Mónica Ritacca - ([email protected])
Cataratas del Iguazú fue el destino elegido dos años atrás por un contingente de personas que pretendía pasar allí la Semana Santa. Con esa intención, un micro de dos pisos partió desde la terminal para emprender el largo recorrido. Pero a 50 kilómetros de nuestra ciudad, en el acceso norte a Paraná, ocurrió un trágico accidente que modificó para siempre la vida de muchísimas personas.
Milagros Girard, que por entonces tenía 12 años, era una de las pasajeras del micro. Viajaba junto a su mamá y sus dos hermanos en el piso inferior. Iba sentada del lado de la ventanilla, su madre contiguo al pasillo y sus hermanos en la fila de asientos individuales. En el terrible accidente, Milagros perdió los brazos.
A dos años de que el viaje a Cataratas se convirtiera en un calvario para las personas que el 12 de abril de 2006 subieron al colectivo contratado para el largo viaje, Marcela Bonato, madre de Milagros, dialogó con El Litoral ``para agradecer a todas las personas que ayudaron a mi hija y para pedir dos cosas: al Iapos, que le brinde a Milagros una asistencia rápida e integral; y a la Corte Suprema Provincial, que haga justicia en la causa''.
Por lo que reclama al Iapos deduzco que no está conforme con el proceder de la obra social en el caso de su hija. ¿Es así?
Al Iapos le estoy solicitando una audiencia con el titular. No es que me la niegue, pero me dice que tiene que ser por escrito, que tengo que incluir los puntos que quiero desarrollar... La verdad es que estoy cansada de la burocracia. Me dicen que tienen 500.000 afiliados. Pero quisiera saber si dentro de ese número hay un caso como el de mi hija. Yo le cedí todos los derechos a la obra social para la atención de Milagros, eso significa que el Iapos no va a perder ni un solo peso porque al cederle los derechos el dinero que gaste lo van a recuperar con la indemnización que le corresponde cobrar a Milagros.
Mi hija necesita de una acompañante todo el tiempo. Y el Iapos se comprometió a abonar el sueldo de esa persona. Pero hace siete meses que no presento nada por lo desgastante que es todo eso y, por ende, me estoy haciendo cargo yo. Con esta nota apelo a que se puedan sortear algunos pasos de esa burocracia para usar mi energía en mi hija y no en los obstáculos que encuentro.
Me pasan de secretaria en secretaria y ya estoy cansada. Considero que hay pasos burocráticos que se podrían obviar, y te voy a explicar por qué: si cuando pasó el accidente se hubiesen cumplido esos pasos burocráticos hoy Milagros estaría muerta.
¿En qué estado se encuentra la causa judicial?
No sé precisamente en qué está. Lo que sí se es que si la Justicia hubiese actuado en tiempo y forma esto ya hubiese terminado y toda la energía que tengo que gastar contra el sistema judicial la estaría utilizando en mi hija. Creo que el Poder Judicial tiene una deuda muy grande con Milagros. Ella no se buscó lo que le pasó, es una víctima. Los cuatro somos víctimas. Acá no hay que demostrar nada, ni nadie puede decir que no le consta. El juicio se inició por el daño ocasionado a una menor. Y esa esencia se perdió porque todos se quieren repartir una torta que todavía no salió del horno. El juicio es contra la empresa aseguradora, de quien Milagros todavía no cobró un peso.
No pido ayudas económicas. Yo siempre viví de mi profesión y mantengo a mi familia desde que murió mi marido. Lo que necesito es que los compromisos asumidos se cumplan para que le otorguen a Milagros lo que le corresponde. Como ciudadanos tenemos obligaciones y derechos. Uno cumple con los deberes, pero a la hora de ejercer los derechos no sabés a qué apelar y qué puertas tocar. Mientras tanto, Milagros va necesitando cosas que tendría que haber conseguido ayer, no hoy.
Además, hay cosas que no entiendo, por ejemplo que mi hija tenga un certificado de discapacidad con vencimiento. Nunca nadie me pudo explicar una cosa así. Me parece que en casos extraordinarios como el de Milagros deberían haber definiciones extraordinarias.
¿Qué dice Milagros en medio de todas estas situaciones?
Ella no puede entender que aparte de lo que le pasó yo tenga que enfrentarme a todo un sistema. No lo comprende. Milagros fue noticia hace dos años, pero Milagros sigue sin sus brazos.
En Italia intentaron colocarle una prótesis. ¿Qué pasó con esa intervención?
Del lado izquierdo ella no tiene muñón, el arrancamiento del brazo fue total; del lado derecho tiene sólo un tercio de él. La prótesis que se le intentó colocar no la puede usar porque va incorporada en el muñón y se sostiene por un sistema de arneses que no puede soportar porque no tiene masa muscular en su lado izquierdo y le produce muchísimo dolor. El año que viene será intervenida con una nueva operación para reconstruirle el lado izquierdo. Lo que le van a hacer es cubrírselo con piel.
¿Qué recuerda del trágico accidente?
Nosotros íbamos con los ojos cerrados hasta que de pronto sentimos un ruido, parecía que se había reventado una cubierta. Pero después resultó ser que habíamos derrapado. Fue todo en un segundo y no sabemos cómo pudo haber pasado lo de Milagros.
En medio del caos, con uno de mis hijos empezamos a buscar los brazos hasta que los encontramos en el pasto, los levantamos, los envolvimos y los llevamos al hospital. Pero no pudieron hacer nada.
A manera de reflexión de lo que pasó considero que todo lo que se hace para evitar los accidentes viales no es suficiente. Creo que se tiene que implementar un sistema diferente porque no podemos perder tantas vidas.
A pesar de todo, tengo la ilusión y la esperanza de que mis hijos puedan superar este estrés postraumático que tenemos todos. Creo que la parte espiritual me da fuerzas para seguir. Siempre apuesto a que el día de hoy va a ser mejor que el de ayer. No estoy de acuerdo con esos que dicen que el dolor te hace más fuerte ni tampoco creo cuando me dicen qué fuerte que soy.
¿Cómo es Milagros?
Milagros es una adolescente con todas las perturbaciones de su edad. Es muy segura de sí misma, tiene un carácter fuerte y gustos definidos. Un día me dijo ``si vos crees que yo me voy a tirar en una cama a llorar estás equivocada''.
Milagros nos enseña a vivir todos los días, es un ejemplo para nosotros. Por eso es que yo no quiero pedir justicia. Lo que quiero es la Justicia haga lo que tiene que hacer, porque tiene derecho a que la indemnicen por el daño que le hicieron de por vida.






