Nación viene por los US$ 800 millones que Santa Fe logró en el mercado financiero internacional
Apurado por los vencimientos de deuda, Luis Caputo quiere que la provincia traiga las divisas; la Casa Gris tiene 180 días para hacerlo. Artes (y artimañas) de "lo posible", definen una compleja trama de negociaciones legislativa y presupuestarias.
Caputo necesita divisas. Y pide a la provincia que "traiga" los dólares.
Hubo “sugerencias” del ministerio de Economía de la Nación a sus pares santafesinos. Piden desde el gobierno central que la administración Pullaro apure el ingreso al país de los US$ 800 millones que la provincia obtuvo en el mercado financiero internacional al 8,1% con un plazo a 9 años.
Luis Caputo necesita todos los dólares que pueda reunir antes de los vencimientos por unos US$ 4 mil millones en enero. Junto con Córdoba y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que también emitieron deuda en el último mes, hay unos US$ 2100 millones que podrían entrar al Banco Central para fondear el calendario de vencimientos de Nación en moneda dura.
A falta de reservas, Caputo busca dólares. Foto REUTERS
¿Y qué obtendrían a cambio las provincias? Los pesos que recibirían los gobernadores y el jefe de gobierno porteño a cambio de las divisas, hasta tanto no haya destino de pago en cada una de las jurisdicciones, necesitarían un plan financiero para no perder valor en un país que aún marcha con una inflación del 2,5% mensual en noviembre.
Ingeniería financiera
Según las normativas del BCRA, Santa Fe -como sus pares subnacionales- tienen 180 días para ingresar los dólares al país. Pero incluso si se queda “estacionada” con las divisas en origen, la provincia pierde poder de fuego ante una política cambiaria que en la Argentina actualiza al 1% mensual su banda superior. Eso supone, con el paso del tiempo, pérdida de valor.
Santa Fe consiguió mejor tasa y más plazo que el país. Foto REUTERS
Por eso la “sugerencia” del equipo de Luis Caputo llegó de la mano de la posibilidad para que los estados subnacionales suscriban un bono que actualice el valor ingresado. “Lo estamos evaluando”, admitieron a El Litoral fuentes del ministerio a cargo de Pablo Olivares.
Un comprensible telón táctico impide por ahora observar lo que pasa en la escena política, de intensa negociación entre la Casa Gris y la Rosada. Es que todo sucede mientras el gobierno central apura -entre otras leyes- el presupuesto nacional 2026.
La acreencia previsional
Y allí se juega el futuro de un artículo que define si Nación le pagará a las provincias -cuyas cajas previsionales no se transfirieron- cuotas mensuales equivalentes a una doceava parte del déficit previsional de cada jurisdicción en el año inmediato anterior.
Es parte de una obligación nacional que el gobierno central ha incumplido parcial o totalmente no sólo en la administración Milei, sino también durante el gobierno de Alberto Fernández.
Después de la reunión del presidente con los gobernadores el 30 de octubre, tras el triunfo electoral de La Libertad Avanza, Pullaro aseguró que el gobierno nacional le debe a Santa Fe "el flujo del Fondo de Pensiones, que son recursos que el gobierno nacional nos tendría que entregar todos los meses en función de los impuestos que se trasladaron en distintos pactos fiscales".
El gobernador reconoció que esta situación "le genera un daño importante a la provincia porque son más de 10 mil millones de pesos", sumado al "saldo del pacto fiscal, ya que cuando cayeron los ingresos brutos de Santa Fe en 2017, hubo un saldo en el pacto fiscal que tuvo que ser liquidado por el gobierno nacional".
La deuda que… ¿no existe?
Está claro que el gobierno central no va a pagar lo acumulado en materia previsional y Pullaro lo sabe. Hacia atrás, Santa Fe ya tiene la demanda iniciada en la Corte nacional; lo que ahora se negocia es lo que suceda hacia adelante en el tiempo; en la provincia calculan que pueden ser incluso hasta $20 mil millones al mes que se dejan de percibir por el incumplimiento nacional.
La Corte ya tiene en sus manos un reclamo de Santa Fe.
