El arquero Jorge Carranza, emblema de Aldosivi, comunicó este miércoles su retiro definitivo del fútbol profesional a los 44 años. Tras lograr la permanencia del "Tiburón" en la máxima categoría, puso fin a una carrera de más de dos décadas con un momento único: jugar junto a su hijo Tomás.
La despedida no solo tuvo el sabor de una meta cumplida en lo deportivo. Carranza coronó su trayectoria con un ascenso clave para Aldosivi y el inédito privilegio de compartir equipo con su hijo, algo que pocos futbolistas han experimentado en el profesionalismo.
El club marplatense le dedicó un emotivo homenaje en sus redes sociales, donde lo definió como un “referente, líder y arquero campeón” que “no solo cuidó el arco, sino que defendió los colores, la identidad y el orgullo del club”.
En sus últimos partidos, compartió cancha con su hijo Tomás, delantero del plantel.
“Fui inmensamente feliz jugando”
Carranza también compartió unas palabras de despedida en sus redes, acompañadas por una foto con su hijo: “Llegó ese momento, ese ‘maldito momento’, como dice la canción. Elijo despedirme feliz y orgulloso de la carrera que logré construir”.
Agradeció especialmente a Instituto de Córdoba —el club donde se formó— y a Aldosivi, donde alcanzó sus mayores logros. “Sé que voy a extrañar con locura todo esto. Lo viví con inmensa pasión, lo di todo, y poco puedo reprocharme”, cerró.
El arquero cordobés fue capitán, líder y referente del club marplatense
Una carrera marcada por la constancia
Carranza deja una huella imborrable en el fútbol argentino. Siempre regular, siempre competitivo, supo adaptarse a distintos desafíos, liderar grupos y sostener el nivel hasta los 44 años. En Aldosivi encontró un hogar futbolístico donde brilló y se convirtió en ídolo.
Su retiro no solo marca el cierre de una etapa, sino también el inicio de un nuevo legado: el que continuará su hijo en las canchas.