Por César Román

La Dolfina y La Ellerstina protagonizarán, el próximo sábado, la gran definición del mejor certamen del mundo, en la cancha principal de Palermo.

Por César Román
(Especial para El LItoral)
Una vez más y van.... Cuando todo parecía complicarse para Adolfito Cambiaso; cuando todo presagiaba un partido de excepción al enfrentar a La Natividad, en la primera semifinal del Abierto Argentino de Polo, su equipo La Dolfina se impuso por un inobjetable 21 a 10.
Diez conjuntos de primerísimo nivel intervienen en Palermo, el torneo más prestigioso del mundo y principal meta de todo buen polista que se precie de tal.
Nadie preveía ese resultado final. Los de Cañuelas venían reponiéndose de lesiones, algunas serias, como en el caso de Juan Manuel Nero, fractura de clavícula y mano; más los desgarros de Pablo Mc Donough y el uruguayo Stirling.
La Natividad, por su parte, teniendo a los dos Castagnola con sus jóvenes dieciocho y veinte años de edad, marcan una inmejorable y sorpresiva aparición en el polo argentino de inmensa prolongación a sustentable futuro.
Vienen de ganar en Inglaterra la Copa de la Reina. El futuro es de ellos, está en ellos; en esta nueva generación de la cual tenemos primacía mundial. En los otros equipos, diez en total ya son realidad las figuras de Hilario Ulloa de Ellerstina, de 10 goles de handicap, Guillermo Caset de 10 goles y Francisco Elizalde de 8, ambos de RS Murus Sanctus.
La actuación de La Dolfina fue de excepción. La verdadera frustración fue la no presencia de público, no menos de quince mil personas y de todas partes del mundo entero que por razones obvias privó, con su ausencia, lo que hubiera sido un imponente marco a esta fiesta del polo mundial.
La progresión del score marca la notable diferencia entre ambos equipos a lo largo de sus ocho chukkers de duración, fue la siguiente: La Dolfina, 4-1, 7-2, 8-4, 12-4, 14-5, 17-8, 19-9 y 21-10.
Existe en polo un añejo axioma por el cual define la función de cada jugador en el encuentro y que debería respetarse a rajatablas para el mejor funcionamiento del equipo. Esto es: el número 1 debería ser el mas rápido; el número 2 el más activo y/o verdadero motor del equipo; el número 3 el más diestro o más hábil en el manejo del taco y el número 4, el más seguro en defensa. Esto, junto a la obtención de una buena caballada, logra el correcto funcionamiento de un conjunto.
En este caso, La Dolfina, cumple con este precepto: calidad de juego, individual y colectivo, experiencia al estar juntos hace varios años, la innegable y verdadera amistad que ha nacido entre ellos, la concentración puesta al servicio la todas y cada una de sus preconcebidas jugadas, unidas a un lote de caballos de excepcional calidad, lo transforman en un equipo letal que, al momento de definir su estilo con palos largos, desmarcándose con frecuencia y apoyándose en ese verdadero potencial que es la amistad que los une, acceden a la final del sábado próximo confiados en continuar con la leyenda: ser el mejor equipo de polo de todos los tiempos...

En lo que respecta a la segunda semifinal, tenía a Ellerstina precedida de serias y fundadas aspiraciones de postergar a su oponente: La Dolfina Polo Ranch, para convertirse en el finalista del sábado 19 de diciembre en la cancha principal de La Catedral.
Fue un emotivo encuentro, donde hombres y caballos dieron un espectáculo sin grietas; en el que solo hubo que lamentar las tribunas desiertas, como consecuencia de la pandemia de Covid-19. Fue un duro contraste con la vehemencia que los dos equipos mostraron durante los ocho chukkers.
Hubo paridad en los primeros cuatro períodos y sorpresa en el accionar de La Dolfina Polo Ranch, ya que prevaleció el dominio de estos sobre su oponente. Es un equipo de amigos que crece al amparo de Adolfito Cambiaso en Cañuelas, donde obviamente realizan prácticas a diario, tan necesarias para la puesta a punto de los caballos.
Antes de entrar a rodar la bocha, el favoritismo de Ellerstina era total: venía invicto en nueve partidos en la temporada y por lejos, desentonó en este. Todo parecía perdido para los Pieres al término del sexto período por 10-7, pero se rehabilitó al convertir cinco goles y darlo vuelta 12-10 en el séptimo. Los dos últimos chukkers fueron de antología: de importancia fundamental el desempeño de Nicolás Pieres, quien montado en Guillermina (su yegua favorita), consiguió el gol del triunfo en agónico tiempo suplementario.
En definitiva, este fue el clásico encuentro donde la pasión, ese ingrediente tan vital y valioso, juega el importantísimo papel de poner las acciones al rojo vivo para el tan ansiado logro de la victoria, que en este caso cobra un papel de relevancia, habida cuenta que el triunfo le otorga el definitivo pase a la finalísima. Queda la gran duda: ¿alcanzará esta levantada de Ellerstina para demostrar ante los "Cuatro Fantásticos" de La Dolfina su poderío, para de ese modo alcanzar el tan esperado título de campeón en Palermo...?
La Dolfina: Adolfo Cambiaso 10, Pablo Mac Donough 10, David Stirling 10 y Juan M Nero 10. Total: 40.
Natividad-Las Monjitas: Camilo Castagnola 8, Pablo Pieres 10, Bartolomé Castagnola (h.) 9 e Ignatius Du Plessis, 9. Total: 36.
La Ellerstina: Facundo Pieres 10, Hilario Ulloa 10, Gonzalo Pieres (h) 9 y Nicolás Pieres 10. Total: 39.
La Dolfina Polo Ranch: Guillermo Terrera (h) 8, Juan Britos (h) 8, Diego Cavanagh 9 y Alejo Taranco 8. Total: 33.