Se radicó en Santa Fe junto con su padre, el también artista José Planas Casas. Integró El Retablillo de Maese Pedro, junto a Fernando Birri, Paco Urondo y Carlos Ragone, fue restaurador de materiales de Santa Fe la Vieja, cocreador de “Tire Dié” y vicedirector de la Escuela Industrial superior. Como plástico, fundó el Grupo Setúbal, y se destacó especialmente en la tiza pastel.
S/T “Paisaje con canoa”, 1977, tiza pastel 13 x 29. Foto: Gentileza AG Arte
Con una trayectoria que trasciende fronteras temporales y geográficas, la figura de Jorge Planas Viader emerge como un pilar fundamental en el panorama artístico argentino. Nacido en Buenos Aires en 1929, Planas Viader dejó una marca indeleble en el mundo del arte, especialmente en la provincia de Santa Fe, donde residió desde su infancia.
Llegó en 1940, cuando su padre, José Planas Casas, fue designado profesor de Escultura en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Santa Fe, razón por la cual se trasladó junto con su esposa, Mercedes Viader, y el pequeño Jordi, como era conocido Jorge en su casa. Desde una edad temprana, Jorge demostró su pasión y talento por las artes visuales, siguiendo los pasos de su padre y de su primo Juan Batlle Planas, formando la tríada de artistas plásticos por los que se reconoce a la familia.
“Soledad”, 1977, tiza pastel 46 x 60. Foto: Gentileza AG Arte
Pero también fue más allá: integró el distinguido grupo de titiriteros de El Retablillo de Maese Pedro, compartió escenario con figuras emblemáticas como Fernando Birri, Paco Urondo y Carlos Ragone. Esta experiencia temprana marcó el inicio de una prolífica carrera artística que abarcó diversas disciplinas y medios de expresión.
El artista junto a una de sus obras. Foto: Gentileza Familia Planas
Graduado de la Escuela Provincial de Bellas Artes de Santa Fe en 1955, Planas Viader destacó no solo como artista, sino también como docente y restaurador. Su labor en el Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales de Santa Fe, junto a su amigo Richard Pautasso, refleja su compromiso con la preservación del patrimonio cultural y su profundo entendimiento de la historia y la identidad regional.
Entre 1956-58, participó de la escritura y la dirección colectiva de “Tire Dié”, bajo la coordinación de Birri, junto a José María Paolantonio y otras figuras de la cultura santafesina.
Blanco y negro y color, dos de los registros manejados por Planas Viader en distintas etapas de su carrera. Foto: Gentileza Familia Planas
Arte y educación
La contribución de Planas Viader al ámbito educativo fue igualmente significativa. A partir de 1960, ocupó el cargo de profesor de pintura en la Escuela de Artes Visuales de Paraná, donde dejó una huella imborrable en las futuras generaciones de artistas.
Su participación en diversas actividades culturales, como conferencias, mesas redondas y Cine Club Santa Fe (donde presidió el Cine Club Infantil y Juvenil), evidencia su compromiso con la difusión y el intercambio de conocimientos en el ámbito artístico. Además, como miembro fundador del Grupo Setúbal (junto a Ricardo Supisiche, José Domenichini, Matías Molinas, Miguel Flores, Ernesto Fertonani y Armando César Godoy), contribuyó activamente al enriquecimiento del panorama artístico local, participando en exposiciones y encuentros que estimularon el diálogo y la reflexión en torno al arte contemporáneo.
“Planas Viader compone imágenes en las que transmite una soledad honda, sentida -tal vez- un tanto gozosamente, porque debemos admitir que hay una soledad que se padece y otra que se disfruta”, según Ernesto Ramallo. Foto: Gentileza Familia Planas
Cuando el presidente Héctor J. Cámpora recibió la banda presidencial de manos del dictador Alejandro Agustín Lanusse, se produjo una renovación de autoridades en la Escuela Industrial Superior. Alberto Ramón Barber Caixal, ligado a la Juventud Peronista, fue designado director; se decidió también que el cargo de vicedirector sería “electo por el voto de los estudiantes (aula por aula, curso por curso en forma secreta)”, como contó Rodolfo O. Gianfelici en el portal PrensaMare. El elegido fue Planas Viader, profesor de plástica, quien se convertiría en uno de los creadores del nuevo plan educativo, del Bachillerato Técnico (luego cerrado por la siguiente dictadura) e impulsor de las vocaciones artísticas de los alumnos en todas las disciplinas.
Una muestra de su habilidad para el dibujo, exhibida en el sitio personal web www.jorgeplanasviader.com.ar. Foto: Gentileza Familia Planas
Universo visual
La obra de Jorge Planas Viader se caracteriza por su singularidad y profundidad emocional. Su dominio del pastel como medio de expresión le permitió crear imágenes evocadoras, impregnadas de una atmósfera surrealista y una profunda reflexión sobre la soledad y la vastedad del universo.
Las críticas elogiosas de figuras como Ernesto Ramallo y Jorge Taverna Irigoyen son un testimonio del impacto de su trabajo en el espectador. Planas Viader logró transmitir vivencias y emociones a través de sus composiciones, revelando un universo simbólico y metafísico que invita a la contemplación y la introspección.
Ramallo comentó: “Jorge Planas Viader trabajó con pastel zonas homogéneas. Es evidente que conoce muy bien el empleo del material que usa, al que acude sin recurrir al marcado de los trazos, que suele ser frecuente en las imágenes que se pintan con pastel y sitúan a los trabajos realizados con ese procedimiento más cerca del dibujo que de la pintura. Planas Viader compone imágenes en las que transmite una soledad honda, sentida -tal vez- un tanto gozosamente, porque debemos admitir que hay una soledad que se padece y otra que se disfruta. Planas Viader parece que la disfrutara”.
“Un buen uso del pastel con sus calidades aterciopeladas, facultan al expositor hallar una serie de estímulos ópticos que hacen como ‘reverberar’ el paisaje”, desarrollando “una suerte de atmósfera surrealista”, según Jorge Taverna Irigoyen. Foto: Gentileza Familia Planas
Por su parte, Taverna Irigoyen escribió en El Litoral: “Dentro de una imagen en la cual se mueve dúctilmente, Planas Viader desarrolla una suerte de atmósfera surrealista en la cual el espacio como símbolo de inmensidad, reúne las mayores implicancias expresivas.
Un buen uso del pastel con sus calidades aterciopeladas, facultan al expositor hallar una serie de estímulos ópticos que hacen como ‘reverberar’ el paisaje. Frente a este juego de tonalidades que se ensamblan e interpenetran unas a otras, Planas Viader descubre cierto mensaje metafísico en las presencias de las nubes, en la fuerza de las playas, la soledad de alguna figura o el viaje sin final de una barca. En medio de esas formas cálidamente simbólicas, sus pigmentos dejan entrever el necesario trasfondo que a través de luces y de penumbras, alimentan subjetivamente los diversos órdenes cotidianos... un plástico con oficio, personal y dueño de una imaginación que no necesita recurrir a complejas y arrevesadas fórmulas para transmitir vivencias”.
A través de muestras individuales y colectivas en Argentina y en el extranjero, Jorge Planas Viader dejó un legado artístico que perdurará en el tiempo. Su habilidad técnica, su imaginación fértil y su sensibilidad estética lo convierten en una figura ineludible en la historia del arte santafesino.
En sus propias palabras: “El que quiera dar a su vida un nuevo sentido y energía; junto al descubrimiento de armonías, ritmos y orientaciones nuevas, que se acerque a los procesos de creación; en el arte están los modelos a seguir”.
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