El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro del Interior, Aníbal Fernández, explicaron ayer, cuando se produjo el alejamiento de Sancho, que el gobernador tomó una actitud "honorable" y "prudente" ante el "malestar" que generó en el presidente Néstor Kirchner el accionar de la policía santacruceña durante la protesta, que concluyó con 12 heridos.
Kirchner había analizado la situación de la provincia en Casa de Gobierno, junto a sus ministros y el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, que de inmediato viajó a Santa Cruz para seguir el conflicto de cerca.
"El gobernador decidió dar un paso al costado. Conoció a través de sus funcionarios el malestar que existía en el propio Presidente, que nunca fue partícipe de ese tipo de políticas reactivas frente a manifestaciones sociales, por injustas que sean estas manifestaciones", dijo Alberto Fernández a radio Del Plata.
Según el ministro del Interior, Aníbal Fernández, "la posición del Presidente fue muy dura, de mucha bronca, porque su visión es de respeto de los derechos humanos".
Télam




