Por Danilo Chiapello - [email protected]
“Fue todo muy rápido. Estaba mirando el partido cuando de repente veo que estalla un tumulto. Luego observo que un muchacho se va contra mi hermano y lo apuñala varias veces. Lo que siguió después fue toda una locura”.
Con estas palabras Maximiliano López (17) -hermano del hincha asesinado ayer en la tribuna norte del Club Colón- resumió los dramáticos momentos que le tocó vivir.
En diálogo con este diario el adolescente brindó sus precisiones sobre el hecho. Dijo que sospecha que lo ocurrido fue un ataque dirigido contra su hermano. También cuestionó los controles de acceso al estadio: “se puede ingresar con cualquier cosa”.
Por último narró entre lágrimas que cuando su hermano agonizaba, pidió a los policías que lo lleven en un patrullero hasta el hospital. Sin embargo los uniformados no atendieron su reclamo, argumentando que no podían levantar el puesto.
Tarde de perros
Puesto a revivir el crimen, Maximiliano relató que “estábamos en la tribuna que da a J.J.Passo, recostados sobre el ala norte. Yo estaba sentado en el tapial mirando el partido, y mis otros hermanos Carlos (28), Héctor (19) y Daniel (21) estaban ubicados unos escalones más abajo.
De pronto veo que Daniel se estaba peleando con un muchacho y después lo veo pasar ensangrentado en dirección hacia la platea este. Yo escuché que le decían que cante. Mi hermano le dijo que se vaya y entonces comenzaron a pelear. Allí aparece el otro y lo apuñala.
El que lo atacó es un vago chiquito, menudo, creo que es menor de edad. Lo quise manotear pero cuando lo intenté aparecieron varios jóvenes más y empezaron a pegarme trompadas.
“Creo que fue un ataque dirigido. Porque había muchas personas para pelear, sin embargo fueron directamente por el”, sentenció.
“No veo, no respiro...”
“Pasado ese momento, observo a Daniel tirado en medio de un charco de sangre. Entonces con mi otro hermano, Carlos, lo tomamos de los brazos y lo llevamos hacia afuera. Allí nos encontramos con los policías y comenzamos a pedirles auxilio. También le pedíamos que entren a la tribuna, que el agresor estaba adentro, pero siempre nos decían que no, ‘no podemos entrar’.
Como la ambulancia no llegaba, les rogamos que carguen el cuerpo en una de las camionetas y nos lleven hasta el hospital, pero también nos dijeron que no.
A todo esto, mi hermano que nos decía “no puedo ver, me falta el aire, no puedo respirar”. Se nos estaba muriendo ahí.
Después llegó la ambulancia, entonces Héctor y yo salimos corriendo detrás. Llegamos al hospital y al cabo de unos 30 minutos no dijeron que había fallecido. Que se habían hecho todos los esfuerzos pero que no hubo manera de salvarlo”.
No nos ayudaron
Maximiliano cuestionó los controles de acceso al estadio. “A la cancha se puede entrar con cualquier cosa. No revisan a nadie, y cuando lo hacen, te tocan un poco a los costados y nada más. Quiero que haya más seguridad, para todos”, dijo.
También señaló su desconfianza en cuanto a la captura del autor del crimen. “Creo que no lo van a encontrar. Y si aparece, como es menor, ya todos sabemos cómo termina eso.
Por último, Maximiliano soltó una reflexión para los policías: “si pasa algo así de nuevo, por lo menos que lleven al herido en una camioneta. Estaban todas paradas en la puerta de la cancha y ninguno hizo nada para llevarlo”, sentenció.