En Casa Rosada reclaman en cambio que Santa Fe cumpla en ceder una buena parte de su coparticipación federal para financiar servicios de recaudación e información de ARCA (ex Afip). Es un compromiso que asumieron Omar Perotti y su por entonces ministro Walter Agosto, el 29 de junio de 2022, cuando firmaron un acuerdo con Sergio Massa.
Lo hicieron a cambio de bonos por $151.873 millones de pesos a esa fecha, que la provincia recibió dando principio de ejecución al acuerdo. Pero la Legislatura santafesina (con Pullaro en las bancas de Diputados en aquél entonces) no avaló el descuento a la coparticipación.
El actual gobernador santafesino desconoce ese concepto y alega que Santa Fe no recibe los servicios de ARCA. La controversia es caldo de cultivo de un nuevo conflicto judicial, que acecha si la política no logra una fórmula de entendimiento. En el desacuerdo, Santa Fe se expone a no cobrar; en el entendimiento, tiene que cuantificar cuánto recibiría y qué resignaría.
Las cuentas en las bancas
Y en ese inexcusable juego de poder y plata de la democracia, lo que cuenta no son solo las cuentas en los bancos, sino los votos en las bancas.
Con mayoría de votos santafesinos de La Libertad Avanza en Diputados de la Nación (9 de 19), donde el oficialismo es además primera minoría, Diego Santilli -el ministro del Interior e interlocutor con las provincias- tiene menos incentivos a acordar con Pullaro. Excepto por lo que pueda aportar Provincias Unidas, el bloque bajo la presidencia de Gisela Scaglia.
Scaglia preside el bloque de Provincias Unidas en Diputados.
El mandatario santafesino tiene mayor injerencia relativa con los dos votos radicales en el Senado Nacional, un bien escaso para un radicalismo legislativo en repliegue; votos sin embargo indispensables para la estrategia de poder de Milei, que no sólo tiene que aprobar el presupuesto sino que necesita las reformas estructurales -laboral y tributaria- para dar señales a los mercados.
Y eso sin contar el desafío de la designación de jueces federales o el futuro del número y la integración de la Corte.
Milei quiere que el presupuesto y esas leyes salgan; tal vez no las que diseña Federico Sturzenegger en el límite superior de lo deseable para el mundo libertario. Devenido en pragmático de la casta, el presidente se dispone a admitir las normas “posibles”, donde el arte -y las artimañas- de los Menem, lubrican logros que evitan fracasos.
Cuestión de expectativas
Después de ocho años sin acceso argentino al financiamiento en dólares a plazos considerables, el gobierno de Javier Milei logró emitir un bono en moneda extranjera que vence en el próximo turno de gobierno. El BONAR 2029N recaudó US$ 910 millones; lo hizo a una tasa de 9,26% anual, bajo legislación argentina.
Luis Caputo celebró el logro, pero no es lo que procuraba. Pagó -bajo legislación argentina- más tasa de interés con menor plazo que Santa Fe en Wall Street. El ministro de Economía esperaba que con los fundamentos macroeconómicos y el triunfo electoral, el Riesgo País hubiese bajado por lo menos a 350 puntos básicos.
Vladimir Werning, vicepresidente del Banco Central de la República Argentina, explicó en el Seminario Internacional LarrainVial que el “cisne negro” de las elecciones de la provincia de Buenos Aires (que parecían anticipar una derrota legislativa para MIlei) ya se revirtió y que la demanda de divisas cayó por las nuevas expectativas.
Contó allí que la cantidad de dólares demandados por los argentinos que buscaban refugio ante la incertidumbre electoral, se redujo de US$ 5.300 millones en octubre a US$ 1.100 millones en noviembre. Pero eso es lo que sucede puertas adentro del país.
¿Y qué pasa afuera? Los mercados financieros internacionales -según el manual no escrito de Wall Street- son graduales para prestar dinero (sobre todo a acreedores afectos al default, como la Argentina) y drásticos para dejar de hacerlo. Ahora esperan que la expectativa se consolide con lo que suceda en el Congreso. Hasta entonces, a Caputo le vendrían bien los dólares de Santa Fe.