Sorín: tres mundiales, la asistencia a Maxi y su ilusión por la nueva Copa del Mundo
En una reflexión amplia, Juan Pablo Sorín habló sobre el nuevo formato del Mundial 2026 y el rol de Estados Unidos, Canadá y México como sedes. Recordó el título Sub-20 en Qatar, sus experiencias en 2002 y 2006, la asistencia a Maxi Rodríguez y el impacto de Qatar 2022 en los hinchas argentinos.
Juan Pablo Sorín analizó el formato del Mundial 2026 y el rol de Estados Unidos, Canadá y México.
Para Juan Pablo Sorín, el Mundial es el techo del sueño futbolero. No solo por lo que ocurre en la cancha, sino por lo que se siente en el cuerpo cuando suena el himno y se representa a todo un país. Desde esa experiencia, mira el 2026 con una mezcla de romanticismo, curiosidad y memoria.
Sorín celebra que cada vez más jugadores y jugadoras puedan llegar a una Copa del Mundo. Recuerda que el camino empezó con el deseo de ser profesional y siguió con la ilusión de vestir la camiseta argentina. Jugar un Mundial, dice, es el último escalón de ese sueño de infancia.
El ex capitán valora que el formato ampliado otorgue oportunidades a selecciones emergentes. Al mismo tiempo, se declara “romántico del fútbol” y pide que el espectáculo no se resienta. Su deseo es que el 2026 sea un gran Mundial, donde el aumento de equipos multiplique la emoción y no la diluya.
Estados Unidos, Canadá y México como escenario
Sobre las sedes, Sorín destaca el desarrollo de Estados Unidos, Canadá y México. Resalta la logística, la infraestructura y la condición de países progresistas, especialmente en el caso canadiense, con un clima amable en la época del torneo. Cree que buscarán mostrar su mejor cara al mundo.
El ex capitán de la Selección recordó el título Sub-20 en Qatar y sus experiencias en 2002 y 2006. Foto: Reuters
México ocupa un lugar especial en su mirada. Menciona los Mundiales 70 y 86 como referencias inevitables para los sudamericanos, desde la epopeya de Diego hasta la corrida de Burruchaga. Habla también de la alegría mexicana, de estadios llenos y del ambiente futbolero que, asegura, será un punto alto del 2026.
Qatar 95: el Sub-20 que abrió todas las puertas
Cuando piensa en sus propias Copas, Sorín arranca por el Mundial Sub-20 que ganó con Argentina en Qatar. Define esa experiencia como su primer gran contacto con el escenario mundialista y recuerda el país como “otro Qatar”, muy distinto al que vio el planeta en 2022.
De aquel torneo, además del título, destaca el documental “Érase una vez en Qatar”, que reconstruyó la campaña del equipo juvenil. Para él, ese viaje fue la confirmación de que podía representar a la Argentina en la elite, en un contexto que le resultaba completamente desconocido.
2002 y 2006: de la bronca del 98 al pase a Maxi
El defensor reconoce que le dolió no haber llegado al Mundial de Francia 98, cuando creía estar en un gran momento. La revancha llegó en Corea-Japón 2002, su primera Copa con la mayor, en un contexto duro para la Selección. Aun así, valora haber cumplido ese objetivo.
Sorín evocó el pase a Maxi ante México y la emoción de Qatar 2022 como hincha y comentarista. Foto: Reuters
En Alemania 2006 vivió sus recuerdos más potentes con la camiseta albiceleste. El más citado es la asistencia a Maxi Rodríguez en el golazo ante México, que compara con el pase del “Negro” Enrique a Maradona en México 86. Siente que su toque luce más gracias a una definición que “se hace una vez en la vida”.
Un equipo solidario que sigue en la memoria
Sorín también se queda con la imagen colectiva de la Selección 2006. Remarca el espíritu solidario, la vocación ofensiva y la goleada ante Serbia como postal de un equipo que todavía hoy muchos hinchas recuerdan como “un equipazo”.
Para él, que Leo Messi haya jugado su primer Mundial mientras él era capitán es otro tesoro personal. Lo cuenta como una historia que ya le relató a su hija, en la que conviven orgullo, legado y el privilegio de haber compartido cancha con quien sería campeón del mundo años después.
De 1978 a Qatar 2022: un hincha más entre millones
Como hincha, Sorín señala tres Mundiales que lo marcaron: el 78 de su infancia, el 86 de la poesía en movimiento de Diego y la corrida final de Burru, y Qatar 2022 como una experiencia emocional total. Allí estuvo como comentarista, pero también como padre, viendo los partidos junto a su familia.
Recuerda la canción “Muchachos”, las masas argentinas que viajaron dejando todo y un equipo que encarnó valores de humildad, hambre y sacrificio. Ve en la Scaloneta la síntesis de legados que vienen de Menotti, Bilardo, Pekerman y un cuerpo técnico que supo unir generaciones.
Con esa línea histórica en la cabeza, Sorín mira hacia el 2026 y se emociona otra vez. Porque detrás del nuevo formato, de los estadios y de la logística, late la misma idea que lo movió en Qatar 95, en 2002 y en 2006: un país entero dispuesto a soñar con una pelota que, cada cuatro años, vuelve a cambiarlo todo.