El ataque terrorista contra varios objetivos en Bombay, causando , de acuerdo a cifras oficiales, 195 muertos y 295 heridos desde el miércoles por la noche, finalizó el sábado con la muerte de los tres últimos islamistas atrincherados en el hotel Taj Mahal, anunciaron fuentes policiales.
Los comandos indios mataron el sábado a los tres últimos islamistas que quedaban en el hotel. "Dijimos que quedaban tres terroristas... y tenemos tres cadáveres", anunció el jefe de la Guardia de Seguridad Nacional de India, J.K. Dutt.
"Estamos yendo habitación por habitación para verificar que es seguro", añadió el jefe de los comandos, quien solicitó a los posibles clientes que puedan quedar en el hotel que salgan de sus escondites y se identifiquen para no ser confundidos con terroristas.
Poco antes, el jefe de la policía local Hassan Gafoor, había anunciado a la AFP el final del asalto. "Todas las operaciones han acabado. Todos los terroristas han muerto", dijo, casi 60 horas después de que se iniciaran los atentados.
El histórico Taj Mahal Palace era el último lugar de Bombay donde se escondían militantes que participaron en los atentados en la ciudad.
Gafoor dijo que el balance de víctimas en estos ataques es por el momento de 195 muertos confirmados.
El asalto final al Taj Mahal comenzó el sábado a primera hora, dos días después de los espectaculares ataques con tomas de rehenes que dejaron al menos 195 muertos y 327 heridos.
Por su lado, según la agencia de noticias Press Trust of India el ministro del Interior, Sri Prakash Jaiswal, admitió que el número de muertos podría elevarse a 200.
La policía anunció haber arrestado a tres islamistas, uno de ellos presuntamente paquistaní, y haber descubierto dentro del Taj Mahal explosivos que podrían haber provocado "daños de gran envergadura".
Los comandos indios prosiguieron durante todo el viernes sus minuciosas operaciones de rastreo tanto en el Taj Mahal como en el Oberoi/Trident, controlando una por una las habitaciones de ambos hoteles, para tratar de capturar a posibles asaltantes escondidos.
Doce islamistas murieron durante esas operaciones y otro fue arrestado. Las bajas sufridas por las fuerzas de seguridad fueron 15, según el viceprimer ministro del estado de Maharashtra, R.R. Patil.
Mientras tanto, otro grupo de comandos lanzó una operación a primera hora del viernes contra los asaltantes que el jueves se atrincheraron en un centro judío de la ciudad, tomando varios rehenes.
Los islamistas mataron a cinco rehenes israelíes durante el asalto, confirmaron un diplomático israelí y un responsable indio.
Respecto a la autoría de los sucesos, India acusó abiertamente a Pakistán, su país vecino y eterno rival, de estar detrás de lo ocurrido en Bombay, una ciudad de 13 millones de habitantes.
"Según informaciones preliminares, elementos de Pakistán son responsables", declaró el viernes el ministro indio de Relaciones Exteriores, Pranab Mujerjee.
Islamabad, por su parte, desmintió con firmeza su presunta implicación en los ataques de Bombay, en los que algunos responsables occidentales ven la marca de la red Al Qaida.
Los ataques de Bombay fueron reivindicados por los "Muyaidines del Decán", por el nombre de la meseta que ocupa el sur y el centro de India, que dijo luchar por la defensa de los musulmanes de India, una minoría de 150 millones de personas en un país de 1.200 millones de habitantes, en su mayoría de religión hindú.
Los islamistas tomaron como blanco sobre todo a extranjeros, especialmente a los clientes estadounidenses y británicos de los dos hoteles. Pero no ahorraron las vidas de indios, como en su acción del miércoles en la estación central de Bombay, donde mataron a 50 personas.
También atacaron, además, un hospital para mujeres y niños pobres.
Según un balance provisional, al menos 195 personas murieron y otras más de 300 resultaron heridas en los ataques del miércoles y en los tiroteos que les siguieron.
Entre los muertos figuran al menos 22 extranjeros: los cinco israelíes del centro judío, cinco estadounidenses, dos franceses, dos australianos, un británico, un japonés, un alemán, dos canadienses, un italiano, un singapurense y una tailandesa.
AFP






