sindicato, mediante un comunicado.

“Tal posicionamiento de nuestros empleadores, además de ser ilegítimo, ofende, atenta y agrava la situación existente, de trabajadores que han prestado tareas durante todo el periodo de aislamiento social preventivo y obligatorio”, dicen los choferes. “Por ello, repudiamos y rechazamos fervientemente la postura de las empresas y de las autoridades de transporte nacional y provinciales, quienes por su inacción permiten que se vulneren seriamente los derechos alimentarios básicos de nuestros compañeros”.

“Se ha ignorado el compromiso puesto al servicio del transporte, de quienes han asumido sus tareas, con la responsabilidad que ameritan las actuales circunstancias, atendiendo a la problemática social con sensibilidad, razonabilidad, y responsabilidad —sostienen los choferes—. Duele que a otras actividades se las reconozca social y económicamente, y muy por el contrario a nosotros se nos informe que no se nos pagarán los salarios por los que trabajamos”.

“Por todo ello, en razón de existir una inmensa preocupación ante la falta de pago de salarios, que es nada menos que el sustento de 35.000 familias del transporte de pasajeros del interior del país”, la UTA resolvió “declarar el Estado de Alerta”.

Al cierre de esta edición se llevaba a cabo una audiencia entre las partes en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad de la Nación. “Dejamos en claro que ante cualquier ilegítimo proceder que signifique conculcar los derechos de nuestros compañeros, ello merecerá la respuesta inmediata por esta organización gremial que representamos”, advirtió la UTA al respecto.