Danilo Chiapello
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El hombre a quien se lo señala como el presunto matador de Alfredo Omar Segado (71), fue capturado ayer en inmediaciones del hospital Cullen.
Todo ocurrió poco después del sangriento asalto que se desarrolló en el interior del antiguo bazar Lavalle, (ubicado en Gral. Paz y Ángel Cassanello), y que terminó con la vida de comerciante.
Pasado el mediodía, Alfredo Segado se encontraba en la sala de guardia del hospital Cullen esperando ser atendido por la herida de bala que había sufrido durante el robo. El nombrado no estaba solo. Su hija, Alejandra, lo acompañaba.
De repente a la sala de guardia ingresó un nuevo “paciente”. Del recién llegado se supo que era un motociclista que había sufrido un accidente de tránsito en Blas Parera y Gorostiaga.
Hasta allí, todo lo habitual en lo que es la rutina de un hospital.
Sin embargo, Alfredo Segado advirtió que este hombre que terminaba de ingresar “no era un paciente más”.
Entre otros detalles presentaba una herida cortante en su rostro que no se correspondería a las típicas de un accidente de tránsito. Segado recordó que durante el robo, el y su esposa, se trabaron en lucha con el delincuente. En la refriega, cayeron al suelo y el caco se cortó el rostro con unas chapas.
Fue entonces cuando se acercó a su hija y le susurró al oído: “‘Ése es el tipo que me tiró”. Y pasados unos instantes agregó: “Fijate cómo me esquiva la mirada. Es él..., es él”, sentenció.
Tamaña revelación obligó a que la mujer se retire, de manera disimulada, de la sala. Una vez afuera fue al encuentro de los policías que se encuentran de servicio en dicho hospital y les narró la novedad.
“Atento a la jugada”, el supuesto motociclista se incorporó en la camilla y se disponía a retirarse. Fue allí que un agente ingresó a la sala y le indicó: “Usted quédese quieto que ya lo van a atender”.
Pero lejos de acatar la orden, el sujeto bajó de la camilla y emprendió una rápida retirada. La situación no pasó inadvertida para los demás agentes que se pusieron en persecución.
La secuencia llegó a su fin a los pocos metros (ya sobre Av. Freyre) cuando el sujeto en cuestión fue aprehendido por los uniformados.
Con los recaudos del caso, el sujeto fue trasladado en condición de detenido hasta dependencias policiales donde fue puesto a disposición del juzgado de instrucción en turno.
Al cierre de la presente edición personal policial afectado a la investigación de este hecho, junto al juez Nicolás Falkenberg realizaban allanamientos en busca de elementos de prueba para la causa.




