"Este club hace diez años ni siquiera tenía nombre, porque se llamaba Independiente simplemente. Llegó esta conducción, se pasó a llamar Independiente del Valle y los resultados están a la vista", decía emocionado el DT argentino Martín Anselmi en la rueda de prensa previa a la segunda estrella Conmebol que viajó para la línea del Ecuador, justo en esa mitad del mundo donde "Los Rayados" no dejan de creer en grande.
El gran responsable es Michel Deller, cuya figura se casa con el estereotipo del empresario que gusta de relajarse jugando al golf en las horas libres que le puede birlar a sus obligaciones. Es el millonario dueño de Independiente del Valle: máximo accionista de los shoppings Quicentro y San Luis en Ecuador, dueño de la franquicia Kentucky Fried Chicken en ese país, de varias inmobiliarias importantes, y una de las más grandes fortunas de Sudamérica.
Sin embargo, hace algunos almanaques accedió a la popularidad y el gran público le conoció cuando se vinculó al fútbol. Hace 11 años, cuando Independiente del Valle se llamaba Independiente José Terán. El club al cual, junto a un grupo de amigos y socios, Deller ha transformado ese club fundado en la localidad de Sangolquí (80.000 habitantes) en 1958 en una maquinita de ganar.
Los más de diez millones de dólares que ganó en el Kempes lo confirman como la verdadera sorpresa/realidad de América del Sur. Sólo de las arcas de la Conmebol, Independiente del Valle se lleva para Ecuador 5 millones de dólares por hacer doblete con la Copa Sudamericana (se la ganó a Colón en La Olla y ahora al San Pablo en Córdoba). Pero, además de la certeza 2022 con esos "cinco palitos verdes", percibirá en 2023 casi 4 millones de dólares más por jugar la próxima Copa Libertadores como campeón. A su vez, ya es finalista de la Recopa Sudamericana y espera rival: el campeón de la Libertadores será Flamengo de Brasil o Paranense del mismo país. Por esa otra final, que se jugará después del Mundial de Qatar (¿en Miami?), cobrará otros dos millones de dólares.
"La voy a seguir invirtiendo en predios, canchas y seguiremos mandando a todos nuestros juveniles (Sub 15, Sub 18 y Sub 20) a los mejores torneos en Europa. Así creció Independiente del Valle", le dijo el mismo Michel Deller a Nery Pumpido en una cena que organizó en su casa el presidente de la Conmebol con los dos presidentes finalistas de la Sudamericana.
"Siempre he tenido mucha pasión por el fútbol. Nosotros nos encontramos en una situación muy especial cuando con un grupo de amigos decidimos agarrar el Independiente. Es que en las últimas décadas el fútbol ecuatoriano, sin lugar a duda, creció muchísimo. De manera exponencial. Nosotros veíamos la posibilidad de quedar con una mayor estructura, principalmente formativa, y tener un club que trabajara en la parte social, en el desarrollo intelectual y humano de los jugadores, de nuestros jugadores, transmitiendo al mismo tiempo distintos valores a la comunidad y al país. Decidimos que ese era nuestro rol y vimos que había espacio para un club diferente. Un club que proponía algo diferente. Luego, nunca hay que minimizar lo que hacen los otros. Simplemente, esa era nuestra propuesta", era el mensaje de Deller hace seis años, cuando jugó la final de la Copa Libertadores 2016, luego de eliminar a Boca y River en el mismo torneo. Hoy, seis años después de esa final perdida con los colombianos, tiene dos Copas Conmebol en sus vitrinas.
Luego, en la misma entrevista con ESPN explicaba: "Tenemos claro hacia dónde vamos. Con un grupo muy comprometido de dirigentes y un gran cuerpo técnico. Una pequeña pero muy estructurada organización formativa que trabaja con conceptos europeos. Priorizando la parte humana, y un talento que creo que debería ser la envidia de todos los clubes latinoamericanos. Nos hemos guiado bastante por el modelo que tiene una academia de Qatar. La Aspire Academy, con quienes tenemos una linda relación y nos han apoyado muchísimo. Igual, el modelo no es lo más relevante. Lo más importante es la parte humana. La parte personal. Que los jugadores crezcan de la manera adecuada en la parte física, mental, y futbolística. Que se formen como personas de bien y que tengan estos conceptos de solidaridad, unión y superación como lo ha demostrado todo el equipo profesional".
Finalmente, con once (11) millones de dólares en la mano, el tipo que craneó Independiente del Valle afirma: "Esto ha sido imposible de describir. La imagen más cercana a lo que sucede es que nosotros estamos agarrados al guardafajo (sic) de atrás de un bus, y este bus va a toda velocidad por una autopista, con nosotros ahí detrás, en el aire. Tratando de no caernos. Estos chicos son ese bus junto al cuerpo técnico. Uno sólo puede decirles "gracias" por el viaje más fantástico y fantasioso que alguien pueda imaginar". Diez años después, Deller e Independiente del Valle pueden titular: "La década ganada". Y gloriosa.
Estuvo en La Olla contra Colón
El argentino Martín Anselmi, ahora campeón, con 37 años y poca experiencia como entrenador titular, ya sabía lo que era ganar un torneo internacional desde el banquillo pues en 2019 era ayudante en la conquista de la Copa Sudamericana obtenida por Independiente del Valle ante Colón en La Olla.
Anselmi llegó al cargo el 30 de mayo a raíz de la salida del portugués Renato Paiva, quien aceptó una oferta del León mexicano, y luego de una frustrante experiencia en la primera mitad del año en Unión La Calera, de Chile. Desde entonces Anselmi dirigió al Negriazul en 25 partidos entre liga de Ecuador, Copa Ecuador y Copa Sudamericana, con un saldo de 17 triunfos, 4 empates y 4 derrotas. En la Sudamericana para llegar a la final estuvo al frente del Independiente en seis partidos, de los que ganó cinco y empató uno.
Anselmi ya conocía el ADN de Independiente del Valle pues fue asistente del técnico español Miguel Ángel Ramírez en 2019, año de la conquista de la Copa Sudamericana contra Colón. Sus primeros pasos en la dirección técnica los dio en Independiente de Avellaneda por invitación de Gabriel Milito. Luego, en 2017 trabajó como asistente técnico de Francisco Berscé en el Atlanta.
Su primera experiencia como primer entrenador fue en 2018 en Quito con las reservas de Universidad Católica, y en 2019 trabajó por breve tiempo en Perú con Real Garcilaso. Volvió a Ecuador ese mismo año como ayudante del español Ramírez, al que acompañó después de ganar la Sudamericana en la final contra el Colón a Porto Alegre para dirigir a Internacional.
La experiencia no fue satisfactoria y ambos salieron en junio de 2021. Tras ese recorrido, llegó este año a Independiente en reemplazo de Paiva y tomó al equipo en el cuarto puesto de la primera fase de la Liga de Ecuador, y clasificado para los octavos de la Copa Sudamericana tras quedar tercero del Grupo D de Copa Libertadores. Ahora, es campeón.