Estados Unidos: Cristiano Ronaldo cenó con Donald Trump en la Casa Blanca
El contexto legal resuelto y el simbolismo de la invitación reflejan un nuevo capítulo en la carrera del futbolista, justo antes del próximo evento mundialista.
Ronaldo este martes durante la cena en la Casa Blanca. Reuters.
El presidente de Estados Unidos, DonaldTrump, recibió este martes a Cristiano Ronaldo y dijo que su hijo, Barron, estaba emocionado por conocer a la superestrella portuguesa del fútbol, quien actualmente juega para el al-Nassr, de la acaudalada liga saudí.
La delegación saudí fue agasajada en la Casa Blanca. Reuters
Ronaldo, acompañado de su esposa Georgina Rodríguez, no ha sido invitado a tomar la palabra pero fue ubicado en los primeros asientos de la mesa en el Salón Este de la Casa Blanca.
El presidente Trump dio la bienvenida a los invitados llamado al principe heredero como “un verdadero socio para la paz y la prosperidad” en el mundo y para la paz en el Medio Oriente.
La cena fue atrasada debido a que la alfombra roja colocada fuera del salón tuvo que ser acompañada por una carpa debido a la fuerte lluvia presente en Washington D.C.
Elon Musk fue otro de los invitados a la cena. Reuters.
Además de Ronaldo, Trump también recibió a Elon Musk, siendo este el regreso del magnate de la tecnología a la Casa Blanca luego de su distanciamiento con el mandatario republicano.
Por qué Cristiano Ronaldo no podía entrar a Estados Unidos
Durante más de una década, Cristiano evitó pisar suelo estadounidense debido a una denuncia por abuso sexual que databa de 2009. La acusadora afirmó que el incidente ocurrió en Las Vegas, lo que abría la posibilidad de que Ronaldo fuera interrogado o incluso detenido si ingresaba al país.
En 2023, la justicia estadounidense desestimó la demanda: determinó que la denunciante había perdido el derecho a continuar con el caso, y además se ordenó una indemnización a favor de Ronaldo, liberándolo legalmente para volver.
Cómo influye su participación en el próximo Mundial
El regreso de Ronaldo coincidiría con la previa del Mundial 2026, que se jugará en parte en Estados Unidos.
Que esté invitado a la Casa Blanca puede leerse como un gesto simbólico: representa no solo el fin de sus obstáculos legales para pisar EE.UU., sino también un refuerzo del vínculo entre su figura global (y mediática) y la organización del Mundial que EE.UU. co-organiza.