Habíamos ido, junto a Carlos Fertonani, a realizar una gira europea que inicialmente contemplaba dos Test Match de Los Pumas (Gales y Roma) y la cobertura de lo que se llama IBTM Barcelona, la mayor feria de eventos y turismo del mundo. Terminamos con Lionel Messi, mano a mano en Barcelona levantando el botín de oro. ¡Y recibiendo la bendición del Papa Francisco, a solas, recordando su querido paso por Santa Fe, en la soledad de Santa Marta en el Vaticano!.
Esa mañana, desayunando y metidos en el tema Turismo, se nos cruza la idea de estar al momento de la bota de oro de Messi. ¿El problema?: las acreditaciones habían cerrado hacía un mes. De saco y corbata, con una señalética oficial de "Argentina Turismo" (era el sponsor de cada expositor con un colgante celeste y blanco), más la credencial de prensa del primer evento (o sea; nada que ver), gambeteamos con Carlitos Fertonani los dos primeros controles en la Ciudad Condal. La Argentinidad, al palo.
El tercer obstáculo, con guardias de seguridad en la puerta de la antigua fábrica de la cervecería Estrella Damm y control de ID más acreditaciones, era algo imposible. Pero uno siempre se las ingenia y en ese momento donde empezábamos el último verso en Barcelona, aparece el querido "Tata" Gerardo Martino, para estrechar la mano, abrazo y saludo. Obvio que no lo veía desde su paso por Colón. En medio de la discusión, se escucha la voz del Jefe de Seguridad que sentencia: "Está todo bien, son periodistas de Argentina, amigos del Mister". Así, el DT de Barcelona 2013 nos metió al lado de Messi, casi por la misma alfombra roja.
El argentino mostrándole a sus seguidores en Barcelona el logro. Crédito: Reuters.
Parte de esa crónica desde la Ciudad Condal explicaba: "El Litoral, único medio argentino presente en un momento inolvidable: nunca antes un futbolista ganó tres botas de oro gracias a esa "bestialidad cósmica" de haber marcado 46 goles en 32 partidos, lo que le da 1,43 tantos por encuentro. Cuando Messi ingresa, El Litoral está presente. "¡Vos sos amigo de Sergio Torres, de Santa Fe, mandále saludos al Negro, después hablamos!".
Jorge Messi, el padre de Leo, pone a El Litoral en un lugar privilegiado, donde no se pone nadie: de golpe, aparezco sentado al lado de Hristo Stoichkov y no hay tiempo de maldecir viejos goles que nos sacaron de una Copa del Mundo. Al lado también, Puyol, Alexis, Xavi, Iniesta.
Atrás, corralito de por medio, es imposible calcular la cantidad de cámaras, colegas, micrófonos y fanáticos. En la intimidad, Leo festeja y dedica el premio a sus compañeros presentes, a quienes mira con el botín de oro en la mano: "Es un premio muy lindo para el grupo. Un reconocimiento al vestuario. Son muchos goles y yo solo no lo hubiese conseguido". Lo que viene es imperdible: Messi posa con el oro para la prensa y los sponsors. Queda solo arriba del escenario. Son dos segundos donde pienso: "Me mando y es la foto; o me mando y me sacan de volador".
Lookeado para la ocasión, Messi recibió la distinción dorada. Crédito: Reuters.
—Leo, ¿hacemos la foto para El Litoral, de tu provincia?
—Dale, dale,...
Se viene desde el centro del escenario hasta un costado. Él se queda arriba, yo me quedo abajo y Carlitos Fertonani gatilla. La digital registra tres fotos. Y Messi se baja para recibir apenas un saludo y escapar como el mejor antes de que alguien lo agarre.
Pienso en un "ya está". Pero al lado, en la vieja cervecería Estrella Damm, hay un VIP sólo para sponsors y dirigentes del Barsa, además de glorias como Vaquero, Salinas, Hristo. El director del Diario Marca, Oscar Campillo Madrigal, se sorprende al saber que somos el único medio de la Argentina, de la provincia donde nació Messi.
De golpe, adentro, otra vez. Si lo otro era un gol de media cancha, esto no tiene nombre. Aparece Lionel ya sin el saco, con camisa blanca y chaleco. Jorge Messi, su padre, le tiene el celular. Nos volvemos a ver.
—Pulga... ¿es pesado el botín?
—Tomá, agarrálo vos, me dice Messi y sumamos otra foto.
El mejor jugador del mundo no da más. Fotos, fotos, firmas de camisetas y sus sponsors. No somos más de 20 personas en ese VIP y hasta allí llegó El Litoral, testigo exclusivo. Le firma a Carlos Fertonani un autógrafo para su hijo que viajará a Santa Fe bajo siete llaves. "Nunca fue mi objetivo, ni cuando estaba bien, mucho menos ahora. Mi único objetivo es volver bien" decía en ese caluroso noviembre de 2013.
Me vuelvo en el taxi desde las afuera a Montjuic. El taxista dice que Messi es grande pero no olvida a Maradona. No sabe de dónde venimos, caminamos un par de cuadras. Antes de bajarme, le muestro la foto con Messi en la digital. "Este tío de ustedes es cosa seria. Escuché en la radio que nunca antes alguien ganó tres botines de oro. ¿Es así?".
Le pido que me cobre. Me dice que no. "¿Cómo le voy a cobrar a alguien que tiene una foto con Messi?". Esa anécdota me hace acordar a otras anécdotas que escuché alguna vez de muchos argentinos por el mundo. Son casi iguales. No importa quién es mejor. Son los dos argentinos, sólo que el Messi de Oro tiene el tiempo para seguir haciendo historia. Historia de la cual ese día El Litoral de Santa Fe fue el único testigo.
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