(Enviado Especial a Doha, Qatar)
Historia repetida y ya consagrada: el bullicio y el colorido es propiedad de los argentinos. Con Australia nunca jugamos en mundiales, pero sí en un repechaje que obligó al retorno de Maradona a la selección en el ‘93.
(Enviado Especial a Doha, Qatar)
La historia se repite. La cálida nochecita qatarí se tiñó de celeste y blanco y Doha, desde muy temprano en un sábado que se hizo caluroso al mediodía y espectacular en el momento de ir al estadio, percibió otra vez el altísimo grado de fervor y pasión que ponen los argentinos cada vez que juega la selección. Un espectáculo notable, multicolor y de mucha creatividad por parte de los hinchas. Caras pintadas con la bandera argentina, gente de edad ya madura con pijamas, túnicas y pelucas con los colores de nuestra patria, mucha emoción y los cantos que se repiten y se entonan cada vez más fuerte.
Nunca antes se habían enfrentado Australia y Argentina en un partido de fase final de un Mundial, pero el historial entre ambos comprende dos partidos decisivos para ir al Mundial de Estados Unidos. Aquélla vez, Argentina juega el repechaje contra Australia en 1993, luego del 0-5 con Colombia que puso en jaque la clasificación del equipo de Basile. Maradona estaba afuera de esa selección, que venía de ganar las Copa América de Chile y Ecuador. El desastre del Monumental hizo que Diego volviese, primero fichando para Newell’s y luego haciendo un exhaustivo entrenamiento bajo las órdenes del profesor Signorini para ponerse a punto. Diego tenía 33 años, todavía casado con Claudia Villafañe y con Marcos Franchi de representante. Fue 1 a 1 en Sydney, con un gol de Balbo luego de un centro del propio Maradona. En la revancha, una noche fría del Monumental en pleno noviembre nos depositó en Estados Unidos con aquél gol de Batistuta desde un costado que se metió increíblemente en el arco australiano.
“A ver, ¿quién quiere hablar conmigo?”, se le escuchó decir a Maradona aquélla vez, en el amplio salón del hotel en Sydney cuando se llevaba a cabo una reunión de prensa (no conferencia) de Basile y su cuerpo técnico con los periodistas argentinos. En aquél momento, el Coco no veía bien con la prensa escrita y por eso se generó aquélla reunión. Maradona entró imprevistamente por una puerta trasera y dos periodistas (El Litoral y uno de Córdoba), tuvimos la chance de charlar con Maradona, en aquél entonces enfrentado con Redondo por su negativa a integrar el equipo de Bilardo y dirimiendo con Ruggeri por la cinta de capitán que el Cabezón utilizó desde el inicio de la era Basile hasta aquél partido en Sydney. Maradona estaba suspendido y su último partido con la selección había sido la final de Italia ’90 ante los alemanes. Retornó tres años más tarde, en ese ida y vuelta con Australia.
De acuerdo a los registros de varios periodistas consultados por El Litoral, éste ante Australia fue el partido número 1.000 oficial de Lionel Messi, contabilizando sus encuentros en el Barcelona, en el PSG e integrando la selección argentina.
Lionel Messi cumplió su partido número 23 con la selección en mundiales. Está tercero junto al italiano Paolo Maldini, a un partido del alemán Miroslav Klose y a dos de Lothar Matthaüs, el alemán que se ha convertido, hasta ahora, en el futbolista con más partidos mundialistas en la historia ya casi centenaria del máximo certamen.
Así como perdieron con Argentina aquél repechaje de 1993, los australianos esta vez dejaron en el camino en idéntica instancia a Perú (fue 5 a 4 en la definición por penales). Están en el puesto 38 del último ránking Fifa y tiene varios jugadores que militan en clubes europeos pero ninguno en los equipos de mayor jerarquía y prestigio.
Excepcional el contraste entre la marea humana con camisetas celeste y blanca y el colorido de un estadio realmente estupendo, que tiene una estructura externa roja con algunos detalles en blanco. La repentina llegada de la noche (a las 5 de la tarde ya desaparece por completo la luz natural), hizo que el arribo de todos al Ahmad Bin Alí (nombre del Emir de Qatar entre 160 y 1972), se hiciera por la noche, generando un colorido y un espectáculo notable.
No nos cansamos de decirlo, pero ver a alguien con la camiseta argentina no implica que sea argentino. Es sorprendente y gratamente impactante observar la cantidad de oriundos de Bangladesh, la India, árabes y también qataríes, que se hacen hinchas de la selección por Messi –sobre todo- y por la pasión que ponen los hinchas argentinos en cada banderazo y en los estadios.
La primera participación de Australia en mundiales se dio en Alemania en 1974. Luego, volvieron a jugar en la misma Alemania, en 2006 y desde allí estuvieron en todos los que le siguieron: Sudáfrica 2010, Brasil 2014, Rusia 2018 y éste, que es el sexto Mundial de los australianos, que evidentemente no tienen en el fútbol a su deporte más popular, más allá de que se ha dado un crecimiento en los últimos tiempos. En las eliminatorias asiáticas salió tercero, detrás de Arabia Saudita y Japón, en tanto que el repechaje con Perú se disputó, precisamente, aquí en Doha.
Uno de los que se habrá alegrado y mucho con los últimos dos resultados de Argentina es el ex presidente de Colón, Enrique Ariotti. Es que armó su viaje junto a su hijo y amigos para observar la instancia final del torneo. Arribó en las últimas horas para comenzar a vivir la parte más atractiva del Mundial. Habrá cruzado los dedos en Santa Fe cuando el equipo perdió en la apertura del certamen ante los árabes, pero se cumplió el ansiado pronóstico de clasificación, más allá de que este Mundial ha deparado muchas sorpresas e inesperadas resoluciones en los distintos grupos.
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