Los dirigentes del campo no lograron acordar una posición en común, la Casa Rosada fracasó en sus gestiones informales y el sector transportista no levanta las medidas de fuerza. El conflicto que tiene cautiva a la sociedad argentina desde hace 92 días no encontró ayer un cauce de gobernabilidad.
La Casa Rosada apeló a nuevos interlocutores informales para intentar encausar el caótico escenario, pero tampoco lo consiguió. Si el gobierno no modifica las retenciones móviles a la soja, los productores no comercializan; y si esto no sucede, los camioneros no levantan la protesta en las rutas.
El ministro de Planificación, Julio De Vido y el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, pidieron una gestión de oficio a Luis Morales, presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias de Autotransporte de Cargas (Fadeeac).
Morales recibió en su sede a Luciano Miguens (SRA), Mario Llambías (CRA) y Ulises Forte (FAA); pero tampoco lograron un entendimiento.
Los ruralistas se reunieron ayer por más de diez horas y, en medio del encuentro, se trasladaron hasta la casa de los transportistas antes de retomar sus propias negociaciones internas. A diferencia de ocasiones anteriores, no dieron a conocer una posición a través de un comunicado de prensa.
La Mesa de Enlace se comprometió a seguir deliberando “en los próximos días”. Hoy se reúne el Consejo Directivo de la Federación Agraria Argentina (FAA).
El encuentro había comenzado con “pleno conocimiento” de que las autoridades nacionales no los recibirán hasta tanto finalicen los cortes de rutas en el país, incluso las que llevan adelante los transportistas.
Pero la Confederación Argentina de Transporte Automotor de Cargas (Catac) confirmó el paro por tiempo indeterminado, de lo que se desprende que seguirán los cortes de ruta y, en consecuencia, las posibilidades de diálogo con el gobierno permanecerán congeladas.
Los ruralistas señalaron que “reconocen la legitimidad” de la protesta de los transportistas, aunque aclararon que los productores “no se sumaron a los cortes de rutas”.
Previo al inicio del cónclave había trascendido, fuera del ámbito del encuentro, que los gremialistas del agro llegaban con posiciones diferenciadas, ya que la entidad “más presionada por sus bases” para retomar la protesta, “por el momento es la Federación Agraria Argentina”, se supo.
Fisuras institucionales
Desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), en tanto, la confederada más numerosa y combativa, Carbap, se habría comunicado al titular, Mario Llambías, la “intención” de los afiliados de no profundizar protestas que vuelvan a “caldear ánimos” en el poder político.
“Aceptaríamos, en cambio, alguna medida gremial más moderada”, confió un portavoz de la entidad pampeana. Desde Sociedad Rural Argentina (SRA) y Coninagro, sus conducciones apuntarían a mantener una postura “moderada” y canalizar los reclamos por “vías institucionales”, priorizando “en todos los casos”, la reapertura del diálogo con el gobierno.
“Hay fisuras por las diferencias ideológicas históricas, que ya no pueden ocultarse‘, arriesgaron ruralistas de Carbap, en un intento por despegarse de otras confederadas que integran CRA, quienes se inclinan por retomar la protesta sectorial, que enfrentó a las partes durante más de tres meses.




