Corazón. A ambos lados de las avenidas y entre ellas, es un barrio de calles anchas y andar tranquilo.

Este paisaje urbano que se erigió con manos de trabajo e historias de vecinos está contorneado por vías de ferrocarril y surcado por el ritmo vertiginoso de dos avenidas.

Corazón. A ambos lados de las avenidas y entre ellas, es un barrio de calles anchas y andar tranquilo.
Fomento 9 de Julio es un barrio dibujado por antiguos rieles ferroviarios. Tal vez por eso el tiempo en sus calles transita más tranquilo. El frenesí urbano lo atraviesa en su longitud con el nacimiento de Aristóbulo del Valle y Facundo Zuviría, dos avenidas importantes por su flujo vehicular y el empuje comercial que marca su crecimiento.
A sus lados y entre ellas, en cuadras repletas de árboles, se imponen viejas costumbres familiares: chicos en bicicleta, señoras que conversan en la vereda y la persuasiva invitación del aroma a cocina casera que se filtra por las ventanas. Perfume a hogar, a reunión en torno a una mesa, a compartir anécdotas de otros tiempos.
Sus raíces se remontan a comienzos del siglo pasado, a la zona conocida como la de “las quintas de Iriondo”, de la familia Oser y del “francés” Courault. Su fisonomía comenzó a cambiar en 1930, cuando el terreno fue loteado y se ofreció una financiación a diez años. Aún hay quien recuerda que se pagaban 30 pesos por mes. Se trazaron calles y se construyeron casas, pero la tierra imponía su riqueza: la gente vivía de la venta de los frutos de su huerta.
El 12 de junio de 1930, un grupo de vecinos se sumó a don Juan Courault y juntos crearon la por entonces llamada Sociedad de Fomento, hoy Asociación Vecinal de Fomento 9 de Julio. Los integrantes de su primera comisión directiva eran albañiles, lo que facilitó la construcción del edificio, actual orgullo del barrio.
En 1935, llegaron los servicios de electricidad y agua corriente. Con las facilidades que otorgaban los créditos del Banco Hipotecario, el barrio terminó de poblarse diez años más tarde.
Pedro Díaz Colodrero fue la primera calle en trazarse y poblarse. Pedro Ferré la primera en recubrirse de pavimento y unir Aristóbulo del Valle con Facundo Zuviría. Para entonces, el barrio ofrecía una intensa vida social: todos los fines de semana se hacían bailes en la Sociedad de Fomento y había reuniones diurnas y nocturnas en el club Chanta Chico, en Aristóbulo del Valle entre Pedro Ferré y Díaz Colodrero.
La vida que se tejía en sus calles comenzaba a escribir la historia de Fomento 9 de Julio, un barrio donde todavía se conoce nombre y vida del vecino, un paisaje de calles de anchas donde el cielo y las historias se escurren entre los árboles.