"Sendas perdidas", que se podrá ver en Buenos Aires hasta el 17 de agosto, reúne más de 170 obras que entrelazan la experiencia íntima y la historia colectiva.
La muestra se inauguró el 15 de julio. Foto: Museo Nacional de Bellas Artes
"Cuando pintás, efectivamente todo vale. Si querés metés un cascote, tirás tres litros de pintura en la tela, lo que vos quieras, porque todo eso vale de entrada". Lo aseveró el artista Germán Gárgano en 2015, en una entrevista en la Radio Cooperativa AM 770.
Pintor, ex preso político, lector y pensador, Gárgano nació en Buenos Aires en 1953. Su historia personal se entrecruza, casi desde el principio, con los diversos quiebres políticos y culturales de la Argentina. Mientras estudiaba Medicina, durante la dictadura, fue detenido por razones políticas y permaneció encarcelado hasta 1982.
En el último año de su encierro, por correspondencia y con Carlos Gorriarena como guía, comenzó a estudiar pintura. Aquel gesto, derivaría en una obra intensa, lúcida y conmovedora. La pintura fue, desde entonces, la prolongación de una conciencia crítica, la expresión de una experiencia existencial atravesada por la historia.
Museo Nacional de Bellas Artes
Desde su primera exposición individual,Gárgano recibió reconocimientos, desde la Beca de la Fundación Pollock-Krasner (1991) hasta el Primer Premio de Pintura del Salón Nacional (2014), entre otras distinciones.
Su obra forma parte de las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo Castagnino-Macro de Rosario y el Museo Franklin Rawson de San Juan, además de colecciones privadas nacionales e internacionales.
Esquivar las narrativas
Hablar de Gárgano tiene que ver con la tensión, con los límites, con la fisura entre el lenguaje y la imagen. En su obra no hay complacencia, sino un fervor contenido que se libera en manchas, trazos y fulgores.
Museo Nacional de Bellas Artes
Así lo define Fabián Lebenglik en Página/12: "Su pintura, muy potente, puede partir del cine, la música, de citas pictóricas, de sus múltiples lecturas; o de trasposiciones de escenas cotidianas reales o imaginadas, entre otras fuentes".
"Y en este sentido, estarían evocando una narración. Sin embargo toda narración y toda evocación posible estalla y se disuelve en la aplicación apasionada del gesto y el color, que se imponen", añade.
La potencia expresiva, aquello que se impone más allá del sentido, es lo que subraya Jorge Glusberg en una reseña publicada en Ámbito, donde traza una analogía vital entre palabra e imagen.
Museo Nacional de Bellas Artes
"Así como el escritor teje con las palabras, para Gárgano el pintor construye una trama con líneas y colores con la intención de movilizar al espectador y desviarlo de la mirada que sólo busca lo narrativo. Canaliza un fluir de imágenes en telas que tienen una gran carga emotiva y una pasión que implica también un evidente patetismo".
Por su parte, Julia Villaro, en Clarín sostiene que "las pinturas de Germán Gárgano son de aquellas que demandan de sus espectadores espacio, o tiempo, o ambos, para que la imagen mute y se transfiguren los colores en gestos, rostros, paisajes".
"Entonces, en medio del estallido de la paleta que parece, por su brillo, saltar fuera del cuadro, advertimos de modo pausado, casi casual, el dominio que este artista ejerce sobre la mancha como uno de los desafíos más importantes de su pintura", dice luego.
Museo Nacional de Bellas Artes
Y finaliza: "hacerle decir a la mancha, que es mano, cuerpo, impulso vuelto materia, hacerle decir a la mancha, decíamos, lo que uno quiere. Aun cuando uno no sepa, de modo claro y distinto, qué es aquello que quiso decir".
Un mapa poético
Con curaduría del investigador Pablo De Monte, el Museo Nacional de Bellas Artes presenta la primera muestra individual de Gárgano en sus salas.
"En las obras, la línea de tinta se desliza, se entrelaza con otras y, a veces, esquiva ciertas zonas del papel y deja vacíos cargados de elocuencia. Si miramos detenidamente, podemos descubrir atrapados en esa red a personajes, escenas y fragmentos narrativos", aseguró el curador.
Museo Nacional de Bellas Artes
La exposición, titulada Sendas perdidas, despliega más de 170 obras (dibujos, gouaches, acuarelas y tintas) pertenecientes a la colección personal del artista. Y se articula como un mapa poético de los últimos años de trabajo.
Las obras se relacionan por afinidades, ritmos internos y gestos que se cruzan. Gárgano lo explica así, según consta en la página web del museo: "las ideas surgen pintando, lo que Dante llama la ruta extraviada es una necesidad interior".
"Germán Gárgano. Sendas perdidas" puede visitarse hasta el 17 de agosto de 2025 en las salas del segundo piso del Museo Nacional de Bellas Artes, en la Ciudad de Buenos Aires.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.