“Poco más de un año atrás, en la ciudad de Santa Fe era una difícil tarea lograr una locación comercial que permitiera la apertura de un nuevo emprendimiento y señalábamos con orgullo que el comercio mostraba una significativa evolución en cantidad y calidad. Hoy, con tristeza, debemos señalar la reversión de esta tendencia, palmariamente demostrada en la mera observación de la importante cantidad de locales vacíos que hay en las arterias comerciales de la ciudad”, aseguró el Centro Comercial en un comunicado que emitió esta mañana.
Tras realizar un rápido y parcial relevamiento, la entidad detectó casi 50 locales en alquiler en la peatonal y en los sectores que concentran más cantidad de comercios de las calles San Jerónimo, Mendoza, avenida Freyre y Facundo Zuviría. “Esto se repite en todos los sectores de la ciudad”, advirtió.
La preocupación del sector es palpable en la calle, con caída de ventas desde el último semestre del año pasado, suba de tarifas de algunos servicios e impuestos y alquileres que no detienen su ascenso.
Liquidación por cierre
Blanca alquila dos locales sobre calle Mendoza entre San Martín y San Jerónimo, donde vende ropa informal. Este mes tuvo que desalojar uno de ellos porque le querían aumentar el alquiler de 7 mil a 12 mil pesos. “Se me venció en diciembre. Hablamos y arreglamos por 10 mil, pero es imposible porque las ventas bajaron. En diciembre lógicamente uno vende, pero ahora es de terror”, sostiene la comerciante.
No les quedó otra opción que cerrar uno de los locales y trasladar la mercadería al más chico, por el que pagan 4 mil pesos. Debido a la falta de espacio, Blanca guarda en su casa las prendas de la temporada de invierno.
Qué hacer con los dos empleados es una de las mayores preocupaciones de la comerciante: “Ahora los chicos están de vacaciones, pero ¿qué hago cuando vuelvan? No se vende nada, pero tampoco es fácil indemnizarlos porque eso también implica dinero. Además están desarmando el otro local y el propietario exige que se lo devuelva en perfectas condiciones, todo pintado. Todo es dinero”.
Evangelina y Andrea trabajan hace dos años en un local de ropa para chicos. Dentro de dos días se quedarán sin trabajo porque el negocio cierra. El argumento es el mismo: no se puede sostener el alquiler. “No hubo aumento, pero ya no se puede sostener el alquiler, que ya estaba muy caro. Además durante 2008 bajaron las ventas un 30% respecto al año anterior. Primero empezó con el tema del campo, después el clima porque no hizo frío durante el invierno”, detalla Evangelina.
Por el momento ninguna de las dos tiene en vista otro trabajo y saben que no va a ser fácil, por lo menos hasta marzo. Ambas serán indemnizadas, pero aseguran: “Preferimos trabajar y no recibir una indemnización”.
En la recorrida que realizó El Litoral por la peatonal y las principales calles y avenidas comerciales, no faltó la viveza criolla. Ante un cartel en la vidriera de un local de ropa femenina sobre calle Mendoza que decía “Liquidación por cierre”, este medio consultó acerca de las razones que motivaban el cierre del local. Sin embargo, se encontró con una respuesta insólita por parte de las vendedoras y la dueña del local: “No es por cierre del local, es por cierre de temporada. Es una estrategia para vender más”.
Locales vacíos
En Facundo Zuviría al 5700 se ofrecen desde agosto dos locales nuevos. “Comenzaron pidiendo $ 2.500 y ahora bajaron a $ 1.700”, contó un comerciante de la zona. Igual siguen cerrados y con el cartel de “Se alquila”.
Muy cerca, en una esquina, hasta mayo del año pasado funcionaba una casa de comidas. “Le quisieron subir el alquiler $ 400 pesos más de lo que pagaba y tuvo que cerrar”, agregó. Ocho meses después el local permanece cerrado.
Néstor Quiroga es dueño de una peluquería que está en esa avenida. “La actividad bajó mucho y, como suele pasar, enero está muerto. Los gastos son cada vez mayores y lo que ingresa es menor. En mayo tenemos que renovar el alquiler y apostamos a que quede igual, si no, no sé qué haremos”, dijo.
Unos metros más al norte, Marcela Faillia estaba parada atrás del mostrador de su mercería. Hace un año se mudó de local porque el dueño intentó subir el valor de la locación. “Nos bajaron las ventas casi en un 50 %, pero ahora no podemos volver, tenemos que esperar a ver si se reactiva un poco”, confesó. Encima, “este año, después del conflicto del campo, la situación empeoró. Todo el mundo dice lo mismo, pero nosotros que estamos en la calle vemos que la gente se cuida mucho más en sus gastos y compra menos”.







